Europa despliega ofensiva diplomática para salvar cumbre de Copenhague
La UE y Naciones Unidas buscan ahora conseguir un acuerdo político en el marco de la Convención del Cambio Climático, con tal de atraer a Estados Unidos hacia algún tipo de compromiso en la reducción de gases contaminantes de aquí a 2020.
Pese a que Estados Unidos y China, responsables del 40% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, han advertido que no será posible conseguir en la cumbre de Copenhague un acuerdo vinculante que permita la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), Europa se niega a ponerle la lápida a la cita de diciembre en Dinamarca. Por ello, según la prensa europea, la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas buscan ahora conseguir un acuerdo de la Convención de Cambio Climático de la ONU, de la que EE.UU. sí forma parte, en la que se incluyan los objetivos de reducción de gases contaminantes para 2020.
El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, admitió que el desacuerdo entre las partes, el número de detalles por resolver y la cercanía de la Cumbre Mundial del Clima, que se celebrará del 7 al 18 de diciembre, "no permitirán" que se consensúe un tratado jurídicamente vinculante en Copenhague, "pero eso no debe ser excusa para la inacción".
Los negociadores de la UE consideran que si en vez de un tratado completo con sanciones que hay que ratificar luego se consiguiera un texto claro que, sobre todo, aceptara Estados Unidos, valdría la pena esperar un año. "La clave no es si es un acuerdo jurídico o no, la clave es si el acuerdo que salga tiene los elementos básicos de reducción de emisiones y de financiamiento. Eso es lo que tenemos que negociar con EE.UU. y con China, que siguen sin decir qué límite de emisiones aceptarán", afirmó el representante de un país europeo citado por el diario español El País.
En ese sentido, algunos líderes de la UE han lanzado una verdadera ofensiva diplomática destinada a salvar la cumbre de Copenhague. Es el caso del Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien junto a su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, conformó el fin de semana una alianza para que un documento común, que obliga a reducir las emisiones mundiales en un 50% para 2050, sea aceptado. "No hay que permitir que Obama y Hu Jintao celebren un acuerdo basado exclusivamente en las realidades económicas de sus respectivos países", aseguró Sarkozy. "Un acuerdo que no comprometa a nadie no es lo que buscamos", añadió entonces Lula.
"CON EFECTO INMEDIATO"
Pero ayer surgieron nuevas esperanzas para los resultados de la próxima cumbre climática. El primer ministro danés aplaudió la promesadel Presidente norteamericano, Barack Obama, quien después de una cumbre con Hu Jintao en Beijing, dijo que podría llegarse a un acuerdo en Copenhague, que "cubra todos los temas en las negociaciones y que tenga un efecto operativo inmediato".
Rasmussen logró el respaldo de Obama después de que destacara su propuesta para acordar en Copenhague temas centrales como la reducción de emisiones y el financiamiento para ayudar a naciones pobres, mientras retrasa un texto legal vinculante. Obama "apoyó nuestro enfoque, implicando que todos los países desarrollados necesitarán traer fuertes metas de reducción a la mesa de negociaciones en Copenhague", informó Rasmussen.
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