La historia de Tomasa, la "española del califato" y su hijo yihadista

La española Tomasa Pérez era una muy buena alumna. Así la recuerdan sus profesores de la localidad Pedro Abad, un pequeño municipio cordobés de 2.000 habitantes, según la prensa madrileña. Pero meses antes de cumplir la mayoría de edad (en 1993) y mientras se preparaba para los exámenes de ingreso a la universidad, tuvo un giro radical. Sus notas se desplomaron y su interés se esfumó. Para su entorno, la razón tuvo nombre y apellido: Abdelah Ahram, un joven marroquí de 18 años que captó su atención y la enamoró.

"Le comió la cabeza, pero es que ella era menor de edad", aseguró al diario español El País una persona que los conoció en esa época. En pocos meses la adolescente dejó de ir a la escuela. Luego se fue de su casa y dejó de tener contacto con su familia. A los 19 años, Tomasa quedó embarazada de su primer hijo, Muhammad Yasin Ahram Pérez.

Los abuelos españoles del niño, Ramón Pérez y Carmen Mollejas, le perdieron el rastro a ambos y hace 17 años que no hablan con su hija.

Tienen el recuerdo, según confesaron al diario El Mundo, de ver a su nieto jugando por la casa. Pero el miércoles, la pareja volvió a ver el rostro de su "pequeño", ahora de 22 años a través de una pantalla.

Las facciones de Muhammad inundaron las redes sociales, los noticieros y los portales de noticias al protagonizar un video en el que el Estado Islámico amenaza directamente a España y, por primera vez, en castellano. "La yihad no tiene fronteras, haced la yihad donde podáis y Alá estará complacido con vosotros", aseguró el primogénito de Tomasa, con barba larga, atuendo militar y una boina negra. "Se me pone la piel de gallina", confesó Ramón Pérez a El Mundo. Todo esto, tras los ataques en Barcelona.

Tomasa Pérez, conocida como la "española del califato", es la única occidental que se ha unido a las filas del Estado Islámico en Siria (lo hizo en 2014) con una numerosa familia. La mujer, de 41 años, nacida en Málaga, pero criada en Córdoba, tuvo a su segundo hijo en 1996 y los cuatro, se mudaron a una vivienda en Alcolea, un barrio periférico de la ciudad. "Nunca más la van a volver a ver", recuerdan que dijo su esposo, de quien ya sospechaban que tenía tendencias radicales.

Luego la familia se trasladó, por recomendación del hermano de la pareja de Tomasa a Barcelona. Según el diario El Mundo, Tomasa ya usaba en ese entonces un velo que le cubría toda la cara. Su madre había intentado visitarlos, pero el marido de su hija no le permitió verla.

Tomasa se quedaba en casa cuidando los niños y su esposo trabajaba en discoteques. Luego partieron a Suecia y de allí a Marruecos. Más tarde se instalaron en el barrio El Príncipe, en Ceuta, lugar donde se han radicalizado varios terroristas. Tomasa tuvo otros cuatro hijos durante este periodo.

En 2011 su vida volvió a tener otro giro radical cuando su esposo, Abdelah Ahram, fue sentenciado a 10 años de cárcel por la justicia de Marruecos, tras ser acusado de terrorismo.

Tomasa decidió entonces responder la llamada del califato y viajar a Siria, a donde ya habían llegado sus dos hijos mayores, Muhammad Yasin, el del video de esta semana, y Musa.

Según confirmó en su momento la prensa española, para llegar al territorio sirio Tomasa y cuatro de sus seis hijos partieron de Marruecos rumbo a Turquía y desde ahí cruzaron a Siria. Todos, salvo Ahram, se reunieron en el territorio bajo dominio del Estado Islámico.

Tiempo después los padres de Tomasa, Carmen y Ramón, se enteraron que tenían seis nietos. Sólo habían alcanzado a a conocer a los dos mayores. Su hija nunca más se comunicó con ellos.

"Y yo soñaba que mis nietos, a los que tanto quise, volvieran un día ya mayores de edad a abrazarme", confesó Ramón en 2014, tras enterarse que su hija y nietos se habían instalado en Siria.

"Sabía que la tenía perdida, pero no de esta manera", dijo Carmen a El Mundo.

El video del joven español, conocido como "El Cordobés" en los círculos yihadistas, provocó conmoción en Alcolea, donde pasó sus primeros años. Según El País, los vecinos reaccionaron con estupor al recordar al "niño" que sólo salía de su casa para asistir al colegio y nunca para jugar con el resto de los menores. Según ese mismo diario, el joven ha utilizado casi una decena de identidades diferentes para moverse en los últimos años.

Se cree que actualmente vive en la provincia de Deir Ez-zor, zona controlada por el EI en el noreste de Siria, desde que se transformó en uno de sus soldados, a los 19 años. Según el Observatorio de Seguridad Internacional, se le considera un hombre "muy peligroso" y sobre él pesa una orden de captura internacional.