Primer ministro británico asegura que no reparará en gastos ante las graves inundaciones que afectan a Reino Unido
Cameron anunció una partida de unos 12 millones de euros para compensar a los agricultores que han perdido sus cosechas y el despliegue de 1.600 efectivos militares, para ayudar a los afectados.
El primer ministro británico, David Cameron, se puso hoy al frente de la crisis que vive el Reino Unido por sus peores inundaciones en décadas y subrayó que su Gobierno no reparará en gastos para tratar de solventar una emergencia a la que no ve una solución a corto plazo.
"El dinero no está en cuestión. Gastaremos lo que sea necesario", señaló Cameron en una rueda de prensa en Downing Street tras visitar por segunda vez en pocos días la región del suroeste de Inglaterra más afectada por las lluvias y la crecida del Támesis.
"Somos un país rico y tenemos una economía en crecimiento", subrayó Cameron, que anunció una partida de unos 12 millones de euros para compensar a los agricultores que han perdido sus cosechas.
El premier conservador subrayó que el Ejército va a desempeñar un papel clave en la ayuda a los afectados y anunció que, durante la jornada de hoy, se desplegarán 1.600 efectivos militares, mientras que otros miles de soldados están preparados para sumarse al operativo si son necesarios en los próximos días.
Las constantes lluvias han afectado a 5.800 viviendas desde finales de diciembre, mil de ellas en la última semana, según informó la Agencia del Medio Ambiente británica.
Las previsiones anuncian nuevas lluvias y fuertes vientos, además de un mayor aumento del nivel del río Támesis para los próximos días, por lo que Cameron sostuvo que la recuperación de las zonas afectadas va a ser un "largo recorrido".
David Cameron advirtió además de que la situación todavía puede "volverse peor, antes de comenzar a mejorar".
El primer ministro británico, que ha cancelado una visita a Oriente Medio planeada para la próxima semana, afirmó que el Reino Unido "aprenderá lecciones" de estas inundaciones, si bien justificó que la situación era "difícil" de prever dado que este ha sido el "invierno más húmedo en los últimos 250 años".
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