La increíble historia de chantaje de la sicopedagoga acusada de abuso sexual a menor

Marcela Marín Cerda habría inventado cartas, situaciones y enfermedades con tal de que su víctima no se alejara de ella.




El 31 de octubre del 2006, la vida del menor I.S.Y, de catorce años en ese entonces, cambió para siempre. Se encontraba en la casa de su profesora de artes visuales del colegio Rocío de los Ángeles, pronto a tener su primera relación sexual: "Me quedé chateando hasta tarde (...) ella se acerca y me da un beso. Yo estaba muy nervioso. ¿Qué pasaría si se enteraran mis profesores y compañeros?", dijo

De esta forma describió el niño, en su declaración, el comienzo de la historia de abuso sexual reiterado que sufrió por parte de Marcela Marín Cerda (37) durante un año y medio. La mujer extorsionó al menor y amenazó de muerte a sus familiares para mantenerlo cerca de ella.

La denuncia fue hecha el 3 de abril del 2008, luego de que Marín invitara al joven a un viaje falso a Viña del Mar. El niño debía llegar el domingo pues al otro día tenía colegio. Como la profesora no cumplió y lo regresó al lunes por la mañana, los padres de la víctima conversaron con él, hasta que les confesó la sórdida historia.

COMIENZA LA EXTORSION
Víctima e imputada se conocieron dos años antes, cuando el niño iba en sexto básico. Según datos dados en la audiencia de formalización, al pasar el tiempo la mujer se sentaba en las piernas de I.S.Y frente a sus compañeros para avergonzarlo y  prometió hacerle un "regalo" luego de que cumpliera 14 años.

Tras el primer abuso sexual, el niño comenzó a visitar frecuentemente la casa de la profesora, quien a veces le pedía personalmente permiso a los padres del menor para que pudiera hacerlo. La excusa era que ella tenía un hijo con cáncer al talón de Aquiles y que I.S.Y jugaba con él.

Al finalizar el año 2006, el niño dejó su antigua escuela para irse a estudiar al Colegio Salesiano, dejando de verse por cerca de seis meses. Simultáneamente, la víctima conoció a una niña por chat, situación que inició la extorsión por parte de la profesora.

Marín hizo creer al niño que su padre era narco, que su familia estaba amenazada de muerte por otros traficantes y que ella, ya que trabajaba en el Ministerio de Defensa, podía protegerlo pues tenia acceso a información privilegiada, imágenes satelitales y operativos policiales que llevaba a cabo el Estado Mayor en el combate al narcotráfico.

Según la declaración del menor y de una compañera de colegio testigo del abuso, Marcela Marín a veces los hacía entrar por casas colindantes a su domicilio, bajo la excusa de que estaban vigilados por los otros traficantes. Además le decía a I.S.Y, que su hijo, supuestamente enfermo de cáncer, se empeoraba más cuando no iba.

También le dijo que su nueva amiga por chat también era narcotraficante y que le había ido a apedrear la casa y había intentado agredir a su hijo enfermo.

En octubre del 2007, la mujer viaja con, su hijo, la víctima y la testigo a Mendoza. Según se estableció Marcela Marín les daba ron con coca cola a los menores para emborracharlos y una pastilla que hacía dormir a su hijo, situación que aprovechaba para tener relaciones sexuales con la víctima.

CARTAS AMENAZANTES
Tras la denuncia de los padres, la imputada comenzó a enviar cartas al menor donde le recordaba que su padre era traficante y le señaló que estaba embarazada en dos ocasiones. De hecho, a manos del niño llegó una falsa demanda por paternidad, donde se señala que Marcela Marín tiene imágenes obtenidas a través de un sistema satelital que había en su casa donde se muestra el consentimiento de las relaciones sexuales.

En otra misiva, enviada por un supuesto amigo de Marín, se le indica a la víctima que "cuando andes 'ponciando' con una u otra, recuerdes que hay una que tiene a tu hija, que es lo único verdaderamente tuyo", según se reveló en la audiencia de formalización.

Finalmente hubo otro texto donde se hablaba de una operación "Huracán" que llamaba a barrer, decapitar y matar sin piedad a traficantes, que tenía la intención de que el niño temiera por la vida de su padre y no se alejara de la mujer.

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