Desigualdad marca la elección presidencial en Costa Rica
Según un informe local la inequidad supera a países como Venezuela. Resultados parciales adelantaban una segunda vuelta.
Esta madrugada, eran casi nulas las dudas de que el próximo presidente de Costa Rica se iba a definir en un balotaje -por segunda vez en la historia de ese país-, el 6 de abril. Es que, de los 13 candidatos que se presentaron, ninguno obtenía -según resultados preliminares- más del 40% estipulado para convertirse en el próximo mandatario.
Con el 60,7% de las mesas escrutadas, el aspirante del Partido Acción Ciudadana (centro), Luis Guillermo Solís, lograba el 30,22%, superando al oficialista Johnny Araya -ex alcalde de San José-, que obtenía el 30,12%. La segunda vuelta era inminente entre ambos.
Los comicios, estuvieron marcados por los temas de reducir la desigualdad y combatir la corrupción. El ex alcalde Araya, del Partido Liberación Nacional, centró su campaña en promesas de reducir la pobreza, al tiempo que tomó distancia del gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla, que ha estado plagado de escándalos.
La molestia de los votantes hacia la corrupción del gobierno impulsó la candidatura del joven parlamentario de izquierda José María Villalta (obtenía un 17,23%), quien también prometió atacar la inequidad en la nación cafetera.
Según el 19º Informe Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible, que se basa en datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la brecha entre ricos y pobres supera a países como Venezuela, El Salvador, México y Argentina.
El eventual triunfador tendrá que enfrentar una creciente deuda pública que supera la mitad del Producto Interno Bruto (PIB). Los generosos salarios y el gasto obligatorio en educación son una carga pesada en un país con baja recaudación tributaria.
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