Espina explica su postura frente a interpelación y anuncia trabajo para la "paz social" en La Araucanía

Senador RN dice que si bien diputados tienen "todo el derecho" de hacer interpelación, pide ir "más allá de los diagnósticos" y generar propuestas. Asegura que críticas de Peñailillo a gobierno de Piñera "no ayudan. El tiene que tener una posición constructiva y no destructiva".




"Al intendente Huenchumilla hay que apoyarlo". La frase del senador RN Alberto Espina fue la carta bajo la manga que sacó ayer el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, para refutar una de las preguntas del diputado José Manuel Edwards, durante la interpelación que se realizó en la Cámara para abordar las medidas del gobierno para enfrentar los hechos de violencia en la región de La Araucanía. 

Mientras el diputado Edwards aseveró que los dichos de Espina fueron utilizados de forma "maliciosa" por el jefe de gabinete, el vocero de gobierno, Alvaro Elizalde, sostuvo que la interpelación tuvo un efecto búmeran para la Alianza.

La Tercera conversó con el senador Alberto Espina, quien explica en detalle su postura y propuestas para lograr "la paz social" en una región marcada por los conflictos de tierras y representación.

El senador dice si bien los parlamentarios tienen el "derecho" de usar el mecanismo de la interpelación, pide ir más allá de los diagnósticos. Junto con esto, sostiene que críticas del ministro del Interior a las medidas tomadas por el gobierno de Sebastián Piñera en la zona "no ayudan".

"El ministro Peñailillo tiene que ser un actor que tenga una posición constructiva y no destructiva", dice.

-Su nombre fue mencionado en varias oportunidades durante la interpelación. ¿Cuál es su postura frente a la interpelación al ministro Peñailillo en relación al rol del intendente Huenchumilla frente a los hechos de violencia en La Araucanía?.

Los diputados tienen todo el derecho de usar un instrumento que está en la Constitución y que consiste en la posibilidad de interpelar a un ministro, preguntarle las acciones que el gobierno está realizando en el ámbito de la seguridad ciudadana y el orden público, y particularmente con los casos de violencia en La Araucanía.

Pero hay un hecho evidente: El conflicto de La Araucanía se arrastra desde hace décadas, los distintos sectores políticos han sido incapaces de resolverlo, este es un problema que abarca mucho más que limitarse a medidas necesarias y que son urgentes de adoptar para garantizarle a quienes viven en las zonas rurales  una protección adecuada para que no sean objetos de atentados, pero yo estoy absolutamente resuelto a trabajar -y así lo estoy haciendo- con todas las autoridades, de gobierno, las comunidades mapuches, con los agricultores, los parceleros para construir un camino que avance en la paz social de La Araucanía, porque hasta el momento hemos sido grandes diagnosticadores, pero hemos sido incapaces de generar una solución a un conflicto que trasciende a un sector político.

-¿Qué ejes abarcará este trabajo conjunto?

Estamos trabajando en el tema de la política de entrega de tierras, del apoyo productivo y desarrollo de las zonas rurales, sean habitadas por mapuches o campesinos no mapuches,  avanzar en la representación política del pueblo mapuche en el parlamento, los Cores y las distintas instancias de participación política, también mecanismos que permitan avanzar en la reparación del daño causado por los hechos de violencia.

Yo pido que pasemos de ser grandes diagnosticadores a ser capaces de generar acuerdos, consensos, políticas de Estado. Eso lo voy a impulsar contra viento y marea, porque es evidente que quedarnos en el diagnóstico y no la solución constituye un fracaso que nosotros no podemos seguir perpetuando. Esto significa unir esfuerzos transversales, porque trasciende a los gobiernos. Hasta ahora, no avanzar en este camino sólo ha traído desgracias para La Araucanía.

-Esta propuesta para la paz en La Araucanía que usted hace mención, ¿Ya se está trabajando, hay plazos?

Estamos en etapa de diálogo, conversación, consulta. Por lo tanto, es un tema que se está conversando. Es un tema que nace paso a paso y yo sólo pido que gastemos menos tiempo en criticarnos y más tiempo en construir. Hay demasiado tiempo en que la región de La Araucanía los distintos sectores políticos han estado más tiempo preocupados de enrostrarse los errores unos a otros, que de construir una propuesta común.

