Lo de Rubio ya es clásico ante la UC

El atacante mantuvo la tradición de marcarle goles a Universidad Católica. Lo hizo en Unión Española y ayer repitió con la "U".




Simplemente se le da fácil. Casi natural. Es como si hubiera nacido para amargarles cada fin de semana de fútbol. Como cuando defendía la camiseta de Unión Española y se cansó de hacerle goles a Universidad Católica. Ahora, jugando en Universidad de Chile, Patricio Rubio mantuvo la tradición de anotarle seguido a los cruzados, agigantando su leyenda de verdugo.

Ya en el primer semestre les hizo dos en San Carlos de Apoquindo, en una victoria que no tuvo tanta repercusión por el bajo nivel que entonces traían los azules, pero que dejó una perla, la última para el recuerdo. Pero los dos de ayer sin duda que tienen otro sabor y trascendencia, sobre todo porque mantienen a la U en los más alto de la tabla en solitario con cuatro vallas por delante.

Además, no se escondió en el momento en que la U se iba quedando sin delanteros. Con Ubilla fuera de combate en el primer tiempo y con Gustavo Canales batallando con las lesiones que lo persiguen, el ariete tomó la responsabilidad como esperaba Lasarte.

Pero claro, a los goleadores se los mide por sus conquistas. Y en eso Rubio se ha convertido en un especialista ya en los clásicos universitarios. Ayer, abrió y cerró la fiesta de la U en Ñuñoa con dos definiciones de fabricación casera.

La primera, con una repentización a la salida del área norte, recogiendo un balón que había quedado dando bote tras un rebote en Canales. En el segundo, ya cuando expiraba el juego, tuvo la frialdad para sortear la salida de Costanzo con un toque sutil y ya con el arco descubierto sólo debió asegurar el remate con el pie derecho para sellar otra tarde mágica ante la UC, su clásica víctima.

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