La amistad entre Putin y la extrema derecha europea

Un préstamo de un banco ruso al Frente Nacional francés pone de manifiesto los vínculos entre la extrema derecha europea y Rusia. Ambas partes comparten ideología e intereses.




Tras las negativas de los bancos franceses a prestar dinero al Frente Nacional, un partido de extrema derecha en ese país, su líder, Marine Le Pen, recurrió a un pequeño banco con sede en Moscú: el Primer Banco Checo-Ruso.

El Frente Nacional francés, que tiene 24 diputados en el Parlamento europeo y es conocido en todo el continente por sus ideas xenófobas, recibió cerca de US$11 millones del banco ruso para aliviar su situación financiera.

La operación volvió a poner bajo el foco mediático los vínculos que la derecha nacionalista europea mantiene con Rusia.

A la noticia del préstamo al Frente Nacional le sucedió la pasada semana la publicación por parte del diario alemán Bild de un informe elaborado por un centro de estudios ruso con ideas para ampliar la influencia de Putin en los países de la Unión Europea.

FINANCIACIÓN

El informe, titulado "Putin: el nuevo líder del conservadurismo internacional" recomendaba financiar al partido alemán de derecha y euroescéptico AfD con oro ruso, informó el diario británico The Independent.

El politólogo Stanislav Belkovsky afirmó al Servicio ruso de la BBC que Putin "cree en el poder absoluto del dinero en la política".

Por ello, el préstamo al partido de Le Pen sería un simple instrumento para aumentar su influencia en Europa.

"Llamarlo préstamo es un eufemismo para una transacción de una naturaleza totalmente distinta", dijo Belkovsky.

"El banco no es el prestamista final, sino solo un agente al servicio de Putin. El préstamo solo podía hacerlo un banco con licencia en Europa", afirmó el analista.

RELACIÓN "NATURAL"

Según The Independent, se sospecha también que Rusia estuvo detrás de la organización de una "cumbre de paz" celebrada recientemente en Berlín para explicar la postura de este país con respecto a la crisis de Ucrania.

La influencia rusa en los partidos de extrema derecha del continente comenzó hace años en algunos países de Europa del este, entre movimientos basados en Hungría, Bulgaria y Eslovaquia.

Pero ese "flirteo" con Rusia ha alcanzado a partidos nacionalistas de derecha en Europa occidental.

Algunos analistas creen que la relación entre la derecha nacionalista europea y el régimen de Putin es "natural".

"La extrema derecha en Europa y Putin comparten ideología", explica a BBC Mundo Alina Polyakova, investigadora de la Universidad de Berna (Suiza).

Entre los valores comunes están el conservadurismo social, el rechazo a la homosexualidad y la defensa del modelo de familia tradicional.

Además, la derecha nacionalista europea ve en Putin un modelo a seguir como "un Estado fuerte con un líder fuerte", dice la analista.

Ese modelo representa también el ideal de los euroescépticos frente a unos países europeos que perciben como débiles por haber cedido soberanía a las instituciones supranacionales europeas.

"Ven en Rusia un Estado fuerte con un líder fuerte, y este es el modelo que ellos quieren para sus países", dice la analista.

Cuando le preguntaron en marzo de este año a Nigel Farage, líder del partido antieuropeo británico UKIP, a qué líder mundial admiraba más, dijo que a Vladimir Putin.

"Como manipulador, no como ser humano", puntualizó Farage, que alabó la maniobra de Putin de paralizar las sanciones de la ONU al gobierno sirio a la vez que lograba un compromiso por parte del régimen de Bashar al Asad para entregar su arsenal de armas químicas, este septiembre.

EUROESCÉPTICOS

Pero también hay intereses más pragmáticos, como el debilitamiento de la Unión Europea, que hizo confluir a Putin y a líderes de derecha europeos en la crisis de Ucrania.

Cuando se celebró el referéndum de secesión en Crimea para unirse a Rusia, en marzo, un equipo de observadores electorales europeos viajaron hasta la península y declararon que el referéndum había sido justo y libre.

Entre ellos iban miembros del Partido de la Libertad austríaco, de un grupo nacionalista flamenco belga y representantes del Frente Nacional.

Ese gesto fue un desafío hacia la Unión Europea, que declaró el referéndum "ilegal" y afirmó que nunca reconocería los resultados.

Es razonable pensar que una política encaminada a debilitar a la Unión Europea será apoyada por Putin.

"Cuantas más críticas internas haya, más difícil será que exista una política exterior europea común y cohesionada contra el intervencionismo ruso", asegura Polyakova.

A su vez, Pavel Bandakov, del servicio ruso de la BBC, cree que Rusia busca "equilibrar" sus intereses en Europa, una región que, junto con Estados Unidos, percibe como opuesta a sus intereses.

De ahí que se haya aliado con partidos que son profundamente euroescépticos. "Putin quiere equilibrar sus intereses en Europa y le conviene que haya más políticos euroescépticos en las instituciones", mantiene Bandakov.

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