Los detalles de la negociación que terminó con el paro de recolectores de basura

Sin un aumento de sueldo concreto sobre la mesa se zanjó el conflicto de los recolectores de basura de esta semana. El paro terminó con el acuerdo de constituir una mesa técnica -que parte el lunes- para crear un nuevo marco regulatorio para el sector. Para llegar a eso pasaron dos días de movilizaciones, hasta que un encuentro para tomar un café puso fin a la movilización.

El lunes a las cero horas comenzó el paro. Los trabajadores pedían alza en sus sueldos y un mecanismo para unificar las condiciones laborales en todas las comunas. Las negociaciones partieron a las 13.00, con un encuentro entre dirigentes y el ministro del Trabajo, Juan Carlos Jobet. Fijaron una segunda cita a las 18.00, a la que fueron invitados alcaldes y empresas. Las negociaciones finalizaron cerca de la medianoche, prácticamente con el acuerdo listo. Pero el martes todo volvió a cero.

Según fuentes de La Moneda, la coincidencia en las posturas de los recolectores y de la Asociación Chilena de Municipalidades para que la "cuenta" la pagara el gobierno puso en alerta a Palacio y se decidió parar esa instancia. Para el gobierno la postura que tomó el alcalde de La Cisterna, Santiago Rebolledo, fue clave en el quiebre. "Cuando se estuvo a punto de cerrar, él puso el tema de las platas de gobierno y públicamente emplazó hacia allá la responsabilidad", dijo la misma fuente.

En La Moneda, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, y Jobet definieron una nueva estrategia: intentar desarmar vínculos con el edil de La Cisterna, actuar sobre las empresas y activar un plan B para el retiro de la basura. También decidieron dialogar con los dirigentes de recolectores, en forma separada.

El plan se puso en marcha, distribuyendo tareas. El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quedó a cargo de coordinar el retiro de los desechos y el subsecretario de Desarrollo Regional se relacionaría con dirigentes y alcaldes. El intendente, Juan Antonio Peribonio, y Ubilla conversarían con las empresas. Mientras, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, tenía a su cargo activar la alerta sanitaria.

El martes, a las 20.00, se realizó una reunión en el Ministerio del Interior para chequear avances. Ubilla -quien junto a Peribonio se había reunido con las empresas esa tarde- informó que para el jueves tenían listos 120 camiones para iniciar el retiro de emergencia. Estaba preparado el personal, las rutas y se había dispuesto la apertura de los vertederos. A esa misma hora el presidente de los recolectores, Armando Soto, se ponía en contacto con el alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, quien tuvo un rol clave en el acercamiento entre dirigentes y gobierno.

A las 23.00, el subsecretario Flores ya estaba reunido con los líderes de la movilización en la Municipalidad de Ñuñoa y la Asociación Chilena de Municipalidades había quedado fuera de la negociación. En el encuentro, Flores les explicó que no había opción de inyectar recursos a los municipios y se propuso una mesa técnica para crear un nuevo marco regulatorio para el sector.

Ya era más de la 1.00 de la madrugada del miércoles. Sólo faltaba el incentivo para deponer el paro y los dirigentes pidieron un bono. Por eso se llamó a los representantes de las principales empresas: Starco-Demarco, Servitrans y Dimensión, quienes aceptaron dar un bono de $ 80 mil.

A las 4.30 el Presidente Sebastián Piñera aprobó el pre acuerdo y cerca de las 5.30 de la mañana se redactó el documento, firmado por los asistentes. "Insistimos en que éramos garantes para poner fin al paro. El ánimo de todos pasada la medianoche era llegar a un acuerdo", subrayó Flores. Cerca de las 7.00, ya se había hecho público el acuerdo y los dirigentes partieron a Quilicura, para contar los detalles a los trabajadores. Estos criticaron no haber sido consultados y amenazaron con mantener el paro. Pero tras hablar con los dirigentes salieron a trabajar.