¿Cuál es el problema con la elite?

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En varios países del mundo los grupos de poder tradicionales están siendo profundamente cuestionados. El triunfo de Donald Trump en Estados Unidos es visto como el último y más contundente ejemplo de una rebelión generalizada de la ciudadanía contra las elites políticas, económicas, culturales y contra todo el que tenga posiciones de influencia. En Chile, desde comienzos de esta década hay síntomas de lo mismo, sentimiento que, por ejemplo, recoge el sociólogo Alberto Mayol en su libro Autopsia. ¿De qué se murió la elite chilena? Le pedimos a personas que ocupan posiciones en distintas áreas que expliquen qué entienden por ese término y analicen el momento actual de esas minorías influyentes a las que ellos, incluso cuando no les gusta, también pertenecen.




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07 OCTUBRE 2013 IVAN PODUJE (FOTO) NOS HABLA SOBRE LA EXPANSION DE LA CIUDAD DE SANTIAGO. FOTOS ROLANDO MORALES C./LA TERCERA IVAN PODUJE

Iván Poduje, arquitecto y urbanista de Atisba

"Hoy es impopular decir que eres parte de una elite"

El arquitecto y socio de la oficina de urbanismo Atisba, Iván Poduje, cree que actualmente las elites reniegan de su condición. "Veo a muchos diciendo que la elite no se sintoniza, pero hablando en tercera persona cuando ellos son parte. Los que hablan en los medios son parte de la elite, los políticos, los intelectuales, los politólogos. Van todos a seminarios en que se juntan a hablar del país. ¡Son una elite!", dice.

¿Por qué cree que se tratan de desmarcar?

Porque hoy es impopular decir que eres parte de una elite. Es como una profecía autocumplida: dices que la elite tiene un problema, pero eres parte de esa elite que tiene el problema. Es como lo que hace Guillier: dice "yo no soy político", a pesar de que es parlamentario electo con el cupo de un partido. Sabe que los políticos están mal evaluados y como quiere estar bien evaluado, dice que no lo es.

¿Qué hacen las elites que reniegan?

Desconocen el problema y no plantean soluciones. Eso también es muy interesante: la pugna de las elites. Las elites que no se califican como elites lo hacen porque quieren más poder.

¿De quién estás hablando?

Por ejemplo, de un parlamentario joven que escribe contra las elites cuando él es parte. Lo que está diciendo es: 'yo quiero que mi elite –más joven y nueva- tenga más acceso al poder que la otra elite vieja. Esa también es una discusión de elites, no tiene nada que ver con lo que le está pasando a las personas.

¿Te refieres a Gabriel Boric y Giorgio Jackson?

Ellos son una elite. Presidentes de federaciones de universidades tradicionales y diputados, son absolutamente parte de la elite, una nueva que quiere tener más poder. Por supuesto que no les conviene que la vieja elite se quiera quedar en el poder, lo que también ocurre.

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Francisco Cox, abogado

"Tiene que sospechar de sus convicciones"

Para Francisco Cox, abogado de Balmaceda y Cox Abogados, las elites, tanto la progresista como la conservadora, han perdido conexión con la ciudadanía porque se encerraron en sí mismas y no permitieron el ingreso de nuevas ideas. "Cuando miras la realidad sólo desde tus convicciones y no sospechas de ellas, terminas buscando elementos que las refuerzan y tu visión del mundo se vuelve errónea. La elite tiene que sospechar de sus convicciones", dice. Según Cox, esa es la razón que explica la derrota de los demócratas en Estados Unidos y la gracia que perdió la Nueva Mayoría: "Creo que la Concertación fue tan exitosa porque tenía a Andrés Velasco y a Osvaldo Andrade discutiendo en un mismo gabinete", dice y explica que lo ideal es siempre tener un disidente cerca, porque "hay que leer al enemigo para tratar de entenderlo".

Para Cox, las elites tienen que volver a darles espacios a los que piensan distinto. "Todos tenemos sesgos y prejuicios, y hay que tratar de no tirarlos lejos, sino de incorporarlos. Hoy la opinión diferente genera división y en vez de eso debería generar más debate interno".

