Presidente de Brasil resta importancia a su baja popularidad
Michel Temer aseguró que su mayor preocupación más que las encuestas, es crear el clima para que haya más empleo.
El presidente brasileño, Michel Temer, le restó importancia hoy a las encuestas que le atribuyen apenas un 14 % de popularidad y dijo que su misión es crear el clima necesario para que todos los ciudadanos tengan empleo.
"Con toda franqueza, no lo tomo en cuenta", declaró Temer en una entrevista con la radio Jovem Pan sobre un sondeo divulgado esta semana, según el cual el 14 % de los brasileños aprueba su gestión, un 34 % la considera regular y otro 39 % la califica de "pésima".
Temer indicó que "si llegase al final del Gobierno con un 5 % de aprobación pero con los 12 millones de desempleados que hay ahora con trabajo", se sentirá satisfecho.
"Lo que quiero es tener el apoyo de quienes ahora están sin empleo", declaró el gobernante, quien sustituye en el poder a la expresidenta Dilma Rousseff, destituida el pasado 31 de agosto tras ser hallada culpable de diversas irregularidades financieras.
Temer, de 76 años, reiteró además que no tiene planes de postular como candidato presidencial en las próximas elecciones, previstas para octubre de 2018.
"Gobernar Brasil es honroso, pero da mucho trabajo y, una vez que se ha llegado a la Presidencia, no veo ninguna razón para pensar en una reelección", apuntó, para insistir en que su "única misión" es "volver a poner al país en los rieles del crecimiento".
Para ello, volvió a defender algunas propuestas que deberán ser analizadas por el Parlamento, entre las cuales destacó la que apunta a limitar el gasto público anual en función de la tasa de inflación registrada en el ejercicio inmediatamente anterior.
Según Temer, esa medida permitiría revertir el proceso de aumento de la deuda pública, daría más confianza a los empresarios y agentes del mercado financiero y con ello propiciaría el ambiente necesario para retomar el crecimiento y la generación de empleo.
La economía brasileña atraviesa actualmente una de sus más graves crisis en décadas, tras haberse contraído un 3,8 % en 2015.
Para este año, las previsiones apuntan a una nueva caída, en torno al 3,3 %, en tanto que para 2017 se espera un ligero rebote, que propiciaría un crecimiento cercano al 1 %.
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