Marco Enríquez-Ominami: "Con la Concertación falta respeto mutuo"

"Yo no veo un cambio de actitud. De que hace falta construir una nueva fuerza alternativa en Chile, distinta a la Concertación, estoy de acuerdo", dijo.




El lunes, el ex presidenciable Marco Enríquez-Ominami regresa de un nuevo periplo por Europa. En los últimos meses, el también ex diputado ha intensificado sus contactos con los líderes socialdemócratas de ese continente, para potenciar uno de sus proyectos más ambiciosos: la inscripción en los registros electorales del PRO, su partido político.

Las próximas semanas, Enríquez-Ominami se abocará a afinar los pormenores de la legalización de la colectividad, que pretende inscribir en marzo y de la cual será su primer presidente.

El 2010 fue un año de repliegue para usted. ¿Este año será distinto?

Todo lo que teníamos planificado después de la segunda vuelta, que era lanzar rápidamente una nueva fuerza, vino el terremoto y lo cambió todo. Después vino lo de los mineros, entre medio el Mundial, el Bicentenario, después lo de los presos y decidí que todo el 2010 íbamos a desarrollar propuestas y que no nos íbamos a sentar a conversar con otras fuerzas ciudadanas o políticas.

En las últimas semanas, la Concertación hizo un llamado público a una reformulación de la oposición. ¿Estará disponible para sumarse a ese esfuerzo?

A cada partido le hemos hecho llegar propuestas y ni el Partido Socialista ni el PPD ni la Democracia Cristiana ni los radicales han respondido formalmente a esa invitación. A mí me parecería súper grave dejar pasar eso. No hay nada más sospechoso que no respondan ninguna carta y pretendan invitar a otras fuerzas, como si fuéramos estampillas para una carta que nadie quiere leer.

¿No le parece que a un año de la derrota hay una voluntad distinta de la Concertación para ampliarse a otras fuerzas políticas?

Hay algo en eso que no es sano. No creo que solamente unirse para elecciones sea la manera de resolver los problemas de la democracia. Las elecciones son un episodio y las decisiones importantes no solamente se toman para las elecciones. Aquí hay que debatir ideas.

¿Eso quiere decir que no va a estar disponible para sumarse a ese llamado?

Pareciera que mientras más el calendario de las elecciones se acerca, más agudo es el interés por conversar. Yo no veo un cambio de actitud. De que hace falta construir una nueva fuerza alternativa en Chile, distinta a la Concertación, estoy de acuerdo. Si en eso estamos todos de acuerdo, qué maravilla. Pero no estoy disponible sólo para aparecer en una foto.

¿Cuáles son sus requisitos para sentarse a dialogar con la Concertación con miras a la construcción de un nuevo bloque de oposición?

Estaremos donde hay que estar, después de conflictos debe haber acuerdos, pero en torno a ideas, pelear por fotos, por modos, no me parece lo esencial, sí por propuestas concretas para un Chile más justo. Aquí, entre la Concertación y yo, falta respeto mutuo. La pretensión de que el otro es invisible es un mal camino

¿Cómo cree que la Concertación ha llevado su rol opositor?

Ha sido un holograma. No veo una Concertación. No sé qué es la Concertación. La de un presidente de partido que denuncia a los demás presidentes por autoritarios, la de sus diputados que votan contra su vocero, la del vocero que vota contra los diputados, la de los senadores que votan contra sus diputados, cuál. Es una coalición que pierde un diputado cada seis meses.

¿Cree que ha surgido una nueva derecha?

Yo quisiera que hubiera una nueva derecha. A diferencia de la Concertación, yo sí creo que ojalá haya una nueva derecha. La derecha pinochetista era una derecha muy disfuncional y la izquierda, que reivindica el monopolio de la moral sobre todos los temas, también es insuficiente para lo que Chile está pidiendo.

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