Las versiones sobre la muerte del embajador de EEUU en Libia
Hasta ahora se cree que Chris Stevens y otros tres empleados consulares, murieron luego del ataque al vehículo en que viajaban, tras escapar del consulado de Bengasi que se incendiaba tras la irrupción de grupos armados. Otra versión es que murió asfixiado por el humo del siniestro.<br>
La muerte del embajador Chris Stevens y otros tres empleados del consulado de Bengasi en Libia, aún es motivo de investigación. Las versiones que se manejan hasta ahora apuntan a dos posibilidades tras la irrupción de grupos armados que se tomaron la sede y la incendiaron.
Según la agencia Reuters, que cita a un alto oficial libio, los cuatro diplomáticos murieron en un ataque al vehículo en el que viajaban, tras haber dejado la misión consular tomada por la turba que protestaba por un filme estadounidense que supuestamente insulta al profeta Mahoma.
Stevens falleció junto a Sean Smith, funcionario de manejo de información de la misión diplomática y otras dos personas aún no identificadas, cuando se dirigían en un vehículo a un lugar más seguro y fueron víctimas del ataque.
Otra de las versiones que cita el diario The New York Times, en base a reportes del medio qatarí Al Jazeera, es que Stevens murió asfixiado por el denso humo emanado del siniestro, mientras ayudaba al rescate del personal. Stevens fue trasladado a un hospital y a pesar de la maniobras de reanimación falleció, según una versión de AP, consignada también por el NY Times.
PERDIO EL CONTROL
A su vez, el gobierno libio reconoció hoy que perdió el control de la situación en el ataque al consulado en Bengasi.
El viceministro del Interior para el Oriente de Libia, Wanis al Sharf, reconoció que la situación se les escapó de las manos a las fuerzas de seguridad locales, incapaces de frenar en un primer momento a los manifestantes que irrumpieron en el consulado y de evitar un posterior ataque contra un grupo de comandos estadounidenses.
Al Sharf aseguró que los agentes de seguridad dispararon en un primer momento contra los participantes en la protesta por creer que se trataba de un ataque, lo que agravó la intensidad de la protesta.
A pesar de que ningún grupo se responsabilizó de lo sucedido, las autoridades libias barajan varias hipótesis, desde delincuentes comunes que se encontraban entre los manifestantes, hasta simpatizantes del antiguo régimen del coronel Muammar Gaddafi, pasando por posibles implicaciones de extremistas islámicos.
El viceministro libio, que centró sus acusaciones en "delincuentes y simpatizantes del antiguo régimen", agregó que horas después del asalto a la embajada, un grupo de hombres armados mató a otros dos soldados estadounidenses en una emboscada a un grupo de comandos que se trasladó desde Trípoli para evacuar a los funcionaros.
Para Al Sharf, este segundo ataque, en el que otra docena de soldados resultaron heridos, fue consecuencia de un "fallo en los servicios de seguridad" libios.
Por su parte, los dos principales dirigentes del país, el presidente del Congreso Nacional libio (Parlamento), Mohamed Yusef al Magrif, y el primer ministro, Abderrahim al Kib, también sugirieron la opción de que se tratara de un ataque terrorista al relacionarlo directamente con el undécimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Una opción que descartó la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, que aseguró que el ataque fue obra de "un grupo pequeño y despiadado que no representa ni al pueblo ni al gobierno de Libia".
Tras lo ocurrido, se declaró el estado de alerta y Al Kib y al Magrif se mantuvieron reunidos toda la mañana con los máximos responsables de seguridad del país, mientras que el jefe del Estado Mayor del Ejército, Yusef al Mankush, que se encontraba de viaje en Turquía, regresó de inmediato al país.
NO ES EL PRIMERO
Este doble ataque contra la misión diplomática de EEUU, uno de los países que más apoyó a los rebeldes libios en su levantamiento contra el régimen de GadDafi, no es el primero, aunque sí el más sangriento y grave en la historia reciente del país.
El pasado 5 de junio, varios desconocidos lanzaron una bomba de fabricación casera contra el consulado de Bengasi, sin causar víctimas mortales.
Esa sensación de inseguridad se ha ido incrementando por la proliferación incontrolada de armas y la incapacidad del actual gobierno libio de construir un cuerpo de Policía y un Ejército eficientes.
Conscientes de las dimensiones de la agresión, Al Kib y Al Magrif pidieron disculpas al pueblo estadounidense y al mundo entero por lo ocurrido y subrayaron que el ataque es contrario y nada tiene que ver con las enseñanzas islámicas, al tiempo que aseguraron que las misiones diplomáticas y las empresas extranjeras están bajo la protección del Estado libio.
No obstante, EEUU ha enviado ya a unos 50 marines a Libia para reforzar la seguridad en las instalaciones diplomáticas de su país, que partieron de la base estadounidense de Rota, en el sur de España, según Efe.
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