El 25% de los empleados despediría a su jefe si pudiera

A un día de que se celebre el día del jefe en Estados Unidos, una parte de los trabajadores dice que le regalaría un sobre azul al suyo. Eso, según una encuesta realizada por la firma Adecco. Y pese a que los quieren lejos, apenas un 40% de los trabajadores estaría dispuesto a ocupar su lugar.

Una buena para el jefe: dos tercios de los trabajadores no cambiarían en nada su relación con él. En la otra vereda, un 53% cree que su jefe es injusto. Pero con buenas y malas, un amplio 89% estima que la relación con el jefe es importante para la satisfacción laboral.

"Las relaciones entre jefe y subordinado tienen mucho que ver con las figuras paternas o de autoridad que se han tenido durante la niñez y la adolescencia. Los seres humanos llevan al trabajo esa carga emocional, por lo que muchas veces se trata de una proyección más que una impresión real", explica la sicóloga laboral de la U. del Desarrollo, Silvia Asensio.

Para los que no encuentran motivos  para celebrar a su superior en su día, un libro de reciente publicación, titulado "Trabajar para ti no me funciona", ofrece técnicas para lidiar con jefes difíciles. Según sus autoras, Katherine Crowley y Kathi Elste, en tiempos de crisis económica el jefe más común es el "controlador", que necesita que todas las decisiones pasen por él. También están el que lo dice todo (necesita que siempre alguien lo escuche), el jefe ido (le importa poco el trabajo) y, acorde con los tiempos de crisis, el que cambia las reglas (modifica órdenes y metas por capricho).

Las autoras dicen que es inevitable trabajar para alguien que no se soporta e idearon cuatro pasos para enfrentar un problema con un jefe: detectarlo, distanciarse, despersonalizarlo y manejarlo. "Distanciarse emocionalmente es lo más difícil", señala Crowley.