Franz Ferdinand, Pearl Jam y Arcade Fire: tres nombres que alistan su regreso discográfico
Las agrupaciones vuelven con discos que remiten a su sonido más tradicional.
Son los tres retornos más destacados en lo que queda de temporada discográfica: Franz Ferdinand, Pearl Jam y Arcade Fire, bandas que han construido culto y popularidad en sus respectivos nichos, vuelven para revalorizar pergaminos y, de seguro, ocupar los titulares de la prensa especializada.
En el caso del cuarteto escocés, su nueva entrega -la primera en cuatro años- se llama Right thoughts, right words, right action y fijó fecha de estreno para el 26 de agosto. Eso sí, como una suerte de previa antes del gran banquete, la banda presentó a fines de junio dos adelantos, Love illumination y Right action, tema que además fue secundado con un videoclip.
Pero si se trata de anzuelos audiovisuales, los hombres de Take me out colgaron por esa misma fecha el tráiler de un documental que acompañará el lanzamiento del trabajo, que indagará en el proceso creativo tras las nuevas canciones y que incluye imágenes de su última escala en Santiago, para el festival Lollapalooza que se hizo en abril pasado. No sólo eso: el staff del conjunto también registró el paso de su cantante, Alex Kapranos, por la discoteca Blondie durante los mismos días del evento, cuando ofició como DJ en la misma pista donde la música de su grupo suena casi todos los fines de semana.
Más allá del decorado extra, la revista británica NME ha sido uno de los pocos medios en acceder a Right thoughts... y, de manera muy preliminar, se atrevió con una sentencia que ya entusiasma a los viejos fans: Franz Ferdinand abandonó el tono sombrío de su anterior título, Tonight (2009), para nuevamente entregarse al festín de sintetizadores, guitarras galopantes y estribillos para alzar a todo pulmón, los ejes donde forjaron su prestigio a principios de siglo. "Es un disco que jamás aburre y que, desde un comienzo, tiene coros asesinos", escribió el periodista Matthew Horton.
Buenas críticas
La misma reverencia a los buenos viejos tiempos fue la que soltaron los seguidores de Pearl Jam en la mañana del 11 de julio, cuando, sin demasiado aviso y luego de una última década marcada por la irregularidad, subieron a internet el single Mind your manners, adelanto de su décimo trabajo, Lightning bolt, con estreno para el 14 de octubre.
Una melodía urgente y filosa que asoma como una versión modernizada del vértigo de Spin the black circle, canción parida en sus días noventeros junto al reputado productor Brendan O'Brien, el mismo aliado histórico con el que volvieron a trabajar en su flamante entrega. Eso sí, la vibra urgente del primer sencillo puede resultar engañosa: según adelantó el guitarrista Mike McCready a la revista Rolling Stone, el sonido del disco tendrá un carácter más diverso. "Será una extensión lógica de lo que fue Backspacer (2009). Hay un poco de material experimental, hay cierta vibración a lo Pink Floyd en algunas de sus partes, pero en otras también hay un enfoque muy punk".
Esa misma fusión de estilos es lo que esperan los devotos de un grupo que en el último decenio enarboló la mezcla de sonidos más atípicos -muchos de ellos alejados del rock más convencional- como parte protagónica de su genética. Los canadienses Arcade Fire lanzarán su cuarto álbum -el sucesor del aclamado The suburbs (2010)- el 29 de octubre, con la aún no oficializada opción de presentar su nuevo sencillo este 9 de septiembre. Pese a lo sofisticado de su propuesta y su estampa, las fechas se revelaron del modo más pedestre: como una respuesta a un fan que en su cuenta de Twitter les dedicó el mensaje "son mis favoritos".
El productor del nuevo trabajo, James Murphy, el cerebro tras los desaparecidos LCD Soundsystem, ha sido más elocuente, al calificarlo como "una obra que impresionará y que tiene un sonido fantástico". Algo similar experimentaron los asistentes a un show privado que la agrupación ofreció en diciembre, cuando presentaron parte de sus nuevos temas ante una audiencia muy reducida. La prensa recogió opiniones que calificaban a las composiciones como piezas llenas de groove, bailables y que retratan la historia de los negros en EE.UU.
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