El nuevo movimiento que lidera la efervescencia social en EE.UU.

Los miles de manifestantes que han salido a las calles de Ferguson, Nueva York, Baltimore y otras ciudades estadounidenses, han estado guiados por "This Is The Movement", un organizado y emergente movimiento social. Su base son las redes sociales.




El movimiento This Is The Movement, surgió, aseguran sus creadores, con la imagen de Michael Brown, un joven negro de 18 años, tirado en una calle de Ferguson, en el estado de Missouri, mientras su sangre comenzaba a avanzar sobre el pavimento, en agosto de 2014. Desde entonces han participado, dirigido y organizado todas las protestas tras nuevos incidentes de corte racial y policial.

Ningún miembro de la cúpula de este movimiento tenía la intención de convertirse en manifestante a tiempo completo. Pero desde la muerte de Michael Brown, han estado detrás de las protestas que surgen luego de algún incidente de trato injusto de un policía blanco contra un ciudadano afroamericano.

Uno de esos manifestantes es DeRay Mckesson, de 29 años y que ha pasado los últimos nueve meses de su vida asistiendo y también organizando las protestas. Desde Ferguson, donde todo comenzó, hasta Nueva York, Milwaukee,  North Charleston y Baltimore: el último escenario de efervescencia social.

Mckesson  siempre transita con su celular. Twittea regularmente y sube videos, como el que hace poco posteó a sus más de 119 mil seguidores en Twitter, con la frase: "¿Qué está sucediendo? Hay alrededor de cientos de policías para 40 de nosotros. Esto es salvaje".

Desde la muerte de Michael Brown en Ferguson, Mckesson y un grupo de activistas han construido un movimiento social de protesta que el diario The New York Times describió como "el más importante de Estados Unidos del siglo XXI".

Su mayor fortaleza ha sido aprovechar las redes sociales para movilizar rápidamente protestas en cada ciudad donde estalla un incidente de corte racial.

El movimiento no sólo ha logrado mantener el foco del país en el problema, sino que también ha captado la atención de millones de personas, en un año donde el sentimiento de rabia e injusticia ha reinado entre la comunidad negra.

El movimiento también ha logrado algo que muchos aseguran es fundamental: recordar el nombre de las víctimas: Michael Brown, Eric Garner, Tamir Rice, Tony Robinson, Walter Scott, Freddie Gray.  "Los activistas han ligado sus destinos en nuestras mentes, a pesar de la separación de muchas semanas y kilómetros", escribió el Times.

También ha logrado activar una especie de alerta roja para un problema crónico, que hasta el momento, había permanecido en segundo plano. No hay muchas estadísticas al respecto, aunque las evidencias no sugieren que los tiroteos de negros por policías blancos hayan aumentado significativamente. Sin embargo, estas muertes han captado la atención mundial y la condena de Obama.

De todos modos, los críticos de este tipo de movimientos sociales, sostienen que las manifestaciones suelen derivar muchas veces en hechos de mayor violencia.

McKesson observó el inicio de las protestas de Ferguson desde Minneapolis donde trabajaba como profesor en un colegio público. Decidió ir a ver las protestas por su cuenta, ya que no le calzaban los reportes de los medios y los testimonios que a través de Twitter hacían los manifestantes.

Al llegar a Ferguson, decidió estar en la mayor cantidad de lugares posibles para documentar lo que estaba pasando. Esto, a través de twits y videos y usando cargadores portátiles para que su celular no muriera.

En medio de las protestas conoció a Johnetta Elzie, una estudiante de periodismo que había crecido en St. Louis y que es considerada como otra de las mayores observadoras en tiempo real de lo que ocurrió en Ferguson.

Ambos se unieron y otros los siguieron, como la directora ejecutiva del programa Teach for America de St. Louis, Brittany Packnett y el profesor de derecho de la U. de St. Louis, Justin Hansford.

Juntos crearon un newsletter y un rango de lectores, periodistas y manifestantes se suscribieron. Y así desarrollaron el modelo moderno del manifestante: organizados, comunicados  y siempre presentes en las redes sociales.

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