Guía para enfrentar el último mes antes de la PSU
Cómo superar los miedos
La ansiedad se genera ante escenarios que aparecen como catastróficos, como el temor a bloquearse ante la prueba o quedarse dormido. Para no sobredimensionarlos, se recomienda visualizar antes las salidas a cada problema. Por ejemplo, si el temor es a bloquearse, saber cómo salir de él. "Hay que entrar de a poco en la prueba. Leer la pregunta y reconocer lo que uno entiende. Si me piden un ángulo, identificarlo, luego ver los antecedentes que me dan y los que faltan. Así, el alumno se da cuenta de qué sabe", dice Virginia Seyler, sicóloga del preuniversitario Pedro de Valdivia.
Trabajar las áreas débiles
Las materias más difíciles debieran tener prioridad en el repaso. Generalmente se trata de aritmética y geometría, en Matemáticas; y de comprensión de lectura, en Lenguaje. Antonio Abollado, profesor de matemáticas del Santiago College, propone empezar con lo más simple y luego pasar a ejercicios más complejos. Antes de ejercitar matemáticas, se debiera hacer un resumen de la materia, luego anotar fórmulas y propiedades y practicar. Lo ideal es dedicarle a cada ramo un mínimo de 45 minutos, con recreos de cinco minutos.
El momento del resumen
Lo ideal ahora es resumir el año. Ello no significa leer toda la materia, sino trabajar en base a las síntesis que ya se han hecho. Si no se ha invertido tiempo en ello, es el momento de ponerse al día. Seyler recomienda leer un texto, destacar los elementos clave, luego hacer resumen y, por último, explicárselo a alguien. "Esto fija más el conocimiento recién adquirido que sólo leer", agrega. ¿Cuándo parar? Se recomienda cerrar los cuadernos entre cuatro y cinco días antes de la prueba.
Cómo encarar el test
Ernesto Reyes, vicerrector del Instituto Alonso de Ercilla, recomienda responder cada pregunta según su tipo: de reconocimiento (saber dónde habitaban los diaguitas), aplicación (interpretar un gráfico) y de análisis (relacionar información). La primera se basa en contenidos, por lo que si no se estudió esa materia, es mejor omitir. El resto se puede sacar por deducción y allí el consejo es leer la información, preguntarse qué es lo que se pide, concentrándose en las palabras claves e identificando los distractores. "En todas las preguntas hay respuestas que son distractores. Lo ideal es identificarlos, para que la posible respuesta correcta esté entre dos opciones", agrega Tulio Barrios, subdirector del Cumbres.
La comida y el ejercicio
Alimentos ricos en glucosa y flavonoides, como el chocolate y las frutas, además de las proteínas, aumentan el flujo de sangre al cerebro, producen energía y estimulan la fabricación de neurotransmisores. También es clave mantener una rutina diaria de ejercicios, ya que estimula el funcionamiento de circuitos cerebrales responsables de la memoria, atención y motivación. Además, se liberan dopamina y endorfina, relacionados con la motivación y sensación de recompensa. No se trata de entrenar duramente. Incluso basta con usar el tiempo de recreos para salir a caminar.
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