La fruticultura sentirá el efecto de las heladas hasta en 2014
Pese al alza experimentada por el dólar, ya se anticipa que el próximo será un año difícil: el PIB del sector agrícola flucturá entre -2% y 1%, y el de la fruta será de -8,7%, según la SNA.
Las temperaturas de hasta -6 grados Celsius, registradas en la segunda quincena de septiembre, dejaron fuertes marcas en los campos chilenos. Aunque los viñateros acusaron más rápido el impacto, la agricultura ya tiene claro que su desempeño de este y el año que entra estará marcado de manera importante por el fenómeno climático y que será la fruticultura -que representa 30% de la actividad sectorial- el rubro más resentido.
La Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) proyecta que tras las heladas, este año el sector crecerá apenas 0,7%. Sin el fenómeno, el PIB sectorial se habría expandido entre 3% y 4%, sostiene la gerenta de Estudios del gremio, Ema Budinich. Según sus cálculos, las pérdidas económicas derivadas de las heladas fluctúan entre US$ 560 millones y US$ 730 millones y aunque la mayor parte del efecto se sentirá en el próximo ejercicio, algunas actividades se verán impactadas durante el último trimestre de 2013.
Este comportamiento se compone de desempeños dispares entre los diversos rubros que componen el PIB del agro. Así por ejemplo, mientras se espera que este año los cultivos anuales muestren la mayor expansión (10,8%), seguidos por el sector pecuario (2,7%), las viñas (0,9%) y la actividad forestal (0,7%), se prevé que las hortalizas caigan 3,4% y las frutas, 3% (ver infografía).
Con todo, la previsión para 2013 implica una leve recuperación respecto del año previo, en que el PIB sectorial -de unos US$ 5.960 millones- retrocedió 0,6%, pero anticipa, a la vez, un complejo 2014. Considerando un escenario moderado, el gremio espera que el próximo año el PIB baje 0,7%, aunque podría moverse en un rango de entre -2% y 1%, dependiendo del daño efectivo que provoquen las heladas en el volumen y en la calidad de las cosechas. También es un factor relevante la disponibilidad de agua para regadío.
En el caso de la fruta, se anticipa una caída del orden de -8,7% y para las viñas, de -1,2%. Distinto es el caso de las hortalizas, que deberían repuntar en 2014, y del rubro forestal, que debería pasar de un crecimiento de 0,7% este año, a 3% el siguiente.
Menor producción
El presidente de Fedefruta, Cristián Allendes, estima que las heladas tendrán efectos aún peores que el episodio de las uvas con cianuro, en 1989, en que el sector enfrentó pérdidas por más de US$ 300 millones, sin contar toda la fruta decomisada y destruida y el extenso proceso judicial posterior.
"Para la cadena productiva completa del sector las pérdidas son del orden de US$ 800 millones. Si sólo se considera a los productores, la cifra es de US$ 400 millones. Es el episodio más grave que hemos enfrentado y la recuperación puede tardar hasta cinco años, dependiendo de cómo se comporten los precios y el dólar", explica.
El productor y socio de la exportadora Rucaray, Antonio Walker, comenta que "desde 1929 que no se veía una helada tan fuerte como esta". Por lo mismo, expone, 2014 será un año "complejo". A su juicio, el mayor efecto se producirá en ciruelas, nectarines, duraznos, kiwis, cerezas y en dos variedades de peras, mientras que las uvas de mesa se resentirán menos, al igual que las manzanas.
El cálculo de Allendes es que los ingresos del sector serán alrededor de 10% inferiores a los de la temporada anterior y que, además de las heladas, este año también fue relevante el efecto del paro portuario y de las lluvias primaverales.
Un impacto directo de esta situación se reflejará en el empleo. Habrá menos escasez de mano de obra por algunos meses, plantea Allendes, ya que hay huertos que demandarán menos trabajadores. Un informe de la SNA calcula en 75.900 los puestos perdidos en el trimestre agosto-octubre por el fenómeno climático.
En cuanto a los precios, éstos no bajarán. Eso, en todo caso, no soluciona los problemas. "Cuando hay una baja de más de 20% de la producción es muy difícil compensar a través de los precios", indica Walker.
En el caso de las uvas, que representan casi 40% del total de la fruta exportada, Walker anticipa una menor producción de entre 15% y 20%, ya que, además de las heladas, que provocaron daños en algunas variedades y en zonas específicas del país, los productores enfrentan el impacto de la sequía en la IV Región.
El sector productor, añade, está viendo muy ajustado su flujo de caja, porque pese a las menores cosechas sigue destinando recursos a mantener los huertos y en los últimos 10 años sus costos se han duplicado. Para Allendes la situación es compleja, porque al venir arrastrando por años problemas como las alzas de costos, ha bajado la inversión.
En el caso de las viñas, el escenario no se ve tan negativo. Para el gerente general de Bethwines, Wilfred Leigh en 2014 se espera una producción entre 15% y 20% menor debido a las heladas, pero que esto ayudará a normalizar el sobrestock de vino que había en el país.
El gerente general de Viña Santa Rita, Silvio Rostagno, agrega que el próximo año la industria debiera crecer 8% en valor y 4% en volumen, lo que hace más sustentable el negocio. El efecto de las heladas, anticipa, será variado dependiendo de las zonas geográficas y las variedades. El mayor impacto estará en cepas como chardonnay y pinot noir, afirma.
Viento a favor
Al margen de estas dificultades, un factor favorable para el agro será la tendencia al alza que muestra el dólar, el que partió el año en $ 479 y ya está por sobre los $ 530. "En 2014 veremos la incidencia positiva de la recuperación del tipo de cambio, que mejora las perspectivas del negocio exportador", considera Ema Budinich. Advierte que la moneda aún está bajo el nivel de $ 650 que la industria considera favorable para revertir su pérdida de competitividad.
En algunos mercados, Chile es el único prove edor de algunos productos y la escasez debería incidir positivamente en el precio, apunta. Walker destaca que Chile tiene ventajas importantes como productor de fruta, entre las que se cuentan la calidad de sus productos, la contraestación respecto del hemisferio norte y la creciente demanda de los países más desarrollados por alimentos saludables.
En el caso del vino, Leigh señala que si persiste la recuperación del dólar y del euro, sumada al mejor desempeño de los envíos a mercados como Estados Unidos, Japón y Europa, "la situación para el próximo año no se vería tan complicada como la actual".
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