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Juan Manuel Garrido, filósofo

"Acá tienen una lectura más realista que las de Estados Unidos"

Para Juan Manuel Garrido, director del Doctorado en Filosofía de la Universidad Alberto Hurtado, hay una diferencia relevante entre lo que está pasando en Chile y lo que ocurrió en Estados Unidos: mientras acá sabemos hace rato que existe una disociación entre las elites y los ciudadanos, los estadounidenses se "desayunaron" con el triunfo de Trump. "Aparentemente, acá las elites tienen una lectura más realista que las de allá", dice. Garrido agrega otra razón para ser cautelosos al comparar: "Trump ganó con un discurso abiertamente racista, sexista y xenófobo, y acá no conocemos ningún candidato con ese discurso y que concite una adhesión abierta".

La tesis de Garrido es que si bien el electo presidente de EE.UU. supo administrar el miedo de los ciudadanos -como lo hacen los populistas-, el voto blanco dirigido al empresario no se explica sólo por el miedo al traficante, al negro o al inmigrante, sino que esas personas parecen tenerles miedo a las elites. "Trump recibía a diario descalificaciones a través de la prensa por las estupideces que pensaba o el simplismo de sus ideas, pero nadie sopesó que al hacer eso se estaba atacando al votante de Trump. Las elites descalificaron los razonamientos fáciles, que son los primeros que llegan a la mente de cualquier persona. Ese simplismo es muy humano".

Para Garrido, la intolerancia a la irracionalidad es un fenómeno muy propio de las elites, acá y allá. "El xenófobo o el sexista no pueden sostener discursivamente lo que piensan, pero nadie se pregunta por qué sostienen eso o a qué le tienen miedo. En vez de eso, los descalifican y los hace a un lado, que es lo más fácil".

Agrega que "sólo las elites dispuestas a no explicar el fenómeno del populismo como un arrebato de locura o una intervención diabólica, sino como uno íntimamente humano y ciudadano -como el miedo-; sólo las elites dispuestas a empatizar con el miedo van a darse oportunidad de entenderlo y de controlarlo. Las elites deben dejar de condenar a quienes perciben como otros, de simplificar las cosas y ponerles oído a las personas y a lo que piensan y sienten".

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Elisa Ibáñez, directora ejecutiva de Antenna, organización dedicada al arte y la filantropía

"Las elites política y económica tienen prácticamente secuestrada la discusión"

"Creo que forman parte de la elite todos aquellos que están en los puestos de poder en los lugares donde se toman las decisiones que afectan al resto de los ciudadanos y al planeta en que vivimos. El problema es que hoy asociamos este término fundamentalmente a los recursos económicos y a la política. El foco general puesto en estas dos elites, política y económica, está dejando fuera al resto y tienen prácticamente secuestrada la discusión: hemos instalado sus temas como los únicos relevantes, rezagando a la ciencia, el arte y la cultura, la espiritualidad y la naturaleza.

Faltan intercambios de ideas, posturas y valorar otras temáticas. Quienes dominan la discusión muchas veces olvidan que, más que derechos, tienen deberes. Pero la distancia y el aislamiento de otras realidades, sumado a la carrera por tener más, por ganarle al otro, lleva a un actuar muchas veces sesgado, ambicioso y en exceso paternalista: soy superior a ti y por lo tanto mi verdad es la única. No puedes hacer sino seguirme.

En la raíz del problema hay una enorme falta de cultura y de valorar el desarrollo humano más allá de lo racional y económico. Las elites tienden a ser cerradas y desarrollan una sensación de omnipotencia porque de alguna forma se transforman en intocables.

Pero también existe un grupo que en silencio está dedicado a una acción consistente y consciente. Esos son los que deben levantar la voz. Está ocurriendo y comienza a aparecer una elite diferente en las generaciones más jóvenes. Una nueva forma de hacer empresa donde la inclusión, la colaboración, lo multidisciplinario y las distintas miradas se consideran claves para el éxito de un negocio.

Ahora hay que abrir las discusiones, integrar a las ciencias, las humanidades, el arte y la cultura. Pensar más en el largo plazo y no sólo en el retorno personal. Dejar de hablar de tener el poder y más de hacer las cosas bien".

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Santiago, 16 11 2016 Cristina Dorador, biologa, academica de la U de Antofagasta y experta en ecologia microbiana, es retratada para la seccion de tendencias del diario la tercera. FOTO: JOSE LUIS MUÑOZ / LA TERCERA

Cristina Dorador, científica

"¡Que no exista una elite!"

