Entre tenis, locos y PlayStation: los 10 días de Nadal en Viña

El español visitó un par de restoranes, se compró una consola nueva para jugar en sus ratos libres y firmó cientos de autógrafos.




Uno de los principales pasatiempos de Rafael Nadal cuando está de viaje es jugar PlayStation 3. Si bien este primer torneo en Viña del Mar es especial por romper con más de siete meses de alejamiento por lesión, el manacorí no iba a cambiar sus costumbres a estas alturas de su carrera.

Apenas se instaló junto a su equipo en el Sheraton Miramar, una de sus prioridades fue instalar su consola de juegos junto al televisor de su habitación, la suite presidencial. De inmediato, se dio cuenta del problema: su máquina española es PAL, el formato de codificación utilizado en Europa y Africa, incompatible con los televisores de esta parte del mundo, que tienen el sistema NTSC.

Al ser un jugador que siempre debe cumplir con sus rutinas en la cancha y fuera de ella, el ex número uno del mundo solicitó que le consiguieran un nuevo Play-Station, de acuerdo a la norma chilena, y que además le compraran su juego de cabecera, el Pro Evolution Soccer 2013, en el cual indefectiblemente juega con Real Madrid. Con el aparato ya adquirido, Nadal se dio cuenta que un simple adaptador solucionaba el problema, por lo que su segundo PlayStation probablemente quedará abandonado en el hotel costero.

Después de ese inconveniente inicial, su rutina diaria no ha tenido grandes alteraciones a lo largo de los 10 días que ha pasado en la "Ciudad Jardín". Por lo general, desayuna en el hotel unos cereales, leche chocolatada y pan con aceite de oliva, una de sus debilidades. Según uno de los choferes de la organización que lo ha trasladado, la gran mayoría de los viajes se han realizado del hotel al club y del club de regreso al hotel.

En Las Salinas ha cumplido con todas sus costumbres: las dos botellas de agua alineadas en el suelo bajo su banquillo de descanso, de las cuales da sorbos alternados; su famoso tic de ajustarse los pantalones al momento de servir;  sus livianos almuerzos de pasta con aceite de oliva y pescado en día de partido y la ducha fría que se da en los minutos previos al encuentro.

Los chilenos han sido protagonistas de sus entrenamientos. Christian Garín, Nicolás Massú y Gonzalo Lama (tres veces) fueron sus sparrings, además de su amigo y compañero de dobles, el argentino Juan Mónaco. Las primeras prácticas se efectuaron en el court central, pero en los últimos días se trasladaron a la cancha aledaña a la terraza del recinto. En sus ensayos, Lama notó cómo el ánimo de Nadal fue subiendo a medida que pasaban los días e iba tomando confianza sobre la pista. Al principio se veía más serio, pero luego comenzó a aplaudir los golpes ganadores del juvenil chileno, alentándolo con palabras como "bravo".

La deferencia fue incluso mayor con Garín y Massú. El primero fue fichado por Goramendi, la empresa que mantiene en conjunto con su agente, Carlos Costa; el segundo, recibió un homenaje en la cuenta de Twitter de Nadal, con la frase "Aquí en Viña, casa del gran Nico Massú. Tienes que volver a estar en el circuito". La respuesta del doble campeón olímpico fue "Gracias por tus palabras, Rafa. Eres un grande como persona y deportista. Es un honor tenerte en Viña. Te deseo lo mejor en tu retorno a las canchas".


Otra figura chilena que tuvo contacto con Nadal fue Fernando González, quien lo invitó a comer el miércoles por la noche. La cita no pudo concretarse debido al estricto itinerario del manacorí. Sus salidas se han limitado a cenas en un restorán de mariscos en Concón y en el Café Turri de Valparaíso, ubicado en el Cerro Concepción. En ambos lugares disfrutó de pescado y mariscos típicamente chilenos como el loco, además de un par de copas de vino nacional. Hasta hoy, ha recibido varias botellas de vino y un espumante Cruzat, que el equipo de Nadal disfrutó bastante.
 
Espíritu amateur

Exequiel Carvajal, más conocido como "Yogurt de Mora", lleva 40 años trabajando para el tenis chileno como encordador de raquetas. Ha estado junto a algunos de sus más insignes representantes, como Hans Gildemeister, Marcelo Ríos y Fernando González. En este período, "Rafa" Nadal ha sido la más grande figura que ha conocido. Algunos días ha ido él mismo a entregarle un par de sus Babolat. Siempre le ha pedido una tensión de 25 kilos.

Lo que más ha llamado la atención de Carvajal es la sencillez del español. "Muchos jugadores reclaman por el encordado y te echan la culpa, pero él parece un principiante por la forma como te pide las cosas. Es un gallo que no molesta, no es quisquilloso como muchos tenistas", afirma "Yogurt". El mismo testimonio entrega Pedro Bravo, uno de los encargados de mantener la cancha del court central: "Ha encontrado la cancha muy buena, no hemos recibido ni una sola queja. Además, el hijo de mi socio Guillemo Feldstedt se hizo amigo de Toni Nadal y lo sigue para todos lados. Son muy abiertos", cuenta el organizador. 

Una impresión similar se ha llevado Alvaro Fillol, el director del torneo que hace unos días calificaba de milagro su presencia en Chile. "Nunca he visto un jugador con el nivel de Nadal que tenga esa humildad", manifiesta el mandamás del VTR Open.

Las miles de firmas que el jugador ha repartido en Las Salinas, el Sheraton y en los distintos eventos publicitarios que ha participado (Kia, Mapfre, Babolat, Cachantún) también atestiguan la paciencia del manacorí, que se ha bajado de los autos para firmar un par de requerimientos más. Esta voluntad tiene que ver con la creciente alegría del hispano por la recepción de los fanáticos y su ascendente forma física. "Nos ha dicho que se siente muy a gusto en Viña, que le ha gustado el clima, que tiene algunas semejanzas con Mallorca", dice un cercano.

Nadal incluso encontró tiempo para compartir con sus parientes lejanos, el ex juez de silla Bruno Minoletti y su esposa Rosita Cortés. El encuentro se llevó a cabo el jueves pasado, por 20 minutos.

Hoy, el heptacampeón de Roland Garros tendrá la opción de coronar su regreso con uno o dos títulos ATP. Luego se realizará una fiesta oficial, pase lo que pase y mañana dejará el país rumbo a Brasil. Entonces, los 10 mágicos días de Nadal en Viña pasarán a ser un recuerdo.

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