Las heridas que dejó el reajuste en el sector público

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Aunque los dirigentes evitan hablar de derrota, entre los trabajadores predomina la molestia por el resultado de la negociación.




"¡Ándate, vendida. Le hiciste la pega al gobierno. Traicionaste a los trabajadores"! Con esas palabras un grupo de personas expulsó a empujones a la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, de la manifestación que realizaron ayer en el frontis de La Moneda luego de deponer la paralización de más de dos semanas que realizaron en rechazo al reajuste propuesto por el gobierno.

Si bien los dirigentes de la mesa del sector público fueron enfáticos en sostener que la aprobación del alza salarial de 3,2% no era una derrota para los trabajadores, entre quienes se manifestaron ayer predominaba la molestia frente al resultado de la negociación.

"Tantas reuniones y no pasó nada. Perdimos horas y horas de trabajo y acá estamos, con un reajuste indigno. Estaba claro que el aumento sería una miseria", planteó una trabajadora del área de la salud que participaba de la movilización.

Mientras el presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), Raúl de la Puente, llamó a "mantener la unidad y la fuerza que hemos conseguido para enfrentar la negociación de 2017", el coordinador de la mesa del sector público, Carlos Insunza, quiso transmitir un mensaje de optimismo a los trabajadores. "Demostramos unidad en todo el proceso de negociación y de movilización, algo que es muy pocas veces visto (...) se hicieron todos los esfuerzos para negociar un mejor reajuste, pero el gobierno no quiso ceder", sostuvo.

Aunque la presidenta de la Federación de Funcionarios de la Subsecretaría de Salud Pública, María Guzmán, aseguró que "esta mesa no se dividió, acá no hubo ningún quiebre y eso demuestra la unidad del movimiento", dijo "entender que dentro de algunos trabajadores haya malestar y frustración por lo que se logró, pero hay que rescatar la unidad que ganamos", dijo.

Pero más allá del llamado de los dirigentes a mantener la unidad, lo que ocurría ayer en el frontis de La Moneda mostraba una situación diferente. "Vendieron nuestra dignidad", "Es fácil negociar ganando $ 5 millones", "Le hicieron la pega al gobierno", eran algunas de las consignas que se escucharon entre los manifestantes, que fueron dispersados por carabineros en medio de incidentes.

Escenario futuro

En este contexto, los gremios del sector público esperan volver a verse las caras con el Ejecutivo para intentar evitar un descuento de las horas no trabajadas a los funcionarios que adhirieron a la movilización, tal como advirtió hace unos días el Contralor Jorge Bermúdez.

La presidenta de la CUT dijo que "día no trabajado, es día no pagado, y eso es un costo que los trabajadores conocemos (...) pero buscaremos los mecanismos para que nuestros ingresos no se vean descompensados, como horas extras y turnos. Estamos dispuestos a negociar una solución a esto".

Por su parte, Insunza sostuvo que "ahora viene un proceso de normalización de los trabajadores (...) esperamos que el gobierno analice una solución a esta situación. Si el gobierno insiste en esa medida, sin duda esto puede estallar en múltiples conflictos en distintos sectores".

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