La bióloga Cristina Dorador es académica de la U. de Antofagasta y experta en ecología microbiana, la que estudia en los salares y en el desierto de Atacama. Ha sido destacada como una de las científicas más prometedoras del país y aunque reconoce que forma parte de la elite intelectual, dice que tradicionalmente Chile ha sido diseñado por un pequeño grupo que proviene de Santiago, con un origen y experiencias similares, lo que provoca una desconexión con todo el resto. Este grupo, dice ella, ha interpretado los sueños de las personas generalizando de manera caricaturesca: "Los chilenos somos así" o "creemos tal cosa", pero en la realidad no somos homogéneos. "Como país no nos conocemos bien, cambiamos mucho generacionalmente y la geografía nos hace muy diferentes. Las personas de regiones no nos vemos en esta representación que hace la elite del país".

¿Cómo puede salir del problema?

Hay que perderle el miedo a lo distinto. Empecemos a valorar la diversidad, porque el liderazgo hegemónico tiene los días contados. De hecho, lo ideal es que no exista una elite, sino que el acceso y las oportunidades estén al alcance de todos y bien distribuidas. Los cambios son posibles, siempre y cuando queramos que las cosas cambien.

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09.09.2010. CARLO VON MUHLENBROCK, ENCARGADO DEL DEPARTAMENTO GASTROMONICO DE LA CLINICA U. CATOLICA. CARLO VON MUHLENBROCK

Carlo Von Mühlenbrock, chef de Osadía y Carlo Cocina

"No hay que perder el foco de lo que se ha hecho"

"Siempre me he sentido muy ligado a la política, por lo que me parece muy interesante lo que está pasando. Claro que se ve que hay un descontento generalizado, pero soy de la idea de que no por eso hay que empezar a desconfiar de la clase política completa", dice el chef Carlo Von Mühlenbrock, conocido por sus diversos programas de televisión y sus restaurantes. Agrega que, a pesar que entiende que haya descontento, la desconfianza de la población es un problema, porque "hay un trabajo de fondo que se ha hecho a pulso a lo largo de años que no se puede pasar por alto simplemente por populismos".

¿Qué crees que debería hacer la elite al respecto?

La elite es un grupo de poder que se ve cerrado para la gente común, por lo que creo que es bueno que tomen una definición política, actualizar los discursos y las ideas. Pasa algo similar en la cocina porque siento que antes, para tener un espacio en esta área, te unías a una cofradía de cocineros. Ahora hay más liderazgos independientes, lo que es muy bueno, pero no hay que perder el foco de lo que ya se ha hecho.

¿Cómo es ese paralelo entre cocina y elite?

Soy de la idea que el trabajo mancomunado ayuda, el trabajo de los chefs ha ido siempre por esa línea. De hecho, este boom de la nueva cocina chilena no es nuevo, hay chefs que trabajaron durante 50 años para que se revalorizaran nuestros productos, lo que pasa ahora es que se están recogiendo los frutos de esos cocineros, pero ya hay un tremendo camino recorrido. Esto mismo lo traspaso a la política, porque no se puede dejar todo botado así como así por unos resultados o basarse en populismos para crear discursos, como pasa con Trump en Estados Unidos. Es lógico que la antigua política quiera dejar de ser antigua, basta con ver los candidatos que están apareciendo y desde los sectores que vienen para entender que se dieron cuenta de que se necesita un cambio, pero no hay que apresurarlo.

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Verónica Cousiño, subgerente de exportación y marketing de la Viña Cousiño Macul

"Nadie se quiere hacer cargo de que es parte de la elite"

¿Qué entiendes por elite?

Es un grupo selecto o más bien un grupo acotado de personas que destaca en distintos ámbitos de la sociedad. De esta manera, podría decir que existen distintas elites, deportiva, económica, intelectual, política, entre otras.

¿Cómo ves a la elite chilena?

La veo complicada, ya que creo que hay mucha gente que pertenece a estas distintas elites que reniegan de ser parte de ese grupo reducido. Pareciera que formar parte de una elite es mal visto hoy. Por eso la elite chilena está muy callada. Creo que tienen mucho miedo, probablemente creen que van a ser juzgados y ese juicio siempre lleva consigo una connotación más negativa que positiva.

¿Cuál crees que es el principal problema de nuestra elite hoy?

Me da la sensación de que nadie se quiere hacer cargo de que es parte de la elite, y es difícil mejorar algo si nadie se hace responsable de las cosas.

