Hamburgo no quiere autos en su centro

El plan, que pretende erradicar en 20 años los vehículos del centro de la urbe, va un paso más allá de las iniciativas de otras ciudades europeas que buscan disminuir las emisiones de carbono.




Con casi dos millones de habitantes, Hamburgo es la segunda ciudad más poblada de Alemania y su puerto es uno de los más importantes de Europa. La urbe se destaca por ser una de las más ajetreadas del continente y su impulso turístico ha ido en alza sostenida en los últimos cinco años.

Sin embargo, otra de las características de esta ciudad es su conciencia con el medioambiente, y es por esto que decidió ir un paso más allá, resolviendo erradicar todos los automóviles del centro urbano para el año 2034 y, de este modo, reducir las emisiones de carbono. Según el diario inglés The Independent, este nuevo y revolucionario plan urbano lleva como nombre Red Verde y permitirá que los ciudadanos tengan mejores posibilidades para viajar en bicicleta, a pie o en transporte público a lo largo de una serie de vías verdes que conectarán los parques, áreas recreativas, parques infantiles y jardines de la zona.

"Dentro de 15 o 20 años, será posible recorrer la ciudad entera exclusivamente a pie o en bicicleta", dijo Angelika Fritsch, portavoz de la ciudad de Hamburgo, agregando que la idea del proyecto es "ofrecer a las personas oportunidades para ir de excursión, nadar, practicar deportes acuáticos, disfrutar de un picnic, restaurantes y ver la naturaleza en plena ciudad". Según las autoridades de la ciudad, cerca de 30 planificadores están trabajando a tiempo completo en el proyecto, que pretende cubrir 17.000 hectáreas. Es decir, el 40% de la ciudad será afectada con esta modificación urbana.

"Ciudades como Londres tienen un cinturón de áreas verdes. Pero la Red Verde cubrirá desde la periferia hasta el centro de la ciudad", afirmó Fritsch. La gran preocupación que aqueja a Hamburgo, y que ha impulsado la gran mayoría de sus políticas de conservación del medioambiente, es que, a pesar de ser una ciudad costera, sus temperaturas medias han subido cerca de 3 °C en el último tiempo. Además, se estima que sus niveles marítimos aumentarán entre 30 y 110 centímetros para el año 2100, incrementando las posibilidades de inundaciones.

En 2011, esta ciudad fue galardonada por la Comisión Europea con el premio Capital Verde, en donde se le reconoció su preocupación por el medioambiente y por el desarrollo sustentable del entorno de sus habitantes.

Otra ciudad que ha intentado disminuir considerablemente sus niveles de emisión de carbono es Copenhague, en Dinamarca, que este año fue galardonada como Capital Verde. En esta ciudad se están construyendo 26 "superautopistas" de bicicleta con la intención de terminar con el flujo vehicular y las emisiones de carbono para 2050. En Reykjavik, Islandia, fueron pioneros en crear una flota de autobuses municipales con motor de hidrógeno. Las autoridades municipales también prevén que en 2050 no se consuma ningún tipo de combustible fósil. Mientras tanto, Friburgo, en Alemania, cuenta con algunas de las normas más estrictas del mundo en cuanto al uso de vehículos y tiene más de 400 km de ciclovías.

A esta cruzada ambiental se suma Londres, la capital británica, que en 2003 introdujo una tarifa de congestión para reducir el volumen de automóviles en el centro de la ciudad y, gracias a ello, el número de autos se redujo un 35%. También, la ciudad colombiana de Bogotá, donde se creó una completa red de buses y una extensa carretera para bicicletas para reducir en un 40% el tráfico en las horas punta. Para 2015 se espera eliminar el uso del vehículo privado en algunas zonas de la urbe.

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