En la mesa de Beatriz Sánchez

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Aplanando calles -en ferias, plazas recónditas y comiendo pizza con vecinos- la candidata presidencial del Frente Amplio busca revertir su baja en las encuestas.




Es extraño ver a la periodista Beatriz Sánchez, la carta presidencial del Frente Amplio (FA), soportando el calor de un sábado a las tres de la tarde en la feria de Sargento Menadier en Bajos de Mena, Puente Alto. Si se analiza el voto de la coalición en las últimas primarias de julio pasado se observa que donde tiene más apoyo es en las regiones de Valparaíso y Metropolitana. En esta última zona, donde consiguió más votos fue en Ñuñoa (6%), La Reina (5%), Providencia (4,7%) y Santiago (4,1%).

"Las cifras mostraban que ahí todavía no había llegado el Frente Amplio", cuentan en el comando sobre la visita. "Ahora fuimos, y lo primero que notamos es que les impresiona mucho conocer a una candidata distinta", agregan.

Sánchez llegó acompañada por una serie de candidatos a diputados y Core por el FA en este sector del distrito 12, que reúne a las comunas de Puente Alto y La Florida. En la mañana lanzó su programa de gobierno en Ñuñoa, el que costará 13.400 millones de dólares en caso de ser implementado y donde propone terminar con las AFP. Además, plantea eliminar completamente el lucro en educación, poniendo fin al CAE y condonando a sus deudores. También apunta a despenalizar el aborto sin mediar causales; expropiar y nacionalizar "empresas estratégicas y de servicios básicos" y avanzar en la "mediterraneidad de Bolivia". El plan fue criticado por el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, quien opinó que contiene ideas "obsoletas".

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En la feria, Beatriz Sánchez avanza lento. Su comitiva es de unas 30 personas que caminan algunos metros adelante de la carta presidencial, quien se toma su tiempo, mientras abraza y besa a feriantes que se le acercan. Paola Chávez, candidata a Core en la provincia Cordillera por Revolución Democrática, es algo así como la anfitriona -la que llegó primero y se fue después- y trata de apurar el tranco.

Más allá de que no es su voto duro, Sánchez no parece producir rechazo en la despelotada feria. "Es la Beatriz nosecuanto… es super sencilla", dice una señora que vende pollitos vivos.

De pronto ocurre el primer incidente de la tarde puentealtina: una mujer, que se presenta como proanimalista, comienza a pedirle explicaciones a la candidata por la ley de tenencia responsable de mascotas, la que define como muy mala. "¿Está de acuerdo? ¿Está de acuerdo?", le dice subiendo el tono, mientras que miembros de la comitiva le piden a Sánchez -que ensaya una respuesta plausible- seguir adelante. Tras conversar con la mujer, la candidata se decide a avanzar. "Por lo menos me respondió. Bien la Bea", dice la mujer ya un poco más tranquila, levantando el pulgar derecho.

La situación se distiende y más adelante otro feriante le pide legalizar la marihuana. "Primero la marihuana y después la educación", remata entre risas de la comitiva que sigue su camino, salvo un voluntario de anteojos y chapitas de Giorgio Jackson en la mochila que se acerca y lo tranquiliza. "Una cosa lleva a la otra", le dice solemne sin explicar cuál medida desencadenará a la otra.

Luego el grupo abandona la feria y se mete por calles estrechas para llegar al pasaje donde está Napolis Pizza. Ahí Melina Montes, reportera de Bajos de Mena TV, entrevista a Sánchez y terminan todos comiendo pizza frente a la casa de una adherente que le regala a la candidata un cofre de madera hecho a mano con una botella de vino en su interior.

"Que lo abra, que lo abra", grita la comitiva.

"Lo abriré cuando pasemos a segunda vuelta", replica Sánchez ante la presión.

"Ya, pero igual podemos probarlo antes", insiste otro frenteamplista antes de que llegue la primera pizza. Tiene un 5 -el número en la papeleta de la candidata- hecho con aceitunas. Al rato aparecen dos pizzas más ante la preocupación de un voluntario barbón: a pesar de que las anunciaron aún no traen pizzas vegetarianas.

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A eso de las 5 parten hacia la plaza Salvador Allende, en La Florida. Nunca llegaría la pizza vegetariana.

En el comando dicen que la campaña se financia básicamente con aportes ciudadanos. Hasta esta semana iban más de 500 de un promedio de 30 mil pesos cada uno. A eso se suman lo que entregan las 14 organizaciones que componen el Frente Amplio y un préstamo que anticipa lo que recuperarán por votos en Servel. En total esperan gastar cerca de 500 millones de pesos.

El trayecto a La Florida lo hacen en caravana sumando más adherentes. Por eso demoran. Recién a eso de las 6 y media aparece Sánchez de la mano de su pareja, el periodista Pablo Aravena. En el comando dicen que el rol de él en la campaña ha sido fundamental, al hacerse cargo de la casa y del cuidado de los hijos de ambos. "Acompaña a Beatriz por los distritos de Santiago, con gorro y pechera, entregando volantes y conversando con la gente. Lo hace como un voluntario más, siempre y cuando no haya fútbol en la televisión", precisan.

En la plaza casi todos son jóvenes bailando break dance que no se interesan mucho por la caravana. La escena parece ilustrar la trayectoria de la candidata del FA en las encuestas. Esta semana, en la encuesta CEP, Sánchez se desplomó: quienes dicen que votarán con seguridad por ella bajaron de 17,9% a 9,4%.

Ante el desinterés del grupo, la candidata enfrenta un dilema: hacer un puerta a puerta en el sector o moverse al paradero 14 de Vicuña Mackenna, donde está la estación de metro Bellavista de La Florida y el mall Plaza Vespucio. "Disculpen por meterme, pero es un centro de afluencia", dice la autora del plan: Valentina Olivares, candidata a diputada del Frente Amplio en el distrito.

Se inclinan por esa idea y a las 7:15 ya están en el sector. Sánchez logra entablar conversación con algunas personas, pero el desinterés se mantiene. "¿Quién es? ¿Vamos a pedirle un autógrafo?", plantea un quinceañero entre otros dos amigos. Finalmente la idea no prospera ante la imposibilidad de dar con la identidad de esa mujer que sigue con la misma paciencia de todo el día saludando y conversando con la gente. Ella sigue en lo suyo mientras baja el sol.

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