La historia del futbolista sordo que "renunciará" a ser chileno
Matías Egaña renunciará simbólicamente a su nacionalidad para intentar hacerse español, donde juega y vive.
En la legislación chilena se contempla la renuncia a la nacionalidad. Se presentan algunos papeles, se comprueba que se posee una nueva carta de otro país y listo, dejas de ser chileno. Todo con formalidad.
Lo de Matías Egaña no lo será. Pero tendrá una carga simbólica interesante. Egaña es futbolista, milita en el Huelva, fue campeón en 2013 de la Champions League y es sordo.
En España, Egaña encontró un lugar donde lo estiman, a diferencia de Chile, donde, asegura, no se ha "sentido respaldado".
"Me gusta Europa de corazón, el trabajo es duro allá. Acá es poco duro, algo flojo. Además, España me ha acogido y Chile no lo ha hecho", dice. Por eso, su decisión es drástica: renunciará a Chile. Simbólicamente, no con papeles (por ahora).
Hoy, Egaña viajará a España y en el aeropuerto de Pudahuel, en una ceremonia para la que ha convocado a la prensa, se desprenderá de la bandera chilena para abrazar el pabellón hispano. "Así lo va a hacer", comenta su padre, Héctor Egaña.
No es de ahora ni tampoco es un capricho. Egaña, de 23 años, estuvo en las juveniles de Universidad Católica en 2008, pero no se quedó. "Una vez, el técnico Mario Lepe dijo en una entrevista que no lo quería en el equipo porque no sabía darle indicaciones", dice Héctor.
Egaña pasó por clubes de Tercera División, como Ferroviarios, Quilicura y Talagante, pero las condiciones, dicen, no fueron las mejores y siempre lo vieron como sordo antes que como futbolista. Hasta que llegó la invitación de España.
A Huelva llegó el 2013 y ese año se coronó campeón de la Champions para sordos. No tiene contrato, pero cada año el presidente del cuadro onubense, Chema Benabat, lo invita a ser parte del elenco y hasta lo aloja en su casa. En España no hay competiciones para sordos, no como en Chile.
"En el Huelva quieren que se quede", dice su padre y ésa es una de las razones para privilegiar a España sobre Chile. "No es que deje de ser chileno. Es sólo que todos los triunfos que logre serán dedicados a España", agrega.
"Esto lo hago con dolor, siento angustia y pena, pero mi futuro lo veo afuera. Allá me apoyan y me estiman", comenta Matías. Para reflejarlo, ambos recuerdan un episodio cuando el año pasado jugó el Sudamericano de sordos en Brasil, donde Chile fue segundo. "Pedimos ayuda a la ANFP y nos pasaron un juego de camisetas usadas", apunta el padre.
Lo que más lamenta de la decisión es que su abuela, Olga Orellana, y quien lo llevó al fútbol, lloró al saber la medida. Pero Matías no ve otra opción: "En 2016 se juega un Sudamericano en Venezuela y me pidieron jugar por Chile, pero no lo haré", asegura. Espera tener en 2017 la ciudadanía española, pero por mientras se irá de Chile abrazado a los colores de la que quiere sea su nueva patria.
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