Primer ministro italiano pide cese a "la barbarie" de la prensa
<p>"Fui un hábil profeta cuando preví que la barbarie provocada por una bien precisa campaña de prensa puso en marcha un espiral que debe ser detenida" dijo Berlusconi.</p>
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidió hoy que cese la "barbarie" que atribuye a la prensa, al atacar en esta ocasión no al diario romano La Repubblica, que ventiló sus fiestas en Roma y Cerdeña, sino a Il Giornale, diario de Paolo Berlusconi, su hermano.
Berlusconi lo hizo hablando de algunos artículos que vinculan al ex jefe de gobierno y alto exponente del Partido Democrático Massimo D'Alema y al secretario del partido centrista UDC, Lorenzo Cesa, en supuestas fiestas en la Cámara de Diputados.
"Nunca compartí los modos de los que recurren a los chismes de varios tipo para insinuar dudas o desacreditar a algunas personas -dijo el gobernante-. Sobre Cesa no hay nada de nada, pero basta un título que hace un nombre para criminalizar a una persona y sacudir a una familia".
"Mi solidaridad va también a D'Alema", agregó el jefe del gobierno en su declaración a la prensa.
Pero Cesa replicó secamente: "No aceptó solidaridad de nadie, en particular de Berlusconi", y agregó que "nunca participé en fiestas ni frecuenté menores de edad o personas que hacen uso de la droga. Respeto a todos pero no acepto solidaridad de nadie y menos del jefe del gobierno".
El caso de hoy permitió al primer ministro volver sobre las revelaciones de prensa que se refieren a sus fiestas, a las cuales, según denuncias, asistieron mujeres pagadas.
"Fui un hábil profeta cuando preví que la barbarie provocada por una bien precisa campaña de prensa habría puesto en marcha un espiral que debe ser detenida. Porque denuncié agresiones en mi contra, nadie puede pensar que yo pueda aprobar análogos métodos y agresiones contra cualquiera".
Sin embargo, Il Giornale reiteró poco después que "sobre Cesa los hechos son incontrovertibles".
El secretario de la UDC anuncio una querella contra el diario milanés.
Cesa era socio en la Global Media SRL de R.F., la "madame" que había organizado un grupo de prostitutas para obtener favores de un gran número de políticos, entre los cuales algunos estrechos colaboradores de D'Alema.
En esa sociedad, agregó Il Giornale, Cesa tenía cuotas por 5.500 euros, y R.F. por 4 mil euros, aunque la moneda vigente entonces era la lira.
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