Gobierno de EEUU planea creación de unidad especial para interrogar a terroristas

El Gobierno de EEUU se plantea la creación de una unidad especial, formada por miembros de los servicios secretos y las fuerzas de seguridad, para el interrogatorio de supuestos terroristas, publican hoy medios estadounidenses.

Según afirma hoy el diario The Wall Street Journal, la creación de esta unidad se encuentra dentro de una propuesta que un grupo de trabajo tiene previsto presentar a la Casa Blanca.

La unidad, según el diario, estaría integrada tanto por miembros de los servicios secretos como de las fuerzas de seguridad, en especial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Oficina Federal de Investigación (FBI) y el Pentágono.

Se centraría en los detenidos "de alto valor", aquellos de alto rango en las organizaciones terroristas y que pueden aportar informaciones importantes que sirvan para desarticular redes o impedir atentados.

Uno de los cometidos del equipo, explica el diario, sería desarrollar una nueva serie de técnicas para los interrogatorios de los sospechosos, que no representen tortura o malos tratos pero que no necesariamente estén incluidas en el Manual del Ejército, que regula las normas para los interrogatorios en las Fuerzas Armadas.

Su objetivo sería, más que recabar información que permita llevar a los sospechosos a juicio, obtener datos de inteligencia, agrega.

Aunque no está determinado cómo se estructuraría la unidad, el equipo de interrogadores no estaría gestionado por la CIA, a diferencia de lo ocurrido durante el mandato de George W. Bush.

Según indican otros medios, el establecimiento de la unidad, de confirmarse, representaría un intento del Gobierno del presidente Barack Obama por distanciarse de las prácticas aprobadas por la Administración Bush, que permitió técnicas equivalentes a la tortura, como los ahogamientos simulados.

Los planes salen a la luz cuando se cumplen seis meses de que el presidente estadounidense ordenara el cierre de la prisión de Guantánamo en el plazo de un año, donde permanecen aún cerca de 230 presos cuyo futuro EE.UU. trata aún de determinar.