En tres años aumentan en un 69% pacientes extranjeros en las clínicas chilenas

El incremento de las consultas internacionales ha llegado de la mano de la creación de departamentos especializados en los centros médicos, donde asesoran a los pacientes desde el traslado en avión a Chile hasta el alojamiento para el postoperatorio.




Judy Wittlinger vive con su esposo en Seattle, EEUU, pero por estos días está en Chile. No vino a conocer el desierto ni Chiloé. Llegó al Hospital Clínico de la U. de Chile para realizarse una cirugía de bypass gástrico y así poner fin a la obesidad mórbida que padece. Su esposo, John Wittlinger explica las razones que los hicieron decidirse por este país: "Una fue que no podíamos solventar el costo que tenía la operación en Estados Unidos. La segunda fue que nos sorprendieron los adelantos que tenía Chile en salud".


Según los datos proporcionados por las clínicas Alemana, Las Condes y Hospital del Trabajador, entre 2007 y 2009, la cantidad de pacientes foráneos se incrementó en promedio un 69%. 


¿POR QUÉ CHILE?
De diversas latitudes y por distintos motivos llegan los pacientes extranjeros a Chile. Si bien la mayoría procede de países como Bolivia, Perú y Ecuador, las clínicas reciben cada vez más enfermos de lugares como las Islas Falklands, Estados Unidos, Alemania o Japón. En el Hospital del Trabajador un 28% de los pacientes extranjeros provienen de Europa y Norteamérica y un 7% de Asia.


La principal motivación de los latinoamericanos es la búsqueda de tecnología de punta y tratamientos de calidad. Requieren mayoritariamente  cirugías y terapias contra el cáncer, pero también vienen por chequeos rutinarios y una segunda opinión en diagnósticos. Es el caso de Marcela Aguilera, ciudadana boliviana de 80 años: "hace 15 que vengo y me hago un chequeo preventivo anual. Cuando vengo, me quedo en la clínica todo el día". El control, en la clínica Las Condes, incluido en un pack con traslados aéreos y alojamiento cuesta alrededor de 420 mil pesos.


Distinta es la situación de norteamericanos y europeos, quienes vienen por procedimientos más grandes como cirugías. Si bien demandan calidad, los estadounidenses llegan a Chile en búsqueda de precios más accesibles. Una cirugía coronaria puede costar en Chile un tercio de lo que vale en el país del norte. 


Los europeos vienen por soluciones expeditas. "Un paciente alemán ingresó un lunes a la clínica, el miércoles fue operado y el viernes dado de alta. En Alemania iba a tener que esperar cuatro semanas para su primera interconsulta", recuerda Patricio Trincado, jefe de medicina preventiva de la Clínica Las Condes.


UNA AMPLIA OFERTA
Las clínicas han creado departamentos especializados. Un ejemplo es el Hospital Clínico de la U. Católica, donde estos pacientes son recibidos por coordinadores, quienes organizan las consultas con los médicos, las tomas de exámenes y las sesiones de tratamiento. Un sistema similar ofrece clínica Las Condes. También se suele incluir la gestión de los tickets aéreos desde el país de origen. En la mayoría de los casos la atención es bilingüe.

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