Madre de Brittany Maynard responde a críticas del Vaticano por muerte asistida de su hija
La decisión de mi hija "no merece ser tildada de reprobable por desconocidos de otro continente que no la conocían", afirmó Debbie Ziegler en referencia a las críticas de la Iglesia Católica.
Debbie Ziegler, la madre de Brittany Maynard -la joven con cáncer terminal que se quitó la vida a inicios de noviembre- respondió a las críticas del Vaticano por la decisión de su hija, las que calificó como "peor que una bofetada".
Ziegler, publicó una carta en el sitio web de la ONG Compassion & Choices en la que criticó las palabras de monseñor Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Pontificia Academia por la Vida, quien condenó que Maynard practicara la muerte asistida, lo que según él "no es muerte digna".
"El suicidio asistido es algo absurdo. La dignidad es algo diferente a que alguien termine con su propia vida (...) esta mujer pensó que murió con dignidad, pero ahí está el error", sentenció el monseñor Carrasco de Paula.
Por ello, la madre de Maynard decidió responder a través de una dura carta en la que afirmó que "la imposición de una 'creencia' en una cuestión de derechos humanos está mal. Censurar una decisión personal como reprobable porque no va en la línea de las creencias de otra persona es inmoral".
"La decisión de mi hija de 29 años de morir sin dolor en lugar de sufrir una degradación física y mental y un intenso dolor no merece ser tildada de reprobable por desconocidos de otro continente que no la conocían a ella ni las particularidades de su situación", apuntó Ziegler.
"Esta palabra (reprobable) fue usada públicamente en un momento en que mi familia estaba sensible y había sufrido una herida reciente. Estábamos de duelo. Una crítica tan dura por parte de personas que no conocemos, que jamás hemos conocido, es peor que una bofetada. Nos hicieron una ahogadilla cuando luchábamos por tomar aire".
El caso de Brittany Maynard generó un gran revuelo internacional, luego que apareciera en un video anunciando la fecha de su muerte que fue recogido por diversos medios internacionales.
La joven sufría un cáncer cerebral en etapa terminal, lo que significaba que iba a vivir -los pocos meses de vida que le quedaban- con un prolongado y fuerte dolor, por lo que decidió trasladarse a Oregon para llevar a cabo la muerte asistida sin dolor.
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