Hermana de Cristina Fernández gana protagonismo tras años de bajo perfil

En la última semana Giselle Fernández participó de dos actos políticos y dio una entrevista radial.




En medio de un año electoral, la aparición destacada de la hermana de la presidenta de Argentina podría no ser algo fortuito o casual. Después de años de haber mantenido un bajo perfil, Giselle Fernández, la hermana menor de la mandataria Cristina Fernández, en las últimas semanas ha comenzado a ganar protagonismo en actos oficiales y de agrupaciones kirchneristas, y el martes dio por primera vez una entrevista a una radio, donde defendió la gestión del Ejecutivo y a algunos de sus funcionarios.

Giselle Fernández, quien tiene dos años menos que la presidenta, acudió a la llegada de la Fragata Libertad, en el puerto de Mar del Plata, en enero. En la última semana acudió a dos actos del conglomerado K Unidos y Organizados. Y hace dos días habló con Radio Nacional, donde con voz fuerte y propia dijo que ve a la mandataria "bárbaro" y que no ha sido fácil escuchar las críticas que se le hacen. "Se han dicho barbaridades de mi hermana y mi cuñado (el fallecido Néstor Kirchner)", y "la verdad, no fue fácil para mí, porque no están hablando de un dirigente, están hablando de tu hermana, de tu cuñado. Son tu sangre y es difícil".

Pese a eso, aseguró que tanto Néstor como Cristina Kirchner "cambiaron el país y tendrían que escuchar nada más que elogios y agradecimientos". Afirmó que "siempre va a haber gente que no te quiere, porque un poco de esto se trata, no puede ser todo como uno quisiera". Incluso, dijo que Kirchner tenía "estirpe de prócer".

La mujer, quien se acercó mucho a la gobernante tras la muerte de Kirchner, en octubre de 2010, elogió al viceministro de Economía, Axel Kicillof, y al vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto. Sobre Kicillof, aseguró que "es un tipo maravilloso, es inteligente, es sencillo, es un cuadrazo que tenemos", mientras que de Mariotto, que fue quien comenzó a llevarla a los actos políticos, dijo que es "un dirigente impresionante, tiene toda la polenta". También expresó sus deseos para que se recuperaran el Presidente venezolano, Hugo Chávez ("El país le tiene que agradecer. Nos dio una mano importantísima y ahora él la precisa"), y el músico Gustavo Ceratti ("Nos hizo felices a muchos").

La hermana presidencial, médica de profesión, trabajó por 26 años en el hospital Rossi de La Plata. Cercana políticamente a los montoneros en los 70, siempre se negó a trabajar en clínicas privadas. Sin embargo, hace cuatro años tuvo que cesar sus labores y tramitar una licencia por problemas de salud, primero oncológicos y después siquiátricos. Un trastorno de bipolaridad la mantuvo encerrada y alejada. Según el periódico Perfil, el propio Néstor Kirchner "habría ordenado que los contratiempos de la salud de Giselle no trascendieran a la opinión pública".

En el libro La presidenta, de Sandra Russo, Cristina K habla de la enfermedad de su hermana y de los comentarios en la prensa. "Decían que era yo la bipolar. Les da lo mismo, mezclan todo. Confunden a una persona con la otra, pasan por alto lo que significa en una familia ver a alguien tan joven ponerse tan mal. Fue terrible cuando se enfermó", aseguró (ver recuadro).

La mujer se recuperó hace dos años, salió de su aislamiento y se mostró muy cerca de la presidenta en el velorio de Kirchner en la Casa Rosada, en el sepelio en Río Gallegos y en las primeras semanas de viudez.

Ahora, cuando la cuñada de Cristina Fernández, Alicia Kirchner, no logra una imagen positiva en los sondeos de cara a los comicios legislativos de octubre, donde era presentada como una carta fuerte del oficialismo, la repentina exposición mediática de la hermana menor de la presidenta bien podría tener algo que ver con la apuesta electoral para renovar las caras del kirchnerismo.

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