Gigantesco estallido de rayos gamas

Los astrónomos lo describieron como "un monstruo", porque fue la explosión cósmica más grande y brillante que se tenga registro. Y si la tierra hubiese estado más cerca, ya no existiría.




El estallido se originó a 3.7 mil millones de años luz de distancia, pero gracias al satélite de la Nasa, Swift, los científicos lograron ver esta especie de espectáculo de fuegos artificiales, que sólo es sobre pasado por el mismo Big Bang que creó el universo. Si hablamos de potencia, es seguido por una explosión observada en 1999, que fue cinco veces menos intensa.

Estas explosiones violentas de rayos gamma son comúnmente asociadas con las explosiones de estrellas masivas y que terminan creando un hoyo negro. Son eventos comunes en el Universo pero, por primera vez, un grupo de investigadores del Instituto Niels Bohr, entre otros, lograron observar este estallido de rayos gamma inusualmente poderoso —monstruoso, según ellos relatan—, en un universo relativamente cercano.

Según el astrofísico y investigador, Rob Preece, estas explosiones "son las más titánicas del universo" y que, esta en específico, fue tan energética, que dañó parte de los instrumentos de Nasa. Daniele Melasani, del Centro de Cosmología Oscura del Instituto Niels Bohr, cuenta cómo fue el momento que notaron el evento: "Vimos una explosión de rayos gamma que fue muy brillante. Un estallido de rayos gamma monstruoso. Uno de los más poderosos estallidos de rayos gamma que hemos observado con el satélite Swift", relata.

Al mismo tiempo, Melasani es clara en destacar que lo que han descubierto "se trata de una estrella gigante, con una masa de 20 a 30 veces la masa de el Sol, y una rotación muy rápida. Sin embargo su tamaño es de sólo 3 a 4 veces el del Sol, por lo que es extremadamente compacta", concluye.

El evento tuvo lugar en abril pasado, pero según la misma investigadora, Melasani, la explosión fue tan potente que "pudimos observar el resplandor durante varios meses", mientras que lo usual son semanas. Los resultados se han publicado en la revista científica Science esta semana.

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