¿Cómo pueden salir de su problema?

Reconociéndose. Aceptar que uno es parte de una elite es el primer paso para afrontar los problemas, pero después uno debe hacerse responsable de eso.La elite tiene el poder de generar cambios, pero ese poder debe ser bien utilizado.

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13.01.2011 Guillermo Calderon, director de teatro , fotografias realizadas en la calle Londres, Santiago. Foto Juan Farias / La Tercera/

Guillermo Calderón, dramaturgo

"Es autodestructiva"

El dramaturgo chileno con mayor proyección en el extranjero, Guillermo Calderón, cree que la elite –que en Chile circunscribe al poder económico- tiene paradojas que se reflejan en sus barrios, como El Golf, donde hoy se ven edificios "bien espantosos". "La misma elite lo está destruyendo. Esa contradicción entre desarrollo y destrucción, que se expresa en términos urbanísticos, es muy interesante. Fueron capaces de tentarse tanto con la comercialización que destruyeron cierta idea estética idealista que ellos mismos tenían. La elite es autodestructiva", dice el autor del guión de Neruda.

"Hay una elite que tiene un sentido de la belleza, que le gusta cultivarla, y otra que tiene un impulso destructivo", prosigue el dramaturgo, quien cree de ahí emerge el gran desafío de la elite: sobrevivir a sí misma. "Una de las misiones principales de la elite es perpetuarse. Por eso sus hijos estudian derecho e ingeniería comercial. Parte de esa idea es crear un país dentro de otro país, aislarse y tener sistemas políticos, económicos y educacionales totalmente separados del resto", dice.

Calderón reconoce que a él la idea de que exista una elite no le gusta, pero de todas maneras recomienda un paquete de medidas entre las que incluye un vuelco hacia la socialdemocracia, pagando más impuestos y mejorando los servicios básicos del resto de la población. "Esa sería una estrategia de supervivencia que les va a permitir perpetuarse en paz sin estar en permanente pánico. Porque ahora como van, la única alternativa que les queda es construir un muro alrededor de sus comunas, y eso no tiene futuro", concluye el autor de Mateluna, obra que se presentará en Santiago a Mil en enero.

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Manuel Tironi, sociólogo y profesor de la UC

"Tiene que dejar de mirarse el ombligo"

"Creo que ser una elite conlleva responsabilidades, y en la elite chilena no hemos estado a la altura. Necesitamos una visión más ecológica, y con eso no me refiero a la naturaleza ni el medioambiente, sino que a darnos cuenta de que vivimos en un mundo mucho más amplio que nuestra pequeña fracción. La elite ha sido poco generosa en ese sentido. Hay algo súper provinciano en ella, algo un poco rancio que todavía se maneja como en el siglo XIX: vivimos en nuestros barrios, vamos a nuestras universidades, tenemos nuestros problemas.

¿Esa indolencia es parte de la crisis?

Sí, habla muy mal de un país que no sean las elites las que promuevan la reforma universitaria, por ejemplo. Claro que nosotros tenemos asegurada la educación, tendría que haber una catástrofe para que no pudiera pagarle la universidad a mi hijo en 10 años más.

¿Esa falta de responsabilidad es el principal problema de la elite hoy?

Es el origen de sus problemas. Gente con más plata que otros o en posiciones de poder político siempre va a existir. El problema es qué haces con ese poder en el entendido de que, aunque suene a Miss Universo, todos queremos un mundo mejor.

¿Cómo puede superar la elite este problema?

Viéndose a sí misma. Sólo con un giro crítico va a ser capaz de salir de la especie de claustro en que está. A pesar de que la veo poco crítica, creo que está surgiendo un germen, dentro de la misma elite, que empieza a darse cuenta de que sus propias formas de pensar a veces son súper tóxicas, nocivas, desiguales e insustentables. La Vieja Cuica y todas estas blogueras que hablan del mundo cuico son un reflejo.

¿Se va a reinventar la elite?

La gran reinvención es lograr cuestionar todo ese cúmulo de definiciones, de qué es lo bueno, la verdad, lo válido. Debería cuestionarse todo eso y aceptar que existen otras formas de conocimiento, no sólo el científico; otras formas de creatividad, no sólo la empresarial; otras lógicas, no sólo la económica y otros problemas más allá de las familias en Vitacura. Tiene que dejar de mirarse el ombligo.

