Economista que predijo la crisis dice que hay gran riesgo de una recaída mundial




Nouriel Roubini, uno de los pocos economistas que predijo con precisión la magnitud de los últimos problemas financieros mundiales, ve un "gran riesgo" de una recesión con recaída, de acuerdo a un artículo de opinión publicado en el sitio web del periódico Financial Times.

El catedrático de la Universidad de Nueva York dijo que los riesgos están aumentando a medida que los planes de estímulos fiscales y moentarios se acercan a su fin. "Hay riesgos asociados con las estrategias para salir de las políticas de estímulo", señala Nouriel Roubini, quien ha señalado que la recuperación económica global podría ser "anémica" y por debajo de la tendencia de las economías desarrolladas, existiendo grandes riesgos de que se produzca una nueva crisis tras este leve repunte.

Según escribe, la economía mundial tocará fondo en la segunda mitad de este año, aunque la recesión en Estados Unidos, Reino Unido y en otros países europeos no se habrá acabado "formalmente" antes de que acabe el año. En este sentido, destaca que en algunas economías ya se está constatando el comienzo de la recuperación, como es el caso de China, Francia, Alemania, Australia y Japón.

La forma en que los gobiernos de todo el mundo ponen fin a sus políticas de ayuda fiscal y monetaria están detrás de los malos augurios de Roubini. Según explica, si deciden subir los tipos de interés, drenar el exceso de liquidez y recortar el gasto presupuestario podrían minar la recuperación provocando una estanflación.

Por otro lado, si deciden mantener sus políticas 'paraguas' como hasta ahora y continúan ampliando los déficit, sufrirán las consecuencias en los mercados de bonos, a medida que se incremente la presión inflacionista. Esta situación también conduciría a la estanflación, según el economista.

Además, Roubini señala varias debilidades que podrían acentuar el retorno a la crisis. Para empezar, pone énfasis en la debilidad del mercado laboral, ya que el desempleo se situará por encima del 10% en 2010 en las economías avanzadas, lo que constituye "malas noticias" para la demanda, para la morosidad bancaria y para la propia competitividad de los trabajadores y su productividad.

En segundo lugar, Roubini afirma que existe una crisis de insolvencia, no sólo de liquidez, ya que el verdadero desapalancamiento está por emerger debido a que las pérdidas de las instituciones financieras se han "socializado" y desplazado a los balances de los gobiernos, lo que limita la capacidad de los bancos para realizar préstamos y reactivar el gasto de los hogares y la inversión de las compañías.

El economista también cita como problema que en los países con déficit por cuenta corriente los consumidores tienen que ahorrar más y recortar gastos, y que a pesar de los esfuerzos, el sistema financiero ha resultado severamente dañado y las entidades financieras tienen grandes requerimientos de capital tras perder miles de millones de dólares.

Por otro lado, la baja rentabilidad de las empresas como consecuencia de elevadas deudas, bajo crecimiento y persistencia de presiones deflacionistas en sus márgenes lastraran su productividad y su capacidad para invertir y generar empleo.

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