Familia, residencia y colaboraciones marcaron su férrea relación con Chile

Vino por primera vez en 1986 y un año después desató un verdadero furor en el Festival de Viña.




Apenas supo, telefoneó a un par de amigos en Chile y se mantuvo pegado a internet. Porque el terremoto de 2010 azotó a una zona particularmente querida por Gustavo Cerati. El maremoto, incluso, había alcanzado los caminos de tierra de Llico, donde en sus días de matrimonio con Cecilia Amenábar acostumbraba a pedalear desde Vichuquén.

Es por eso que, 14 días después de la tragedia, fue uno de los animadores del festival solidario Argentina Abraza a Chile. Sobre un escenario montado en los Bosques de Palermo, en Buenos Aires, Cerati les recordó a unos 100 mil argentinos el estrecho lazo que lo unía con el país vecino. "Tengo una relación especial con Chile, mis hijos nacieron ahí", dijo esa tarde, que para él era mucho más que un gesto de ayuda; Chile es también el país de Benito (20) y Lisa (18). Era una manera de retribuir a una tierra donde ha escrito capítulos importantes de su vida desde abril de 1986, cuando llegó a debutar al frente de Soda Stereo haciendo playback en Martes 13, refugiado por el toque de queda en la casa de Ricardo Miranda (en ese entonces, ejecutivo de Canal 13) y luego rematando seis funciones agotadas en el Estadio Chile.

"Era la primera vez que Soda sonó en Chile y lo hizo agotando todo, pero también en la casa de Miranda, aprovechando que había instrumentos", explica Oscar Sayavedra, el primer mánager oficial del trío y responsable de su suceso. Tres meses después del debut, Cerati volvería con su novia y luego primera esposa, Belén Edwards, al Festival de Viña de 1987, la mejor muestra de que el fenómeno estaba desatado. "Las fans trataban de encontrarlos por todos lados", recuerda Eduardo Sepúlveda, entonces reportero de la revista nacional Super Rock. Miguel Tapia, de Los Prisioneros, acota: "Había una rivalidad, pero de nosotros hacia ellos, porque estaban apoyados por el establishment. Por supuesto que me reconcilié con ellos, reconozco su influencia".

Su segundo matrimonio fue con la chilena Cecilia Amenábar, a quien conoció cuando ella era otra de sus fans. En 1993 se casaron y Cerati se trasladó a Chile a vivir cerca de dos años a El Golf, donde compuso su debut solista, Amor amarillo, de 1993. Mientras, iniciaba una larga lista de nexos con Chile con el trío electrónico Plan V, el que formó con Christian Powditch -uno de sus mejores amigos- y Andrés Bucci. De hecho, Powditch viajó ayer a Argentina para asistir al adiós de su camarada. "Es algo muy personal, estoy muy afectado", comentó.

Entremedio produjo el disco Sueños en tránsito (1997), de Nicole, figura que ayer, a través de su representante, se declaró muy conmocionada por la noticia. Andrés Sylleros, músico local que trabajó en ese disco, cuenta: "Tuvimos una química tremenda y respetó mucho las ideas originales de Nicole". Luego, citaría un fragmento de la canción Del alma al aire, de Alturas de Machu Picchu de Los Jaivas, en su segundo disco en solitario, Bocanada (1999). Tres años más tarde, para Siempre es hoy (2002), lleva a Buenos Aires al rapero local Camilo "Tea Time", ex Los Tetas, para cantar en el tema Altar. "Es un tipo muy sencillo y tranquilo para trabajar, porque tiene claridad", comenta Castaldi.

En los últimos años, las colaboraciones pasaron a ser con sus hijos, ya que Benito es también músico e incluso tocó el sábado pasado en el Caupolicán.

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