Dos historias transitan la vereda más marginal de la música chilena

"- Así es que usted sigue cantando -me preguntó un paco que iba anotando todo en una máquina de escribir-. Y de quién es la letra de esta canción.

-Mía.

-¿Y la música?

-No, la música salió de unas máquinas.

-Mire, señor Meneses, yo ya hice una investigación sobre este caso. Escuché dos casetes suyos, con una música malísima, y en las letras queda muy claro que usted lo que hace es una apología a la violencia. Y no sólo contra Carabineros sino que también contra el Estado (...)".

Las líneas previas corresponden a un diálogo recogido en Reyes de la jungla. Historia visual de Panteras Negras, el libro que Eduardo "Lalo" Meneses (45 años), fundador del grupo de hip hop, acaba de publicar. Era 1996 y sobre Meneses pendía una orden de detención por "ofensa e injuria a Carabineros". Eso, a partir de la célebre letra de Guerra en las calles. Las rimas no cayeron bien en los uniformados y esa declaración -ahí, con un oficial que se había sentado a escuchar rap chileno- es una de las tantas anécdotas que rodean la historia del que se reconoce como el primer grupo local del género, los Panteras Negras, criados al calor de la población Huamachuco a fines de los años 80.

Meses de clandestinidad, minutos de pantalla en el programa Teleanálisis, viajes a Europa, conversaciones con Chuck D de Public Enemy, un abrazo con Don Francisco, o las idas y vueltas del teclado que era de Jorge González. Hace años que Meneses arma el collage de memorias que constituye Reyes de la jungla. Pero mientras algunas episodios se meten en la ruta de los sucesos nacionales de los últimos 25 años, el hiphopero señala la vereda donde sitúa estas páginas: "Han aparecido historias sobre el hip hop nacional, algunas de ellas proyectadas para impactar en el movimiento estudiantil. Este libro no quiere impactar a los estudiantes. Tiene que impactar a las poblaciones. Mi apuesta es para allá. Allí nació. Me interesa que la gente lo lea y sepan que esta cultura es de ellos".

Reyes de la jungla está contado en primera persona y en su elaboración, Meneses se sometió a entrevistas con los periodistas Alvaro Matus y Marisol García. "Decidimos darle esta forma personal, porque yo quería contar mi versión. Hubo peligro, desde el punto de vista legal y político. Me dejó un poquito mal de los nervios. Y al final, es un esfuerzo más, entre otros. Hoy en Chile, el rap lo puede hacer cualquiera. El hip hop -que es, filosofía, cultura y autonomía-, no. Eso en Chile está en desarrollo y queremos aportar a mirarnos, a preguntarnos dónde estamos".

NO ESTAR AQUÍ

"La realidad es más rancia que la ficción", apuntaba el cantante de Fiskales Ad-hok, Alvaro España, en el lanzamiento de Anarkía y rebelión, un libro que en noviembre publicó el autor Andrés Valenzuela y que realiza un ejercicio casi inédito en las páginas dedicadas al rock nacional: una novela de ficción basada en la historia de la agrupación.

"Es una suerte de biopic, con base en hechos históricos. Y sí, es una banda súper marginal, pero curiosamente muy conocida", explica Valenzuela. El encargo, cuenta, le llegó directamente desde la banda en abril de 2013: hacer una biografía sobre el grupo de Eugenia, con una investigación. "Pero de una conversación con mi papá surgió esto: si es una banda tan rupturista, ¿para qué hacer una biografía con estos detalles medio faranduleros, o un coffee table book lleno de fotos bonitas que cueste 40 lucas?".

La banda entró al juego y el libro, de todas formas, citó a entrevistas y exigió una investigación histórica. "Así, ubicamos muchos hitos que sí sucedieron en esta ficción", dice el escritor. Está una pelea que la banda protagoniza en el festival Vive Latino, pasa por la grabación de los discos, viaja a tocatas que terminaron en detenciones. "La tesis, sin embargo, es clara", apunta Valenzuela: "cómo hacer algo de la nada y mantener esa bandera por 25 años".

Anarkía y rebelión fue editado por La Fiskalía, el sello y editorial desde donde el grupo orienta sus trabajos más recientes. Desde esa cantera ya se proyectan más relatos sobre los rincones menos oficiales de la música chilena, como un futuro libro de cuentos basados en canciones del disco Capital de BBS Paranoicos.