Los treintañeros se van de Londres

Entre junio de 2013 y junio de 2014, 58.220 personas entre 30 y 39 años se fueron de la capital británica, el número más alto registrado hasta ahora. Esto se debe al alto precio de las viviendas. Muchas de estas personas han optado por volver a las ciudades donde cursaron sus estudios universitarios.




Charlotte Maxwell, una inglesa de 36 años, estudió literatura en Escocia y luego intentó hacer su vida en Londres, como siempre soñó. "Trabajaba en la sección de libros digitales en una editorial en Londres. Vivía en un departamento alejado del centro y lo compartía con una amiga", cuenta esta profesional. "Pero llevaba una vida como de universitaria y pese a que trabajaba harto no podía ahorrar y solo sobrevivía al mes. Comprar una casa era imposible. Como soy de Manchester, un fin de semana que visité a mis padres me di cuenta que era más barato vivir allá", agrega.

Todo esto le ocurrió a Charlotte en 2008, en plena crisis crediticia. Fue ese año cuando comenzó un lento éxodo de treintañeros londinenses, que se vieron obligados a dejar la vibrante capital británica por sus precios exorbitantes. Este fenómeno llegó en 2014 a un nivel sin precedentes. Según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas británica, entre junio de 2013 y junio de 2014, 58.220 personas entre 30 y 39 años se fueron de Londres, el número más alto registrado hasta ahora, que además representa un 10% más de lo que ocurrió en 2010.

De acuerdo con el diario The Guardian, la última vez que pasó algo similar fue en 2008. La gran explicación de este éxodo no es otra cosa que el alto precio de casas y departamentos, tanto arriendos como ventas. "Acá en Londres este es el gran problema. No se habla de otra cosa. Para alguien que estudia o que está comenzando, fácilmente el 50% de su sueldo puede irse en arriendo. La ropa, la comida, el teléfono o las entradas a eventos han subido según la inflación, pero las viviendas se han disparado. Una pieza pequeña en un barrio lejos del centro puede llegar a costar 600 libras (US$ 930) al mes", cuenta Cristina Alcaide, una chilena experta en inversiones que vive hace años en Londres.

Los precios de las viviendas londinenses aumentaron un 19% sólo en 2013. En promedio, una vivienda puede costar US$ 290 mil, pero en Londres el promedio ha subido a US$ 630 mil, de acuerdo con Hometrack, que analiza los precios de las principales ciudades de Reino Unido. Los expertos sostienen que el aumento se debe a los subsidios que da el propio gobierno, al hecho de que las tasas no son tan altas, al sitial que ocupa Londres en el mundo y el creciente número de extranjeros que ha invertido en propiedades.

En 2013, el 85% de las viviendas nuevas en Londres fueron compradas por extranjeros, principalmente por inversionistas del sudeste asiático y también por rusos. "Hay lugares donde hay varias casas que se vendieron, pero están deshabitadas. Sucede que algunos extranjeros compran como inversión y ni siquiera arriendan estos inmuebles", dice Alcaide a La Tercera.

En una búsqueda al azar en el portal inmobiliario Rightmove, se puede encontrar un departamento de dos piezas para arrendar en Finchley, en el norte de Londres, por US$ 2.345 al mes, pero este barrio queda muy lejos del centro. En pleno Londres, en Chelsea, por ejemplo, un lugar de dos habitaciones puede costar en promedio US$ 6.250 al mes.

Muchos de los treintañeros que han dejado la capital británica se han mudado a lugares como Birmingham, Manchester, Nottingham y Oxford. La gran novedad es que parte importante de estos jóvenes ha regresado a las ciudades donde cursaron sus estudios universitarios. Como ya están en sus 30 o casi 40 años, sus prioridades tienen que ver con conseguir una propiedad, un trabajo estable y una buena calidad de vida para sus hijos.

"Sé que muchos se quejan de que Manchester no es tan vibrante como Londres, pero acá también pasan cosas. Actualmente enseño inglés en un colegio y me acabo de comprar una casa", dice Charlotte Maxwell a La Tercera.

Pero no sólo los precios de las viviendas van al alza en Londres. También se percibe, por ejemplo, en los bares. En promedio, un schop de cerveza en Reino Unido cuesta US$ 5, pero en Londres el promedio es de US$ 6.

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