Gobierno de Sudán del Sur firma un alto el fuego con los rebeldes

Ambas partes acordaron decretar esta medida y buscar una solución al asunto de los rebeldes detenidos por el Gobierno sursudanés, cuestión que había obstaculizado el diálogo.




El Gobierno de Sudán del Sur y los rebeldes firmaron hoy en Adis Abeba un acuerdo de alto el fuego, después de más de un mes de un conflicto que ha colocado al país más joven de África al borde de la guerra civil.

El acuerdo se logró tras varias semanas de negociaciones auspiciadas por la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), el bloque regional mediador de África Oriental en la crisis de Sudán del Sur.

Ambas partes acordaron decretar un alto el fuego y buscar una solución al asunto de los rebeldes detenidos por el Gobierno sursudanés, cuestión que había obstaculizado el diálogo.

El pacto fue firmado por los jefes de la delegación de Gobierno sursudanés, teniente general Nhail Deng Nhail, y de la delegación rebelde, general Taban Deng, en la sala de un hotel de la capital etíope abarrotada de diplomáticos y periodistas.

"El Gobierno es capaz de hacer cumplir a su Ejército el cese de las hostilidades y aplicar la letra y el espíritu del acuerdo", aseguró Deng Nhail, quien dio un apretón de manos a su interlocutor tras rubricar el pacto.

"Creemos que nuestros camaradas que languidecen en prisión son presos de conciencia por sus opiniones políticas. Pensamos que su presencia física es importante para que las negociaciones terminen con éxito", dijo el negociador rebelde.

Por su parte, el director de Paz y Seguridad de la IGAD, Tewolde Gebremeskal, manifestó su esperanza de que "las armas se silencien antes de 24 horas".

Entre los diplomáticos presentes en la ceremonia se encontraba el embajador de la Unión Europea (UE), Alex Rondos, quien subrayó que "la paz se debería restaurar y los asesinatos deben cesar", pues "la ley internacional ha de respetarse".

Con el fin de poner fin a la violencia, el Gobierno y los rebeldes sursudaneses habían acordado la semana pasada en Adis Abeba parte de los detalles de un alto el fuego, si bien persistían puntos de fricción, como las condiciones para ponerlo en marcha.

Las negociaciones han encallado en varios ocasiones por la insistencia de los insurgentes en exigir, para lograr un acuerdo, la liberación incondicional de los "detenidos políticos" en Sudán del Sur.

La presencia activa de tropas de Uganda -miembro de la IGAD- en Sudán del Sur también ha provocado el malestar de los rebeldes, que acusan a los soldados ugandeses de atacar sus posiciones y de contravenir así el espíritu de las negociaciones.

Los líderes de los siete países de África Oriental que forman IGAD han aprobado el envío a Sudán del Sur de una fuerza pacificadora de 5.500 soldados, anunció ayer la ministra de Exteriores de Kenia, Amina Mohamed.

Con esa decisión, la IGAD da curso a una resolución de la ONU, que el pasado 24 de diciembre aprobaba redoblar su presencia en Sudán del Sur con 5.500 cascos azules más, que serán aportados por algunos de los países miembros de la organización regional.

Con el envío de estas tropas, la misión de la ONU en Sudán del Sur, UNMISS, contará con 12.500 efectivos en este país.

El conflicto en Sudán del Sur estalló el pasado 15 de diciembre, cuando el presidente del país, Salva Kiir, acusó a su exvicepresidente y actual líder rebelde, Riek Mashar, de una intentona golpista.

Cerca de 10.000 personas han fallecido durante los enfrentamientos, según cálculos del Grupo Internacional de Crisis, una organización internacional no gubernamental especializada en el análisis de conflictos.

Al menos 335.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por la violencia en Sudán del Sur y 78.000 se han refugiado en los países vecinos, según informó el pasado martes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

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