Yo en esta materia voy a trabajar con las autoridades del gobierno actual, recibiendo consejos y sugerencias de los gobierno a anteriores para generar la necesaria capacidad de avanzar en un camino de solución.

-A esto usted se refería con que al intendente Huenchumilla "hay que apoyarlo"…

Hay que apoyarlo, porque más allá de los errores que ha cometido y declaraciones imprudentes, nosotros tenemos que mirar esto con una visión de Estado. La región de La Araucanía no quiere más guerras, ataques, descalificaciones, quiere soluciones. Y eso significa tener la fuerza y voluntad de avanzar en ese camino, sabiendo que van a haber siempre francotiradores que van a preferir el conflicto. En esto no me voy a equivocar ni un minuto, este es un tema que involucra a una región entera, que lleva décadas arrastrando problemas en los que hasta ahora las propuestas que han formulado las autoridades de los distintos gobiernos no han tenido el éxito de ser capaces de crear condiciones para crear la paz social.

-En este sentido. ¿Se sintió mal interpretado por el ministro Peñailillo, que usó sus declaraciones para rebatirle al diputado Edwards durante la interpelación?

Lo que el ministro Peñailillo hace es hacer mención a una parte de mis declaraciones…pero yo no me voy a quedar en los detalles. No es lo relevante, lo pongo en mayúscula. Lo relevante, lo que la gente espera de los políticos es que resolvamos los problemas y no quedarnos en el diagnóstico. De repente me da la idea de que hay políticos que creen que siendo buenos diagnosticadores solucionan los problemas.

En La Araucanía lo único que se escucha son recriminaciones entre políticos de un sector y otro. Yo me pregunto si eso resuelve el conflicto. Hay que cambiar el switch y ser capaces de avanzar con modestia, con humildad, en construir las bases de un acuerdo social.

-En este sentido, ayudan las declaraciones del ministro Peñailillo ayer en la interpelación respecto de que las medidas tomadas por gobierno de Sebastián Piñera fueron un "rotundo fracaso"

No, no ayudan. No ayudan porque el ministro Peñailillo tiene que ser un actor que tenga una posición constructiva y no destructiva. Ese es el rol que lidere una autoridad que encabece el gabinete.

-El ministro reiteró ayer que la ley antiterrorista se va a modernizar y no se va a usar para enfrentar conflictos sociales, en alusión a la Araucanía.

Lo que pasa es que la ley antiterrorista no se usa para enfrentar conflictos sociales. Se usa para sancionar a quienes cometen delitos horrorosos como el del matrimonio Luchsinger-Mackay, o para casos como cuando se ponen bombas o de otra gravedad. La ley antiterrorista chilena fue íntegramente modificada durante el gobierno de Patricio Aylwin, y por lo tanto lo es verdad que sea una ley que esté vigente desde la época de Pinochet. Esta es una ley que se modificó íntegramente, incluso en el gobierno de Piñera se eliminó dos disposiciones que eran controvertidas respecto de los estándares internacionales.

Por lo tanto, un gobierno no puede anticipadamente renunciar a un instrumento legal, y lo que hay que comprender es que la ley antiterrorista se aplica caso a caso, dependiendo de la gravedad del mismo, y por lo tanto el tema de la Araucanía va mucho más allá de la aplicación de una ley determinada. Este es un tema de carácter político, histórico, que tiene aristas de seguridad ciudadana y donde el Estado tiene el deber de mantener el orden público y proteger  a los ciudadanos frente a los hechos de violencia, cualquiera sea su origen, pero tenemos que ser capaces de resolver los temas profundos de este conflicto, que es los errores del Estado de Chile en materia de tierras, lo que se refiere a representación de los pueblos originarios, a la protección y defensa de los parceleros y agricultores.

Hay muchas facetas que involucran una solución política, de fondo, y en la que todos tenemos que comprometernos en vez de ser grandes diagnosticadores.

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