Partidarios de Dilma Rousseff se movilizan para contrarrestar la popularidad de opositora ambientalista

Por su parte, la mandataria aprovechó un acto político celebrado en Jades para cargar contra Marina Silva, a quien tildó de "evangélica fervorosa", acusándola de no querer defender los derechos de los homosexuales y ser contraria a la legalización del aborto.




La militancia del Partido de los Trabajadores (PT) tomó hoy las calles de miles de ciudades de Brasil en apoyo a la presidenta Dilma Rousseff, de cuya reelección se duda desde la irrupción como candidata de la ecologista Marina Silva.

"El PT esta vivo, en la calle, movilizado y en apoyo a su presidenta y candidata", declaró a Efe el secretario nacional de Relaciones Institucionales del PT, Romenio Pereira, quien precisó que las movilizaciones se realizaban en unas 2.500 ciudades con menos de 30.000 habitantes.

"Son las ciudades en que más se ha notado la evolución que el país ha vivido en los últimos doce años", apuntó en relación a los tres mandatos consecutivos que lleva el PT desde 2003, dos con Luiz Inácio Lula da Silva y uno con Dilma Rousseff.

La partida de las llamadas "Caravanas del PT. Dilma de nuevo" la dio la propia presidenta en un acto celebrado en Jades, una ciudad del interior del estado de Sao Paulo, donde antes se reunió con un nutrido grupo de alcaldes de su partido.

En ese acto, Rousseff cargó directamente contra Marina Silva, quien se convirtió en candidata presidencial del Partido Socialista Brasileño (PSB) para las elecciones del 5 de octubre próximo tras la muerte del anterior abanderado, Eduardo Campos, fallecido en un accidente aéreo el pasado 13 de marzo.

"La candidata a la Presidencia de la República por el PSB (Partido Socialista Brasileño) es un gran signo de interrogación en la política", escribió la candidata del Partido de los Trabajadores a través de su cuenta en Facebook, a quien además tildó de "evangélica fervorosa", acusándola de no querer defender los derechos de los homosexuales y ser contraria a la legalización del aborto.

"Ayer Marina Silva divulgó su programa de gobierno. No demoró mucho para que las controversias de las propuestas de la candidata salieran a la luz. Tanto que hoy volvió atrás y sustituyó el trecho sobre los derechos LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) que integraba el documento", prosigue Rousseff.

El párrafo aludido expresaba en su versión original que Silva defendería los proyectos de ley que buscan que el derecho de las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio se transforme en ley.

Rousseff también sostiene que Silva "siempre evita comentar la cuestión del aborto" y constata: "Antes condenaba con vehemencia la legalización. Hoy, según ella, la decisión debe ser tomada a través de un plebiscito".

A ese respecto, Silva se compromete a promover los servicios de interrupción del embarazo en el ámbito de la salud pública, dentro de lo permitido por la legislación vigente, que limita esa práctica a casos en que la gestación es producto de una violación, implica un riesgo de vida para la mujer o se trata de un feto sin cerebro.

Silva, seguidora de la religión evangélica, que condena la homosexualidad, dijo que fue "corregido un error", ya que, como consta ahora, en realidad el apoyo se manifestaba a la unión civil y no al casamiento entre personas del mismo sexo. 

No obstante, subrayó su "compromiso con el estado laico y el respeto a las libertades individuales y religiosas de aquellos que creen o que no creen, sin importar color u orientación sexual".

La irrupción de Silva en la campaña ha revolucionado los sondeos, que hasta ese momento daban como favorita a Rousseff y ahora afirman que la candidata socialista se impondrá en una segunda vuelta, que se celebraría el 26 de octubre, con una ventaja que varía entre 5 y 10 puntos porcentuales.

En su programa de gobierno, incluyó una limitación de los subsidios y créditos preferenciales que la banca estatal ofrece actualmente a la economía, lo cual fue calificado de "gravísimo" por Rousseff.

"Son propuestas aventureras, oscurantistas y atrasadas, que son parte de una oferta que parece avanzada, pero es profundamente demagógica y que, sobre todo, no se sabe a qué intereses sirve", declaró la mandataria.

Según Rousseff, esos "subsidios" favorecen planes de construcción de viviendas populares, obras de infraestructura y programas de agricultura familiar que "simplemente acabarán" sin apoyo estatal.

También criticó la intención de Silva de restarle prioridad a la explotación de las reservas de petróleo y gas descubiertas en aguas profundas del océano Atlántico por la estatal Petrobras.

"Si se pone en práctica el programa de candidatos así, no sólo la Petrobras perderá importancia, sino que se restringirá la acción" de toda la banca pública, que según Rousseff, ha sido una de las armas de su Gobierno frente a la crisis global.

Rousseff subió luego el tono para condenar la idea de Silva de gobernar con "los mejores" de todos los partidos políticos, pero no con las propias formaciones.

"En una democracia, quien no gobierna con los partidos coquetea con el autoritarismo", afirmó la mandataria.

Silva, por su parte, visitó este sábado la favela de Rocinha, la más poblada de Río de Janeiro, donde conversó con la población y se mostró junto al popular diputado, candidato a senador y exfutbolista Romário de Souza Farías.

Rousseff y Silva se encontrarán el próximo lunes, cuando junto a otros cinco candidatos participarán en el segundo debate televisado de esta campaña, que será organizado por el canal SBT y el diario Folha de Sao Paulo. 

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