Miles de personas asisten a funeral de policía asesinado en Nueva York

Rafael Ramos fue uno de los dos agentes que murieron la semana pasada a manos de un hombre que dijo estar vengando las recientes muertes de afroamericanos desarmados por parte de policías.




Decenas de miles de policías y otros dolientes llenaron el sábado una iglesia de Nueva York y sus calles cercanas, en el marco del funeral de uno de los dos agentes que murieron a tiros a manos de un hombre que dijo estar vengando las recientes muertes de afroamericanos desarmados por parte de policías.

Las muertes de Rafael Ramos y su compañero de patrulla Liu Wenjian se han convertido en un punto de encuentro para la Policía y sus simpatizantes en todo el país, asediados por meses de protestas callejeras por las supuestas prácticas racistas de los agentes estadounidenses.

"Su marido y su compañero eran parte del excelente cuerpo de policía de Nueva York, y eso no es una frase ociosa", dijo el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, dirigiéndose a la viuda de Ramos, Maritza, delante del ataúd.

"Creo que esta gran fuerza de policía de esta ciudad increíblemente diversa puede y va a mostrarle a la nación cómo reducir las diferencias. Lo ha hecho antes y lo hará de nuevo", sostuvo por su parte el portavoz jefe del departamento de Policía, Stephen Davis.

Las calles cercanas a la iglesia estaban llenas de oficiales vestidos con sus uniformes azules, entre ellos delegaciones de Boston, Atlanta, St. Louis y Nueva Orleans.

El servicio fúnebre realizado en la Iglesia Tabernáculo de Cristo de Queens, el barrio de Ramos, también mostró juntos por primera vez en público al alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y a agentes de policía y líderes sindicales, desde que se iniciara una fuerte disputa hace una semana en el hospital donde Ramos y Liu fueron declarados muertos.

Horas después de que Ramos, de 40 años, y Liu, de 32 años, fueran asesinados cuando estaban sentados en su auto de patrulla estacionado en Brooklyn el 20 de diciembre, los agentes de policía ignoraron al alcalde a su llegada al hospital.

En medio de las peores relaciones en décadas entre el alcalde de Nueva York y su departamento de policía, los líderes sindicales, enfurecido por las expresiones de apoyo del edil a las protestas en contra de las prácticas policiales, dijeron que de Blasio tenía "sangre en sus manos".

El sábado, cuando de Blasio comenzó a hablar en el funeral ante miles de agentes de policía, al menos una parte de la multitud dio la espalda a una gran pantalla de proyección.

"Tenía una sueño, que era que un día sería un oficial de policía", dijo De Blasio de Ramos, quien se unió al departamento de policía relativamente tarde en su vida laboral después de una carrera como agente de seguridad de una escuela.

"No podía esperar para ponerse el uniforme. Él creía en la protección de los demás y los que son llamados a proteger a los demás son una raza especial", agregó.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que Liu y Ramos representaban la diversidad del Departamento de Policía de la ciudad, que tiene agentes de más de 50 nacionalidades.

El asesino de los oficiales, Ismaaiyl Brinsley, de 28 años, se suicidó poco después del ataque.

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