Mayordomo pide perdón al Papa por "dolor causado" en caso filtraciones

Paolo Gabriele escribió una carta a Benedicto XVI en el que señala, además, que admite sus errores, que actuó solo, y que no es parte de conspiración alguna.




El mayordomo del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele (46), que fue detenido hace dos meses en medio de una investigación sobre las filtraciones de documentos que denunciaban corrupción en el Vaticano, escribió una carta al pontífice para pedirle perdón, dijo hoy su abogado Carlos Fusco.

La misiva fue entregada a la comisión independiente de cardenales que investiga el origen y los motivos del llamado caso "vatileaks", encabezada por el purpurado Julián Herranz, indicó el representante legal al diario italiano Corriere della Sera.

Fusco aclaró que se trata de una carta confidencial de cuyo contenido nadie tiene conocimiento, a excepción de los tres cardenales de la comisión y el Papa, pero reveló que en la misma Gabriele admite sus errores y pide perdón.

El sábado pasado el mayordomo recibió el beneficio de la libertad vigilada tras pasar 50 días en calidad de detenido en una celda de seguridad ubicada al interior del cuartel general de la Gendarmería Vaticana, detalla Dpa.

En estos días se encuentra en su departamento, dentro del territorio vaticano, del cual no puede salir y desde donde tampoco puede comunicarse al exterior vía teléfono o internet.

En esas condiciones espera la sentencia de la primera fase del proceso judicial, que el juez instructor Piero Bonnet deberá pronunciar en los próximos días. El ex ayudante papal puede ser enviado a juicio, lo más probable, o puesto en libertad.

Fusco ha repetido al Corriere della Sera lo dicho el sábado ante la prensa: que Gabriele actuó sólo y no es parte de conspiración alguna.

'No, no existió ningún complot, ni interno ni externo al Vaticano, que pueda referirse a Paolo en la fuga de noticias. Sobre quién orquestó la publicación de los documentos, yo no lo sé", apuntó.

LIMPIAR LA IGLESIA
En una rueda de prensa el sábado por la noche, cuando Gabriele pasó a arresto domiciliario tras un último interrogatorio de siete horas, Fusco dijo que su defendido había querido ayudar al pontífice y podría haber actuado para ayudar a limpiar la Iglesia.

Muchos han señalado que Gabriele, que servía la comida al Papa y viajaba en el asiento delantero del papamóvil en las audiencias generales de Benedicto XVI, no pudo actuar solo y ha sido un chivo expiatorio.

El arresto del mayordomo en mayo puso en el punto de mira de los medios internacionales la lucha de la institución por defender su reputación contra acusaciones de corrupción. Algunos de los documentos que llegaron a publicarse en la prensa denunciaban casos de corrupción en los acuerdos comerciales del Vaticano con empresas italianas, relacionados con el pago de tarifas infladas por trabajos. Otras señalaban rivalidades entre cardenales y enfrentamientos por la gestión del banco del Vaticano, consignó la agencia Reuters.

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