El Elefante Triunfal: El monumento que iba a reemplazar al Arco de Triunfo de París
Hace 181 años se inauguró uno de los monumentos más importantes de la historia francesa, sin embargo, medio siglo antes, un arquitecto quería levantar un elefante gigante ahí mismo donde se encuentra el arco más conocido del mundo.
Hace 181 años, el 29 de julio de 1836, se inauguró uno de los monumentos más importantes de la historia, el Arco de Triunfo en Paris, Francia. Se trata del arco más famoso del mundo, y junto la Torre Eiffel, una de las construcción más visitada por los turistas. Fue construido en 1805 como orden de Napoleón Bonaparte tras su victoria en la Batalla de Austerlits ese mismo año.
Inspirado en el Arco de Tito de Roma, el arco fue construido en la plaza Charles de Gaulle con el fin de recibir al ejército que iba a volver de la guerra. En cada una de sus cuatro pilares posee una estatua: Le Triomphe (El Triunfo), de 1810; La Résistance (La Resistencia); La Paix (La Paz); y Départ des volontaires de 1792 o La Marseillaise (La Marsellesa, de François Rude).
Sin embargo la historia esconde un pequeño detalle. Ahí mismo donde se levanta el Arco de Triunfo, medio siglo antes se estaba planeando construir otro proyecto arquitectónico.
Antes de la construcción de este famoso arco, el espacio iba a acoger un elefante gigante, El Elefante Triunfal, del arquitecto francés Charles Ribart.
El proyecto fue diseñado en 1758, como complemento a los Campos Elíseos de Paris y en honor a Luis XV de Francia.
Un elefante de 50 metros, con tres niveles que se accedería en una escalera de caracol y que expulsaría un chorro de agua por la trompa era el diseño de este monumento que fue rechazado por el gobierno francés por el coste que este conllevaría.
Medio siglo después se levantaría uno de los monumentos más importantes de Francia, que en sus paredes tiene los nombres de las 128 batallas de la primera República Francesa y del Imperio de Napoleón y los nombres de los generales que participaron en ella.
Si bien su construcción fue orden del mismo Napoleón, éste no alcanzó a ver terminado su monumento, ya que quince años antes Bonaparte había fallecido.
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