Jorge Teillier: Nueva edición rescata los libros que lo convirtieron en leyenda
Para un pueblo fantasma, Cartas para reinas de otras primaveras y El molino y la higuera fueron los últimos títulos de Jorge Teiller. Ediciones Tajamar reúne los tres en un solo volumen.
El semáforo cambió a verde, pero Jorge Teillier no se atrevía a cruzar. La Alameda era un hervidero de buses, autos y camiones, como siempre. Beltrán Mena lo tomó de la mano como a un niño y atravesaron hacia la Estación Central. "Ten cuidado", le dijo el poeta, "aquí te matan sin ninguna razón". Teillier tenía razones para cuidarse. Era marzo de 1990 y venía saliendo de una larga noche de tristeza y alcohol. El autor de Muertes y maravillas era un sobreviviente.
Nacido en Lautaro en 1935, Teillier había sobrevivido al régimen militar, a dos fracasos matrimoniales y al exilio de su familia y amigos. Entonces era una leyenda viva y comenzaba a recibir el reconocimiento, sobre todo de los lectores jóvenes.
Esa tarde de marzo de 1990, en la Estación Central, Beltrán Mena iba a fotografiarlo para un artículo del periódico Noreste. "¿Y saldrán buenas las fotos con esa máquina tan chica?", le preguntó el poeta. Una de esas imágenes ilustra este artículo y ha sido publicada también en una nueva edición de su poesía, que recoge sus últimos tres libros: Para un pueblo fantasma, Cartas para reinas de otras primaveras y El molino y la higuera.
Editado por el sello Tajamar, el volumen estuvo al cuidado de su hijo Sebastián Teillier. "Son libros ochenteros", dice. "Mi papá ya estaba completamente instalado en Santiago, en ese sentido son libros más urbanos. Los tres fueron escritos después del golpe y tienen como una nota más desesperanzada".
Publicados en ediciones modestas en su tiempo, son además los libros de madurez de Teiller y contienen algunos de sus poemas más célebres. El poeta nostálgico de la infancia y de la aldea, amigo de los boxeadores y las putas, fan de Gardel y lector de Stevenson y Kerouac, estaba en plenos poderes de su oficio.
HOMENAJES
A fines de los 70, Teillier estaba en crisis. Con sus rupturas, el exilio de sus padres, la pérdida de la casa de infancia y sus hijos fuera del país, su mundo afectivo se había esfumado. Encima, se sentía incapaz de ser un poeta comprometido. "Estaba bien solo", cuenta Sebastián. "Enrique Lafourcade lo apoyó y lo animó a escribir".
Así nació Para un pueblo fantasma, donde hace alusiones al contexto político, a su manera. "Quién nos devolverá los amigos muertos", se pregunta en En el mes de loz zorros. El libro incluye homenajes a Rolando Cárdenas, Teófilo Cid, Coré, Dickens y Lewis Carrol, entre otros, junto con poemas emblemáticos de su obra. "Eso fue la felicidad:/ dibujar en la escarcha figuras sin sentido/ sabiendo que no durarían nada, / cortar una rama de pino/ para escribir un instante nuestro nombre en la tierra húmeda/ atrapar una plumilla de cardo/ para detener la huida de toda una estación", escribe en Bajo el cielo nacido tras la lluvia.
"Aturdidos, ciegos vagabundos de la nada/ ¿Cómo están mis mejores y únicos amigos?/ ¿Cesantes como yo? ¿Debo leer avisos económicos?/ ¿Ir a sentarme al parque o jugar una fija el domingo?", anota en Nueva York 11, poema de Cartas para reinas de otras primaveras (1985), dedicado a la banda con que se reunía en el bar La Unión Chica. En 1993 publicó El molino y la higuera y ganó el Premio Eduardo Anguita. Murió en 1996 y dejó dos libros -Hotel Nube y En el mudo corazón del bosque-, que se publicaron en forma póstuma y que serán reeditados también por Tajamar. No recibió el Premio Nacional, pero acaso no le hacía falta. "Recuerden que un día seremos leyenda", escribió.
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