Fiscalía de Berlín abre investigación contra presidente alemán por presunto cohecho

La indagatoria es por la adquisición del vehículo particular que habitualmente conduce Bettina, la esposa de Christian Wulff. Este es el segundo escándalo que envuelve al mandatario germano desde fines del año psado.




La fiscalía de Berlín abrió una investigación al Presidente de Alemania, Christian Wulff, por presunto cohecho en la adquisición del vehículo particular que habitualmente conduce su esposa Bettina Wulff.

Así lo revelaron hoy los rotativos Berliner Zeitung y Frankfurter Rundschau, en los que la fiscal superior, Simone Herbeth, declara que "se está haciendo una investigación previa para saber si ha habido un comportamiento delictivo".

Esta nueva sospecha se suma al escándalo surgido a finales del pasado año cuando se conoció que Wulff había recibido para financiar su vivienda privada un crédito inmobiliario de un matrimonio millonario amigo, que posteriormente pagó con otro crédito bancario concedido en condiciones muy favorables.

Los dos diarios señalan que el matrimonio Wulff conduce desde el pasado verano, y de forma gratuita, un Audi Q3 que les fue entregado, dentro de la campaña de promoción del automóvil, varios meses antes de que ese lujoso modelo fuese comercializado.

El abogado de Wulff, Gernot Lehr, negó categóricamente hoy que el Presidente y su mujer condujesen durante el verano del año pasado ese modelo de Audi.

"De hecho, Bettina Wulff adquirió por primera vez un Audi Q3 el 22 de diciembre de 2011 y pagó por él la cantidad indicada", agregó Lehr.

Por su parte, el fabricante alemán de automóviles Audi, perteneciente al grupo Volkswagen, optó por no hacer declaraciones al respecto, alegando que "por principios" no revelan detalles sobre las condiciones de compra de clientes privados.

Los abogados de Wulff señalaron ya a mediados de enero que Bettina Wulff había encargado un Q3 y que la empresa Audi le había proporcionado hasta la entrega de su vehículo "un automóvil del mismo tipo a cambio del pago de un alquiler mensual".

La apertura de la nueva investigación contra Wulff se produce después de que la fiscalía de Hannover (norte de Alemania) registrara la semana pasada la sede de la Presidencia alemana en busca de pruebas contra su ex vocero Olaf Glaeseker, que dimitió en diciembre en pleno escándalo por sospechas de corrupción sobre el político conservador.

Glaeseker, asesor de Wulff y vocero del político desde sus tiempos de primer ministro de Baja Sajonia, dimitió unas semanas después de que estallara el escándalo por presunto amiguismo del Presidente en su etapa de "barón" regional del "Land".

Contra Glaeseker hay abiertas diligencias por presunto soborno y corrupción, relacionadas con sus contactos con destacados hombres de negocios de Baja Sajonia.

El escándalo por presunto amiguismo contra Wulff estalló el pasado 13 de diciembre, al publicar el popular diario "Bild" que en sus tiempos de primer ministro regional había aceptado un crédito privado de empresarios amigos por medio millón de euros, con el que adquirió una casa unifamiliar.

A esas sospechas siguió la publicación de una lista de estancias vacacionales pasadas por Wulff y su familia a invitación de distintos empresarios, en Italia, España y Florida, asimismo siendo "barón" de Baja Sajonia.

Wulff llegó a la presidencia alemana en junio de 2010, a propuesta de la canciller Angela Merkel y tras la dimisión de su correligionario Horst Köhler por unas declaraciones relacionando la misión de Afganistán con los intereses económicos de Alemania.

Merkel ha expresado repetidamente su apoyo a Wulff, cuya dimisión exigen la mayoría de los alemanes, según las encuestas.

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