En la cancha también ordenaban: revisa a los técnicos del Torneo 2013 que fueron defensas
Diez de los 18 entrenadores de Primera División fueron zagueros centrales. Varios reconocen que la posición que ocupaban en el campo fue vital para sus carreras en la banca.
Diez de los 18 entrenadores que dirigen actualmente en Primera División fueron defensores centrales. Martín Lasarte, Hugo González, Eduardo Berizzo, Emiliano Astorga, Gustavo Huerta, José Cantillana, Jorge Pellicer, Carlos Rojas, Dalcio Giovagnoli y Néstor Craviotto integraron las zagas de sus respectivos equipos cuando jugaban. Al listado podría agregarse Darío Franco. El técnico de Universidad de Chile desempeñó, circunstancialmente, esa tarea. Fue en el epílogo de su carrera, cuando militaba en el Morelia mexicano.
La mayoría reconoce que de esa formación rescataron elementos claves para la actividad que ejercerían tras el retiro. "Nunca me había planteado la pregunta, pero podría deducir tres cosas: el defensor central tiene una visión periférica de todo el juego desde su posición, que no tiene ningún otro jugador. Su ubicación es privilegiada para la lectura de un partido. La envergadura física de un central sobresale. Y en las organizaciones humanas, normalmente, le confiere liderazgo. Y finalmente, como a los defensores, el juego talentoso se nos convertía en algo complejo, permanentemente debíamos idear otras fórmulas para resolver los problemas del juego. Y esa es, en definitiva, la función del entrenador", explica Pellicer.
El técnico de Ñublense, Carlos Rojas, agrega que "cuando jugaba, Andrés Prieto y Vicente Cantatore me decían que el fútbol se veía mejor desde atrás y que los equipos se arman desde la defensa. Los zagueros somos más prácticos para ver el fútbol. Y se nota en nuestros equipos. Al 'Coto' (José Luis Sierra, técnico de Unión Española) le gustan los equipos que juegan bien. El fue volante ofensivo y sobresalía por su talento. Nosotros, quizás, valoramos otros elementos. El liderazgo es uno de ellos. Como técnico también hay que serlo. El mensaje que se entrega no puede admitir dudas. Lo otro es el pragmatismo y la 'desconfianza', en el sentido de estar permanentemente atento al error del compañero".
Emiliano Astorga, estratego de Palestino, sostiene que "el central habla más, ordena más y muchas veces es el encargado de sacar la voz en el campo de juego o de ser el capitán. Eso da un desplante mayor, permite ver bien el juego y convertirse en una voz de mando para los compañeros. Es natural terminar siendo entrenador".
El DT de los tricolores también se refiere a los elementos que terminan proyectándose en la banca. "El defensor maneja muy bien los movimientos, porque está obligado a observarlos desde su posición. Y, además, es uno de los jugadores que reciben más instrucciones. Quizás, eso también termine convirtiéndose en una motivación para transformarse en entrenador después de que deja de jugar".
El entrenador de Rangers, Dalcio Giovagnoli, alternó entre el centro de la última línea y la banda izquierda. Y rescata que "es un factor importante, desde el orden y el aspecto táctico. El defensor es uno de los técnicos dentro de la cancha. El que ordena, el que manda a presionar. Y tiene una visión más completa de todos los aspectos. Yo era un poco el interlocutor del técnico. Me gustaba todo lo táctico. Saber de los rivales y de los sistemas que empleaban. Sentarme en la banca fue un paso natural. No sé si la posición en que uno jugó haga que alguien sea mejor técnico, pero da más chances. Influye. Y mucho".
LOS DISIDENTES
Eduardo Berizzo brilló como central en Newell's Old Boys, River Plate, Olympique de Marsella, Celta de Vigo y la selección de Argentina. Hoy es el técnico de O'Higgins. Sin embargo, no relaciona ambos elementos. "Quizás se trate más de una situación casual que causal. No le encuentro mucha vinculación. Uno podría hablar de liderazgo, pero no todos los defensores centrales son líderes ni son tan extravertidos. Es más coincidencia que otra cosa", explica el cordobés.
Néstor Craviotto, DT de Unión La Calera, dividió su carrera en dos posiciones. "El 30 por ciento de ella jugué en el centro de la defensa. La otra parte, como lateral. En la última, llegué a la Selección", precisa. Aún así, relativiza la importancia de ese pasado para su actual función. "No le había prestado atención a ese asunto, pero no creo que influya. Yo pasaba mucho al ataque y, ahora que dirijo, me gusta que mis equipos sean ofensivos. Quizás tenga algo que ver en el orden y con la búsqueda permanente del equilibrio. Quienes fueron volantes o delanteros suelen darles más libertad a sus dirigidos. Pero no en mucho más".
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