El Conjuro marca un récord en Chile

Una receta que remite a las películas de horror clásicas, alejada de la sangre al por mayor y los efectos especiales y, en cambio, enfocada en asustar gracias a las atmósferas que crea y a una historia sobre casas embrujadas a la antigua. Eso es lo que ofrece El conjuro, el último fenómeno del cine de terror mundial que en Chile confirma su atractivo con un récord: es la película de terror más vista según el registro de los últimos 15 años, gracias a los 701 mil espectadores que acumula hasta el momento. Una cifra que promete seguir creciendo, ya que el filme está siendo exhibido en 61 salas.

Su taquilla le permitió superar lo obtenido por El sexto sentido, la película que hasta ahora ostentaba el título de la más vista, con 523.969 personas. Dirigida por James Wan (El juego del miedo), el filme cuenta la historia -inspirada en hechos reales- de una pareja de investigadores paranormales que llegan a ayudar a una familia que sufre de apariciones y hechos inexplicables en su casa. Desde su llegada a las pantallas locales, el 22 de agosto, el filme pasó cuatro semanas en el primer lugar de la taquilla, puesto que sólo cedió hace dos semanas. La buena recepción, de hecho, causó que aumentara el número de pantallas donde se exhibía, pasando de 62 iniciales hasta llegar a 78.

"Es una película increíblemente cautivante que ofreció a la audiencia un tema tan interesante como la demonología", explicó Jeff Goldstein, vicepresidente ejecutivo de distribución estadounidense, sobre los buenos resultados que también obtuvo el filme en su país, añandiendo que el factor "basado en la vida real", también influye en su atractivo. La crítica igualmente fue favorable para El conjuro, lo que ayudó en su cometido. Por ejemplo, Variety apuntó: "Es un thriller de la vieja escuela, sensacionalmente divertido y una de las películas de terror más inteligentes, y visceralmente efectivas en la memoria reciente".

Otro elemento para los buenos resultados fue el boca a boca. "Es una película que realmente produce tensión y te mantiene al borde de la silla. Eso produce que el boca a boca sea extremadamente bueno. Es de esas películas, como pasó el año pasado con Stefan v/s Kramer, que se transforman en conversación de sobremesa y no pasa inadvertida", opina Francisco Schlotterbeck, gerente general de Cine Hoyts. Y agrega: "Creo que es el primer blockbuster en Chile del género del terror, porque otra película de este tipo no había vendido a niveles de Harry Potter o Iron Man, algo que esta cinta ha hecho".

Jorge Olguín, director de películas del género como Solos y Sangre eterna opina: "Primero, estamos frente a una buena película e, independiente de que sea de terror, el público aprecia un relato bien contado", dice, añadiendo que "está basado en hechos reales y eso genera más expectativas y permite el espectáculo sea más interesante: implica que algo así pueda ser posible, porque ocurrió". Y remata: "Retoma el cine de género en su estado más puro y clásico, en que no depende del abuso del gore ni sólo asustar de manera efectista, sino que hay una historia y personajes bien construidos, por eso genera mucho más miedo".

El conjuro es, además, el mayor éxito de una resurrección de taquilla del horror que surgió de la mano de películas de bajos presupuestos que, precisamente, adhieren a fórmulas más clásicas del terror. En esa línea, el 24 de octubre se estrenará La noche del demonio 2, que reúne a Wan con Patrick Wilson, también protagonista de este filme y que en EE.UU. debutó con US $ 40 millones de ganancias y ya tiene en la mira una tercera entrega. No fueron los únicos éxitos: The purge, con US$ 3 millones de presupuesto, logró recaudar US$ 87 millones hasta ahora en el mundo.

El fenómeno se ha replicado en otros territorios. En Estados Unidos, El conjuro acumula US$ 137 millones y está en el quinto lugar histórico en ese país, a sólo 3 millones de arrebatarle el cuarto puesto a El proyecto de la bruja Blair. Su recaudación global, en tanto, llega a los US$ 297 millones. Una cifra que se torna más relevante cuando se considera su austero presupuesto de producción, que sólo alcanza a los US$ 20 millones.