Pago de ayudas financieras obligan al Tesoro de EEUU a fijarse en el desempleo
Ocho de cada 10 estadounidenses consideran al desempleo la mayor amenaza, según un sondeo nacional.
El sector bancario estadounidense salió de cuidados intensivos cuando Citigroup y Wells Fargo anunciaron que devolverían los fondos de rescate recibidos. Aun así, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, todavía no puede decir que el paciente ha sanado.
El Tesoro recuperará US$20.000 millones de Citigroup, con sede en Nueva York, que requirió dos inyecciones de capital del Gobierno para no caer. Wells Fargo planea devolver los US$25.000 millones que los contribuyentes invirtieron en el banco de San Francisco hace un año, con lo que se convertirá en el último de los bancos del país en comprometerse a retirarse del Programa de Ayuda para Activos Problemáticos TARP.
Geithner y el presidente Barack Obama han dicho que el rescate financiero de US$700.000 millones evitó una crisis económica y acabará costando a los contribuyentes no más de US$140.000 millones. Es improbable que eso disuada la ansiedad pública sobre el desempleo, que se encuentra cerca de un máximo en 26 años, o la caída en los préstamos bancarios. Ocho de cada 10 estadounidenses consideran al desempleo la mayor amenaza, según un sondeo nacional de Bloomberg este mes.
"Esto demuestra que Wall Street se reparó, pero el TARP no va a solucionar el desempleo del 10%", dijo Bill Brown, profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad Duke y ex director general de Morgan Stanley. A los ojos de los estadounidenses comunes, "Geithner va a ser un secretario del Tesoro para la elite, no un secretario del Tesoro para la economía".
Para combatir esa impresión, el Gobierno ha intentando reformar el TARP para ayudar a los propietarios de viviendas y pequeñas empresas. Los resultados han sido lentos en materializarse.
Sólo unos cuantos bancos se apuntaron para el capital extra que el Departamento del Tesoro ofreció a cambio del plan de financiación para pequeñas empresas. Y un programa de US$15.000 millones para comprar préstamos titulizados para pequeñas empresas, anunciado en marzo, no ha comenzado.
Conforme el TARP se reduce, Geithner tendrá más espacio para seguir una agenda económica no heredada del Gobierno de Bush.
"El secretario Geithner sigue centrado en hacer todo lo posible por impulsar una recuperación económica sustentable tan pronto como sea posible", dijo ayer el portavoz del Tesoro, Andrew Williams.
La percepción de que el Gobierno sigue consintiendo a Wall Street ha contribuido a que los estadounidenses tengan una opinión desfavorable con respecto a Geither. Según el sondeo nacional de Bloomberg de este mes, un 33% tiene una opinión desfavorable sobre él, en comparación con el 26% que tiene una opinión favorable. En septiembre, la mayoría tenía una opinión favorable sobre Geithner.
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