Israel busca acuerdo con Chile para financiar a emprendedores

Se trata de un acuerdo que ya ha sido firmado con otros 50 países y que busca lograr la transferencia tecnológica entre ambas naciones.




Si se trata de innovación, Israel es un país que escapa a la norma. El 4,5% de su PIB se invierte en ese ítem y el  50% de sus exportaciones son de alta tecnología.

Gran parte de esto lo ha logrado mediante acuerdos bilaterales de innovación que Israel ya ha firmado con 50 países y que al año financia cerca de 100 proyectos. La idea es que éstos den soluciones a problemas comunes en los países firmantes.

El artífice de estos acuerdos es Avi Hasson, jefe científico del Ministerio de Economía de Israel, quien estuvo recientemente en Chile para avanzar en un acuerdo similar con nuestro país.

"La innovación y la ciencia tienen que estar al servicio de las necesidades de la gente", dice para explicar por qué su cargo depende de una secretaría económica.

De allí que espera que un futuro acuerdo con Chile pueda traer beneficios en los más diversos sectores, pero sobre todo en uno que afecta a ambos países: el agua.

PROBLEMA EN COMUN

En Israel, cuenta Hasson, el problema del agua ha estado presente porque prácticamente no tienen de dónde sacarla y la poca que hay debe ser reutilizada. "El 80% del agua allá es reutilizada y cerca del 50% es desalinizada, un proceso que debe llevar cerca de una década allá", dice Hasson.

Estas técnicas también podrían ser utilizadas en Chile, considerando los problemas que existen en el norte de nuestro país tanto para abastecer a la población residente como a las mineras.

De hecho, a través de Mekorot, la compañía nacional de aguas de Israel, se han realizado proyectos de desalinización en países como India y Chipre, además de abrir una oficina en EE.UU. precisamente para revisar proyectos de emprendimiento científico.

En cuanto a Chile, Hasson evitó dar una fecha exacta de cuándo podría estar en vigencia este acuerdo, pero según sus conversaciones con entidades como Corfo, sabe que la intención para lograrlo está sobre la mesa.

Una vez se concrete el trato, la primera tarea será buscar y encontrar un caso de éxito, que muestre cómo la colaboración conjunta en ambos países logró obtener un beneficio mutuo, algo que para Hasson es importante para empezar a separar las ideas de los éxitos.

"En mi opinión, las ideas estás sobrevaloradas. Mil personas pueden tener una misma idea, cinco pueden llevarlas a cabo, pero sólo uno sabrá cómo hacer de ella un éxito. Nosotros queremos encontrar precisamente a esas personas que son capaces de mejorar el mundo a través de las ideas, pero también de las acciones".

Para ello, dice, debe haber un esfuerzo tanto del mundo privado como de los gobiernos. "Si bien en Israel el 85% de los fondos para emprendimientos vienen del mundo privado, ese 15% que pone el Estado es crítico y realmente puede terminar haciendo la diferencia".

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