Georgia denuncia la ocupación rusa en primer aniversario de guerra en Osetia

El país caucásico inició los actos conmemorativos con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la invasión del Ejército ruso.




Georgia recuerda hoy la guerra con Rusia por el control de la separatista Osetia del Sur en su primer aniversario con diversos actos y denuncias de que la contienda fue provocada por la incursión de tanques rusos en su territorio.

El país caucásico inició los actos conmemorativos con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la invasión del Ejército ruso, que allanó el camino para la independencia de las dos regiones separatistas y prorrusas, Osetia del Sur y Abjasia.

A las 15.00 horas (12.00 GMT), los integrantes del Gobierno y el Parlamento de Georgia abandonaron sus oficinas y salieron a la calle para recordar a los 170 militares, 11 policías y 219 civiles muertos en los ataques y bombardeos rusos en aquella "guerra de cinco días", que oficialmente estalló el pasado 8 de agosto.

"El reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur condujo a Rusia a un callejón sin salida, comparable a la incursión de la URSS en Checoslovaquia o Afganistán. Ningún Estado democrático apoya tales acciones", dijo el presidente del Parlamento, David Bakradze.

Tanto nacionalistas como opositores se manifestaron "contra la ocupación rusa", mientras los jóvenes se darán cita por la noche en un concierto de rock titulado "No olvidamos".

El presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, se desplazó a Gori ciudad a 30 kilómetros de Tsjinvali, la capital suroseta, que fue bombardeada por la aviación y ocupada por las tropas rusas hasta que la mediación europea permitió detener la guerra el 12 de agosto.

El Gori, la patria chica de Stalin, la estatua del dictador soviético fue rodeada de una réplica del Muro de Berlín, que simboliza a la Georgia dividida y en el que se colgaron fotos de la tragedia de hace un año.

Durante el día, miles de personas tendieron una cadena humana desde Gori hasta Zugdidi, cerca de Abjasia, y, tras caer la noche, en todas las ciudades georgianas se encenderán grandes fogatas para recordar a los caídos y denunciar la ocupación rusa.

Desde la guerra, Rusia reconoció la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, a cuyos habitantes ya había concedido su nacionalidad, estableció con ellas relaciones diplomáticas, suscribió acuerdos de asistencia en caso de agresión exterior y desplegó bases militares en ambas repúblicas.

El Gobierno de Georgia presentó la víspera un informe, según el cual la contienda fue desatada por la invasión del Ejército ruso el día 7, y no por el ataque de las fuerzas georgianas contra Osetia del Sur.

El informe sostiene que unos 150 carros de combate, blindados, piezas de artillería y camiones con tropas rusas habían entrado en el túnel de Rog, que une Rusia con Osetia del Sur, en la mañana del 7 de agosto, veinte horas antes del ataque georgiano.

También afirma que esta "agresión" fue coordinada con los ataques que las fuerzas surosetas habían lanzado desde el 5 de agosto contra las localidades georgianas de la región, provocando así la respuesta de las tropas de Georgia.

El conflicto, en el que, además de 400 georgianos, murieron 67 militares rusos y 162 civiles surosetas, causó también casi 200.000 desplazados, de los cuales unos 30.000, en su mayoría georgianos de Osetia, siguen sin poder volver a sus hogares.

Saakashvili reconoció que su Ejército fue el primero en iniciar las hostilidades en Osetia del Sur, pero subrayó que actuaba en su territorio nacional y no tenía otra opción a la vista de los ataques surosetas y la intervención militar iniciada por Rusia.

"Intentábamos impedir una intervención militar y actuábamos en nuestro territorio. Ningún soldado georgiano ha pisado territorio ajeno", declaró ante una comisión parlamentaria el 28 de noviembre pasado.

Rusia, por su parte, sostiene que su Ejército entró en Georgia después del asalto georgiano a Tsjinvali para defender a sus "ciudadanos" y a las fuerzas de paz rusas emplazadas en Osetia del Sur desde la guerra de secesión de principios de la década de 1990.

Moscú sostiene que lanzó una "operación de imposición de la paz" para evitar el "genocidio" premeditado del pueblo suroseta autorizado por Saakashvili, envalentonado por el apoyo que recibía de EEUU y la OTAN en su pulso con Rusia.

A medida que se acercaba el aniversario, entre Osetia del Sur y Georgia, al igual que hace un año, se reanudaron los tiroteos nocturnos en la frontera, de los que ambas partes se acusaron mutuamente, lo que hizo temer un nuevo conflicto.

Rusia echó leña al fuego al declarar que su Ejército se reserva el derecho de "usar todas las fuerzas y medios disponibles" para defender a la población de Osetia del Sur y a los militares rusos emplazados en esa región, que ha cerrado la frontera con Georgia.

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