EEUU está en alerta por nueva escalada de tensiones en el este de Ucrania
Al menos unas 400 personas, cifra que incluye a milicianos prorrusos, soldados y civiles, han muerto en las regiones de Donetsk y Lugansk desde el alto el fuego acordado el 5 de septiembre.
Estados Unidos manifestó hoy su preocupación por "la intensificación de los combates en el este de Ucrania" e instó a las partes a "adherirse estrictamente al alto el fuego" firmado hace dos meses.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSC), Bernadette Meehan, advirtió sobre los numerosos informes, incluidos los de la Misión Especial de Seguimiento de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que apuntan a que los separatistas apoyados por Rusia están trasladando grandes convoyes de armas pesadas y tanques a las líneas del frente del conflicto.
"Seguimos pidiendo a todas las partes a que se adhieran estrictamente al alto el fuego. Cualquier intento por parte de las fuerzas separatistas de aprovechar más territorio en el este de Ucrania sería una violación flagrante de los acuerdos de Minsk", insistió Meehan.
"Reiteramos nuestro llamamiento a la Federación de Rusia para honrar todos los compromisos que asumió en Minsk, que incluyen poner fin a su suministro militar a los separatistas y la retirada de todas sus tropas y armas de Ucrania", agregó.
Además, la portavoz subrayó que Rusia debe permitir el restablecimiento de la soberanía de Ucrania a lo largo del lado ucraniano de la frontera internacional, que será supervisado por la OSCE, y facilitar la liberación de todos los rehenes aprehendidos en el conflicto.
"Seguimos insistiendo en que la adhesión al marco acordado en Minsk es la mejor oportunidad de lograr una solución pacífica al conflicto en el este de Ucrania", concluyó.
En tanto, tres militares ucranianos murieron y otros catorce resultaron heridos en las últimas 24 horas en las escaramuzas en las zonas de la operación antiterrorista llevada a cabo por Ucrania, según informó hoy el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de este país.
Ucrania no ha dejado de denunciar la entrada de tanques, blindados, cañones y tropas desde Rusia en la rebelde región ucraniana de Lugansk, cuya frontera está bajo el control de los milicianos prorrusos.
A la vez, Rusia niega rotundamente su presencia militar en las zonas del este de Ucrania sumidas en combates y aboga por atenerse al régimen del alto el fuego.
Las fuerzas leales a Ucrania y los milicianos separatistas reanudaron el jueves los combates, en particular en torno a la ciudad de Donetsk, principal bastión rebelde, pese al alto el fuego que rige en el este de Ucrania desde el pasado 5 de septiembre.
Según distintas fuentes, unas 400 personas, cifra que incluye a milicianos prorrusos, soldados y civiles, han muerto en las regiones de Donetsk y Lugansk desde el pacto de cese al fuego.
Los combates cobraron fuerza después de las elecciones celebradas el pasado domingo en ambas regiones secesionistas y que, según Ucrania, minaron los esfuerzos para establecer la paz en el este del país.
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