Ganador de montaña en el Giro de Italia: "Lo que distingue al colombiano es no rendirse"

Julián Arredondo explica las razones del éxito cafetero en este deporte y asegura que la disciplina está dejando atrás el fantasma del dopaje.




Es domingo y el Mall Sport se encuentra lleno. Niños escalando paredes, padres con sus hijos y gente comprando en las tiendas decoran la escena. En medio de todo el ajetreo, alguien se saca fotos, firma autógrafos y saluda a la gente. Es Julián Arredondo, ciclista colombiano, rey de la montaña en el Giro de Italia 2014, que estuvo en Chile como figura del desafío Trek-Subaru. "Es mi primera vez en Santiago, ando un poco de vacaciones", dice bromeando. Así, entre flashes y autógrafos, el colombiano, de 26 años, atiende a La Tercera para hablar de lo que más le gusta, el ciclismo.

¿Cómo califica su año?

Ha sido bastante positivo. Además de haber ganado la Maglia Azzurra en el Giro (por ser el mejor escalador), gané una etapa. También fui quinto en el Tirreno-Adriático y gané dos etapas en San Luis, además de ser cuarto en la tabla general. En la Japan Cup lo hice bien y terminé quinto.

Ya a nadie le extraña ver a un colombiano destacando en ciclismo. ¿A qué se debe?

Primero, a la topografía; al tipo de terreno que tenemos en Colombia. También a la altura, de más de 2.000 metros. Lo segundo es gracias a que el Gobierno ha impulsado proyectos y ha inyectado dinero a este deporte. Así, se crean escuelas, ciclistas y, por ende, figuras para exportar.

¿Ve potencial en Chile en el ciclismo?

Estuve en las carreteras de Santiago y tienen todo tipo de terreno. Creo que falta más apoyo de las autoridades y de la empresa privada. Sin ellos es imposible darse a conocer al mundo. Es fundamental que haya confianza en el deportista, porque los resultados no son de la noche a la mañana, eso toma tiempo.

¿El ciclista colombiano tiene algo distinto al resto?

Creo que eso sería la constancia, no rendirse ante el primer obstáculo. El ciclista colombiano es aguerrido y siempre tiene hambre de triunfos. Eso nos caracteriza.

La actividad se ha ensuciado con los casos de dopaje en los últimos año. ¿Cómo se equilibra la tremenda exigencia de este deporte sin caer en trampas?

Eso se puede lograr. Hay que ser disciplinado y constante. Hay que hacer las cosas bien y cuidarse. Con eso se puede ganar cualquier tipo de carrera. De cualquier forma, un burro nunca va a igualar a un caballo de carreras, aunque dopes al burro. El caballo siempre será mejor. Éste es un deporte en el que puedes hacer lo que sea, pero si no tienes condiciones es imposible que surjas.

¿Qué piensa de los que se dopan?

No me gusta hablar mucho de este tema. Pero en esa época (cuando explotó el caso Armstrong) lo hacían todos, todos corrían en las mismas condiciones. Siempre va a haber alguien que gane y, en esa época, era Lance. Él para mí sigue siendo un campeón.

¿Todavía hay un manto de duda cuando alguien logra un triunfo?

Si gana un corredor  constante, alguien que siempre ha tenido buenos resultados, entre los top 10, es normal. Pero si llega alguien de la noche a la mañana y triunfa, ahí no cuadra mucho todo.

¿Tras los casos de dopaje, se ha ido limpiando la imagen del ciclismo?

Sí, con el tema del pasaporte biológico el ciclismo va por buen camino y lo del doping se va dejando atrás.

¿Molesta que por unos pocos a todos se les controle tanto?

Sí. Pienso que por eso muchas empresas dejan de patrocinarnos. El llamado es a que confíen en el ciclismo. Es un deporte que está cambiando. La gente que hace trampa seguirá, pero los años duros del ciclismo ya pasaron. Ahora se vienen años muy buenos.

¿Su sueño en el ciclismo?

Quiero ganar la Flecha Valona y un campeonato del mundo. Con cualquiera de las dos estaría feliz.

¿Y ganar un Tour de France o un Giro de Italia?

No, no. Las competencias de tres semanas no me desvelan. Me gusta ser un corredor combativo, de carreras cortas. Disfruto llevarme a casa etapas y dar espectáculo. Me gustan las batallas de un día. Para correr tres semanas se requiere otro tipo de preparación y por el momento no está en mis planes.

¿Siempre fue tan bonito?

No. Pensé hasta en renunciar. Es que a veces ocurre que, aunque uno mucho insista, las cosas no se dan como uno quiere. Me ocurrió hace varios años. Pero intenté otro año más y fue el que cambió todo.

¿Habla con Nairo Quintana, Rigoberto Urán y los demás colombianos?

Sí. Somos muy amigos. En carretera somos rivales, pero fuera de ella no. Nos hacemos compañía.

¿Es muy solitaria la vida del ciclista?

Sí. Cuando uno viaja para ir a Europa es así. Hay que dejar todo: la novia, familia, el país e ir a otro lado. En un año puedo llegar a estar 200 días fuera de casa.

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