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Cristóbal Tello, subdirector de proyectos del Centro de Políticas Públicas UC

"Pareciera que el resto de la sociedad quiere hacer lo contrario de lo que le propone la elite"

"Hace algunos días atrás, después de la elección de Trump en EE.UU., el economista Paul Krugman escribía que él y, probablemente, la mayoría de sus lectores en The New York Times no entendían el país en el que vivían. Lo mismo podríamos decir de la elite chilena que piensa que el país 'se cae a pedazos' sin lograr entender por qué.

Esa falta de comprensión es propia de una elite que se ha encerrado en sí misma, que cree que dialoga con otros en sus centros de estudios, seminarios o en las redes sociales, pero que hace rato sólo conversa consigo misma. Es la elite que vive aislada en sectores exclusivos de la ciudad, con muros cada vez más altos y más seguridad a su alrededor, que estudia en sus propios colegios y universidades, que se fue del centro y trasladó sus oficinas cerca de sus casas y que se bajó del Metro cuando 'lo echó a perder el Transantiago'. Es una elite que rara vez se encuentra con los distintos, sino que los observa con temor a la distancia.

Con ese nivel de aislamiento es difícil que la elite chilena logre entender bien la sociedad en la que vive ni menos que logre influenciarla. Por el contrario, pareciera que el resto de la sociedad quiere hacer precisamente lo contrario de lo que le propone. Ya no basta con las amenazas gremiales, con las cartas al director ni con 140 bien redactados caracteres. Si la elite chilena quiere nuevamente ser influyente, tiene que volver a subirse al Metro y al Transantiago para empatizar con la vida de la mayoría de los chilenos. Debe dejar de asumir que sus ideas son, a priori, superiores y volver al ejercicio democrático de defenderlas en el debate público con humildad intelectual. Finalmente, debe volver a hacer el trabajo de golpear las puertas de los ciudadanos, explicar sus propuestas e intentar convocar a los demás en torno a ellas".

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23.09.2014 ENTREVISTA A CAROLA URREJOLA PARA SECCION TENDENCIAS FOTOS: PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA

Carolina Urrejola, periodista y conductora de Canal 13 y Tele 13 radio

"El principal problema de la elite es la flojera"

¿Qué entiendes por el término elite?

Un grupo que por origen, formación o influencia, asume posturas y toma decisiones relevantes para el conjunto de la sociedad.

¿Cómo ves a la elite chilena ?

A la elite económica y política la veo desesperada. Intentando encontrar un nuevo lugar en un mundo ajeno. El que conocían, ya no existe más. Se resistieron a leer los cambios a tiempo y hoy pagan los costos. La elite intelectual hace un mejor esfuerzo por interpretar el nuevo mapa. Está asumiendo que ningunear o despreciar a las masas no lleva a nada bueno.

¿Cuál crees tú que es el principal problema de nuestra elite hoy?

En general -porque hay excepciones que dan esperanza-, la flojera. La falta de riesgo y de ideas renovadoras.

¿Influyen hoy las elites?

Creo que hoy buscan influir oponiendo la mayor resistencia posible a eventuales cambios, aunque exista consenso en la necesidad de hacerlos. Veo un pánico profundo.

¿Cómo pueden salir de su problema?

Comprometiéndose a un debate de ideas genuino. Sin odio, sin violencia.

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Alejandro Fernández, director de cine

"No existe una elite cultural en Chile"

El guionista y director de la película Aquí no ha pasado nada, la cinta inspirada en el accidente de tránsito en el que estuvo involucrado Martín Larraín, hijo del ex timonel de RN, se ha formado una idea de lo que es la elite. Según él, en Chile comprendemos este mundo como algo íntimamente ligado con el poder económico: "Este país está muy diferenciado en clases y a la elite no se accede, en la elite se nace. Chile no es una meritocracia, es una plutocracia, una aristocracia de sangre. Lo que entiende el chileno medio por elite es algo que está muy lejano, de difícil acceso, un universo estático que no acepta nuevos miembros y que de tanto en tanto pierde el poder político y, cuando lo pierde, busca recuperarlo por la fuerza".

El cineasta plantea que la elite chilena está dividida en dos aspectos, uno económico y otro político, y es este último el que se encuentra –a su parecer- en crisis por su imposibilidad de interpretar a parte importante de la sociedad: "La elite económica tiene el control del consumo, no necesita reencantar a nadie. En cuanto a la elite política, me parece que su primera -y tal vez única- opción es abrirse a nuevas voces, volver a replantearse los principios que la fundamentan y estar dispuestos a perder el poder", comenta.

