Europa vuelve a reunirse en busca de un compromiso sobre Unión Bancaria

Irlanda estaba entre los más afectados por el colapso de sus bancos, pero  este fin de semana el gobierno irlandés anunció que saldría a mediados de  diciembre del plan de rescate  de 85.000 millones de euros de la UE y del Fondo  Monetario Internacional (FMI). <br>




Los ministros de Finanzas de la Unión  Europea se reúnen este lunes y martes para intentar acercar posiciones sobre  cómo supervisar y, si es necesario, cerrar los bancos en quiebra antes de que  arrastren a toda la economía en una crisis, un mecanismo contemplado en la  incipiente unión bancaria.

Irlanda estaba entre los más afectados por el colapso de sus bancos, pero  este fin de semana el gobierno irlandés anunció que saldría a mediados de  diciembre del plan de rescate  de 85.000 millones de euros de la UE y del Fondo  Monetario Internacional (FMI).

Esta noticia sumada al hecho de que un tercer plan de rescate a Grecia no  se plantea en lo inmediato, permitiría el lunes en Luxemburgo a los ministros  de Finanzas de la eurozona, a los que se sumarán el martes el resto de los  titulares de la UE de esa cartera, dedicarse al mecanismo único de resolución  bancaria.

En medio del torbellino causado por la crisis financiera global comenzada  en 2008 surgieron ambiciosos planes para garantizar que los contribuyentes no  tengan que poner la mano en el bolsillo para achicar las deudas de los bancos,  junto a otros sobre una coordinación más estrecha de las políticas económicas.

Pero sin tanta presión de los mercados y con una economía europea  estabilizada, o en vías de estabilización, las precocupaciones nacionales  resurgen y hacen que sea aún más difícil implementar la propuesta unión  bancaria.

En un informe titulado "La Unión Bancaria Europea: buena idea pero mala  ejecución", el banco alemán Deutsche Bank señala que el plan "tiene su razón de  ser económica y podría, si se implementa de un modo consistente, fortalecer de  manera sustancial la estabilidad financiera en Europa y en particular en la  zona euro".

El problema, sin embargo, es que padece "dos contradicciones fundamentales".

"Por un lado, hay una actitud esquizofrénica de los Estados miembros en lo  que respecta al grado necesario de supranacionalidad para preservar un mercado  financiero interno estable para los servicios financieros", indica el informe.

"Por otro lado, tenemos las expectativas y motivaciones de los Estados  miembros para con la Unión Bancaria, a veces contradictorias", añade.

En su lucha para poner fin a la crisis de la deuda, la Eurozona ya acordó  la creación del Mecanismo Unico de Supervisión (MUS) que permitirá, cuando sea  operacional en 2014, recapitalizar directamente las entidades asfixiadas.

El próximo paso es la creación de un mecanismo único de resolución (MUR),  abierto a los once miembros de la UE que no comparten la moneda única y que  quieran participar, para supervisar el cierre de los bancos que no pueden ser  rescatados.

En el Banco Central Europeo (BCE) insisten en que el MUR es esencial para  completar el MUS, un punto respaldado el comisario de Asuntos Financieros,  Michel Barnier. 

Pero muchos Estados miembros, incluido Alemania, son reticentes, en  particular sobre cómo financiar este fondo que Berlín entiende que requiere  cambios en los tratados del bloque.

Una solución temporaria sería utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad  (MEDE), el fondo de rescate de la UE que ya ayudó a los bancos españoles.

Una fuente europea concedió que el MUR "está aún lejos de un acuerdo final"  y reconoció que el "MEDE puede asumir el papel" en una primera fase hasta que  se constituya un fondo especial del sector bancario.

Puede surgir también otro problema inmediato derivado de las pruebas de  resistencia a la banca que debe llevar a cabo el BCE el próximo año para saber  si las entidades financieras son lo suficientemente robustas o si necesitan más  capital.

Según las nuevas reglas adoptadas para el sector, un banco al que le falte  capital tendrá que buscar primero dinero fresco en los mercados, y luego llamar  a contribución a sus acreedores e incluso los depositantes, aunque no estén  asegurados.

Si todo ello falla se podría recurrir a las arcas públicas. La semana  pasada, en una carta dirigida a los ministros europeos, el comisario de Asuntos  Económicos, Olli Rehn, aseguró que esa ayuda no sería contabilizada en los  déficit estatales por lo que los países en cuestión deberán hacer esfuerzos  fiscales adicionales.

Un Sistema de Garantía de Depósitos, para asegurar a los ahorristas que su  dinero está a salvo, incluso en épocas de crisis, completaría la unión bancaria.

La reacción al MUR "revela una oposición fundamental antes que  preocupaciones meramente técnicas... los Estados miembros son reticentes a  hacer frente a las consecuencias lógicas en lo que concierne a la soberanía  nacional", indica el Deutsche Bank que advierte que "a menos que esto cambie,  la unión bancaria fracasará".

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.