Ricky Martin: "Viña ayudó a impulsar mi carrera como solista a otro nivel"

El artista habla con La Tercera de su visita en febrero al Festival, donde promete un show bilingüe y con elementos teatrales.




La irrupción, el éxito y la expansión global de Ricky Martin (41) pueden ilustrarse con el propio Festival de Viña del Mar: vino por primera vez en 1993, cuando era una figura en ascenso del pop latino, lucía pelo largo y un puñado de melodías de inspiración juvenil como Fuego contra fuego o Dime que me quieres, y retornó en 2007 como estrella planetaria, bilingüe, de suceso en ambos hemisferios y con canciones que ya no sólo transmitían suspiros veinteañeros.

"El Festival forma parte de todo mi recorrido profesional. Viña es magia y no hay nada que se le compare", define desde Australia el artista a La Tercera, ante su nuevo cara a cara con el evento: ayer fue oficializado como el gran protagonista latino de la próxima versión de la cita -a realizarse del 23 al 28 de febrero (ver página 98)- y en una etapa en que no sólo asoma como uno de los nombres más populares de la música continental en las últimas dos décadas, sino que también como un crédito que ha diversificado su registro hacia la actuación en Broadway, el trabajo como jurado en la edición australiana de La Voz y su nuevo rol como defensor de la igualdad tras hacer pública su homosexualidad.

Ha cantado en Viña en momentos muy distintos de su carrera. ¿Qué importancia ha tenido el Festival en cada uno de esos capítulos?

Mi meta siempre fue llevar mi música a muchos países y, cuando llegué a Chile, sentí que lo estaba logrando. El Festival tiene una proyección internacional muy grande y definitivamente ayudó a impulsar mi carrera como solista a otro nivel. Es un espectáculo de mucho prestigio y credibilidad ante los críticos internacionales: hablar en diferentes países del poder que tiene el público en Viña es algo que llama la atención y es tema de conversación con grandes críticos de la música. Sin duda que Viña es sinónimo de crecimiento profesional.

¿Qué show planea mostrar, dado que el evento tiene tiempos acotados?

Mis conciertos siempre son una gran fiesta. Lo que llevamos a Viña, sin revelar mucho para no arruinar el factor sorpresa, será un show en dos idiomas, muy musical, con mucha energía y, por supuesto, con influencias teatrales. El sonido afro-antillano sin duda estará presente. Diseñamos este espectáculo con la idea de que la gente que venga a vernos se olvide de sus problemas y que baile con nosotros. Ese rato es para ellos, mi público y, como siempre, les dejaré mi alma en el escenario.

Sus puestas en escena están al nivel de lo mejor del circuito. ¿Qué influencia tiene usted en la elaboración de sus espectáculos?

Aunque yo soy el que tiene la última palabra en lo que se presenta al público, le doy mucho crédito a un increíble equipo de creativos. Son muchos meses de planificación, entre todos decidimos qué formará parte del show y luego trabajamos cada área hasta que todo esté a la altura. Mi prioridad siempre ha sido ofrecer un espectáculo de calidad en todos los aspectos: musical, producción, coreografía, imagen. Es lo que la audiencia se merece.

FUTURO ELECTRONICO

Si Ricky Martin apuesta por una constante oferta de baile y evasión, su último álbum, Música+alma+sexo (2011), y su más reciente single, Come with me, van en la dirección correcta: se trata de composiciones fabricadas sobre pegajosas bases electrónicas y despachadas para la pista de baile. Una posible alerta de lo que será su nuevo título, con estreno tentativo para los próximos meses, lo que coincidirá con su paso por la Quinta Vergara. Además, su producción supone la vuelta a la primera plana musical, luego de un 2012 concentrado en su papel como el "Che" en la última versión de Broadway para el musical Evita.

Estuvo casi un año en esta obra. ¿Ha pensado dedicarse a la actuación por temporadas más largas?

Mi pasión siempre ha sido la música y no podría estar alejado de ella por mucho tiempo, pero si hay un personaje o película que realmente represente un reto y que pueda marcar una diferencia, definitivamente lo consideraría.

Aunque ya había estado en Broadway con Los Miserables, ¿qué le aportó esta nueva experiencia?

Fue maravillosa y algo que deseaba hacer desde hacía mucho tiempo. Me dio la oportunidad de rodearme de un elenco fascinante de actores, actrices, músicos, directores, coreógrafos y productores, alrededor de 100 personas que trabajábamos todos los días. Darle vida a la música de Andrew Lloyd Webber era algo que tenía que hacer y lo hice.