Él dice que el arte está libre de estos grupos de poder, principalmente por el origen popular de la mayoría de los autores o intérpretes. Ahí está la clave del éxito de los exponentes como Violeta Parra, Víctor Jara o Pablo Neruda: "El arte de elite, que básicamente reproduce lo que sucede en otros ámbitos, mira poco y mal a la sociedad chilena. Desde ese foco, pienso que no existe una elite cultural en Chile, lo que sí creo es que pueda haber personas que desde la elite participan de la cultura y tratan de mantener una situación de rebelión aparente, pero formal".

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Josefina Lecaros, miembro del directorio de Seduc

"A muchos les cuesta relacionarse con personas que vienen de otros mundos"

Esta periodista es parte del directorio de Seduc, la organización a cargo de los colegios ligados al Opus Dei, como El Tabancura, Los Andes, Los Alerces y Huelén, en los que se educa una parte de la elite conservadora. Sin embargo, ella aclara que no existe sólo "una" elite, sino que un arcoíris de ellas, que las hay intelectuales, educacionales, artísticas, deportivas, políticas, empresariales. "Ahí veo a personas muy influyentes entregadas a pequeños y grandes proyectos en beneficio de los demás. En los colegios, por ejemplo, es estimulante ver la cantidad de ex alumnos participando en fundaciones y proyectos cuyo objetivo es mejorar la vida de quienes sufren todo tipo de necesidades. Así como a tantos otros que quieren participar de la vida pública de nuestro país; sin buscar el poder por el poder, sino como un medio para contribuir al bien común", dice.

Para ella, el principal desafío que tienen estos grupos es abrirse más: "Sin generalizar, noto que a muchos les cuesta relacionarse con personas que vienen de otros mundos. Creo que hay que empezar por salir de uno mismo; por reconocer en el otro a una persona valiosa. Es una actitud que hay que tomarse en serio, aun viviendo en una cultura donde predomina el individualismo. De ahí la importancia de buenos modelos, de la educación en valores y de la familia", explica.

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Matías Rivas, escritor y director de publicaciones de la UDP

"La elite quiere ser popular, no sofisticada"

¿Qué entiendes por elite?

Cada grupo social entiende el concepto de manera distinta. Podríamos decir que es la gente que tiene privilegios económicos, pero fuera de eso hay otra donde entran los futbolistas millonarios y la farándula. Si le preguntas a la gente por una mujer de la elite, posiblemente mencionen a Cecilia Bolocco y no a una señora pituca.

¿En qué punto encuentran elite y farándula?

Si tú revisas datos, la gente considera que el Negro Piñera es de la elite, un tipo que se relaciona con mujeres de la farándula. Por ese mismo escenario se mueven personajes como María Gracia Subercaseaux, Francisca García-Huidobro o Javiera Díaz de Valdés. La elite se ha ido apropiando de la farándula, la ha ido penetrando por razones que desconozco. El acto que coronó esto fue la aparición de Andrónico Luksic en YouTube: un dueño de medios de comunicación usa una plataforma de "farandulización". Las elites económicas se terminan uniendo con las de la farándula y del fútbol.

¿Por qué?

La elite quiere ser popular, no sofisticada. Quieren ser populares y tener control de los demás y eso no lo han logrado, porque para la gente común, la elite debería ser sofisticada y no popular.

¿Por qué este grupo pareciera no lograr interpretar a la gente?

Pasa por la misma gente, en especial la clase media, que es poco autocrítica y muy oportunista. Cuando le va bien, no reclama, pero cuando le va mal, es muy sensible. Es lógico que así sea, no lo estoy criticando, porque es la clase que siente que no tienen ninguna protección. Las personas que ganan más de 800 mil pesos no se ven favorecidas por el Estado, que no hace más que quitarles plata. Ellos obviamente no se sienten de la elite.

¿Y la elite cultural?

No existe. No hay sueldos que permitan que nadie de la cultura pertenezca a la elite, salvo que sean herederos o que trabajen en otras áreas. Lo que hay es gente culta, pero esa no pertenece a la elite económica. La elite empresarial es muy ignorante. Ahí no entienden las ventajas de la cultura para los países, de desarrollarla, de tener intelectuales y universidades.

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