Mantienen alertas por volcanes Llaima y Chaitén

De acuerdo al último informe de monitoreo del Servicio Nacional de Energía y Minería (Sernageomin), considerando la marcada oscilación que ha experimentado la energía sísmica en los últimos días, la obstrucción del cráter principal y los súbitos cambios que ha experimentado su sismicidad durante todo el ciclo, se determinó mantener la alerta amarilla volcánica en los alrededores del Llaima, mientras que el Chaitén, pese a que se ha dificultado su observación, mantendrá la roja.

Mediante la cámara instalada en la ciudad de Melipeuco, se han observado emanaciones de vapor de agua desde la cima del volcán, las que se condensaron formando pequeñas nubes (fenómeno externo al volcán).

Por otra parte, mediante las imágenes se pudo visualizar el punto incandescente en el margen interno del cráter principal, mientras que desde el flanco este se han podido apreciar esporádicamente, pequeñas emisiones de vapor de agua con bajas concentraciones de cenizas.

En tanto, la sismicidad se ha incrementado paulatinamente a partir del 5 de junio. Dicha actividad se encuentra asociada a un movimiento (posible ascenso) de fluidos magmáticos a través del conducto principal.

En consecuencia, se advirtió que podría ocurrir una reactivación eruptiva del volcán si se mantiene la tendencia observada, con nuevas explosiones tanto en su cima como en el flanco oriental y eventuales escurrimientos de lava. Asimismo, tampoco se pueden descartar emisiones de lava desde los nuevos puntos de emisión localizados en el flanco oriental, con la posibilidad de que generen lahares (flujos de lodo) hacia el cauce del río Trufultruful.

El volcán Chaitén no ha podido ser observado debido a las condiciones meteorológicas adversas en los últimos días, no obstante lo anterior, personal del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (OVDAS), que se encontraba en la zona efectuando recolección de datos de las estaciones sismológicas, pudo observar que la actividad eruptiva continúa invariable, evidenciado por la columna de gases, vapor de agua y cenizas que se elevaba hasta 1,5 km sobre el complejo de domos.

Desde el sector norte (Los Gigios), se advirtió también que el complejo de domos continúa su crecimiento, sobretodo hacia el sector occidental de la caldera, aunque la mayor actividad de fumarolas y emisiones de cenizas está presente casi exclusivamente en el sector central.

Esto implica que se mantiene latente el peligro de colapso, con eventuales explosiones y generación de flujos de bloques y cenizas, que pueden afectar los valles adyacentes al macizo. La actividad sísmica para el período, se mantuvo, tanto en número promedio como en magnitud.