¿Cómo fue su preparación?

Estuve en total un año, entre ensayos y funciones, interpretando un rol que demandaba mucha concentración. Mi personaje era la voz del pueblo, pero también Che se convirtió en la conciencia de Eva, en su amigo y, a la vez, en su enemigo. Fue un papel intenso, estaba presente en todas las escenas cantando, bailando y moviéndome de un lado a otro. Honestamente fue agotador, pero sin duda fue un año muy enriquecedor. Además, todo el proceso exigió mucho trabajo y disciplina de mi parte. Tuve que crear una rutina que me permitiera cumplir con las ocho funciones a la semana, dedicar tiempo a la promoción de la obra, a estudiar más mi personaje, a cumplir con mis responsabilidades como padre y al descanso.

¿Cómo ha influido en su carrera la crianza de sus gemelos?

Realmente me siento muy afortunado de tener la familia que tengo, es una bendición. El saber que ellos están sanos y felices me da mucha tranquilidad y paz. Me motiva a seguir construyendo nuestro camino, no importa lo cansado que esté o cuantos conciertos haya hecho esa semana. Ellos me centran y me hacen valorar lo que es verdaderamente importante.

La inclinación electrónica de sus últimas canciones, ¿es una señal de la línea que le gustaría seguir?

Siempre he experimentado con diferentes géneros a la hora de crear mi música, no me limito y estoy muy atento a lo que siento en ese momento y a lo que quiero transmitir a través de mis canciones. Por supuesto que lo bailable siempre va a estar en mi repertorio, porque, aparte de que me gusta mucho, siento que es un vehículo perfecto para lograr lo que te comentaba anteriormente: que la gente cuando lo escuche se sienta bien. Viviendo este año en Australia me dejé influenciar por el sonido anglo y la electrónica y tomé riesgos. Además, no soy purista, no me puedo quedar en un sólo género, porque siempre me ha gustado explorar con diferentes ritmos, por eso mis discos tienden a tener un sonido diverso, internacional.

Con un sonido tan anglo, con temas en dos idiomas y con su participación en instancias tan diversas del mercado de Estados Unidos, ¿aún se siente una figura latina?

Yo soy latino cien por ciento, no importa donde esté parado. No importa que país visite, llevo mi cultura, mi raza, mi idioma.

FUTBOL E IGUALDAD 

La próxima gran vitrina en que el puertorriqueño podrá demostrar su cultura, su raza y su idioma no guarda estricta relación con la música. La voz de Livin' la vida loca interpretará el tema oficial del Mundial Brasil 2014, repitiendo el hito que en Francia 1998 lo tuvo con el recordado La copa de la vida. "Disfruto mucho el fútbol, sobre todo las copas mundiales, y lo sigo cuando el trabajo me lo permite. Me encanta la intensidad del juego y los fans", cuenta el artista.

Eso sí, para esta vez hay una diferencia: la canción será elegida a partir de diciembre mediante un concurso llamado Super Song y donde los propios seguidores podrán escribir el tema que musicalizará la fiesta futbolera.

¿Por qué aceptó este desafío?

Es un honor poder colaborar una vez más con la Fifa. Fue una propuesta que se me hizo sumamente interesante, diferente y un reto para muchas personas que tienen el talento y el deseo de componer. Es una idea brillante.

Finalmente, ¿ha pensado encabezar de manera más profunda campañas que luchen por la igualdad de derechos?

He estado en diferentes iniciativas con instituciones como Glaad, que luchan diariamente por la igualdad de derechos, y trabajé con Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, con el objetivo de detener la discriminación. Cuando visité Chile la última vez, me reuní con grandes activistas, como la Fundación Iguales. Una de las cosas buenas que tiene la fama es que te da un poder de convocatoria increíble y por supuesto lo uso a menudo para compartir información que ayude a erradicar la discriminación y el odio y le permita a nuestra comunidad tener los mismos derechos que cualquier ciudadano.

Uno de esos ejemplos fue el premio que le dedicó a Daniel Zamudio. ¿Cómo le impactó su muerte?

Me enteré por la prensa. Sentí un profundo dolor y, a la vez, mucha impotencia. ¿Cómo es posible que continúen pasando estas cosas? ¿Por qué torturar y matar a un joven sólo por su orientación sexual? Es algo que nunca entenderé, y lo peor de todo, es que esto ocurre a diario. Algo tiene que cambiar, no podemos dejar que el odio pese más que la aceptación y, sobre todo, que una tragedia como la de Daniel vuelva a suceder. ¡Basta ya!

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